No debería sorprender el anuncio de cambio del formato “sábana” a tabloide al viejo periódico Listín Diario (1/8/1889), y el énfasis en su versión on-line, para –según sus ejecutivos– adaptarse a los nuevos tiempos y reducir costos en vista de la crisis financiera.

En realidad, como dice el pueblo, “le cogió lo tarde”. Aunque ese mismo pueblo repite el adagio: “Nunca es tarde si la dicha es buena”. El decano de los periódicos dominicanos necesitará, no obstante, algo más que suerte en la ruta, si quiere sobrevivir. 

Se trata de un proceso que hace mucho han agotado otros similares en el mundo.

En nuestra subregión han transitado el mismo camino los rotativos Granma, en Cuba, y, en República Dominicana, El Caribe (1948), que cambió de grande a pequeño a inicio de la década del 2000 cuando fue comprado por el poderoso Banco Popular a Germán Emilio Ornes Coiscou. Empresa que, en septiembre de 2005, se vio obligada a vender el 70% de las acciones a los grupos Linda (Félix García)-Estrella (Manuel Estrella), de Santiago de los Caballeros. En septiembre de 2018, los dueños anunciaban que la versión impresa no saldría los sábados.

EL SIGLO, UN HITO

En 1989, el Banco del Comercio Dominicano (Bancomercio) colocaba en el desigual mercado de los diarios, su proyecto El Siglo.

La propuesta sintetizaba la conjunción de la más moderna rotativa, sala de redacción de digital (ruptura con la maquinilla análoga Olimpya), el mejor diseño, el mejor papel, los mejores colores y un insuperable contenido informativo y editorial. Había nacido en una nave industrial adaptada, contigua al aeropuerto doméstico del sector Herrera, en la calle San Antón, en el ahora municipio Santo Domingo Oeste. https://codigopgt.wordpress.com/2010/06/17/periodico-el-siglo/.

Bajo la dirección ejecutiva de Bienvenido Álvarez Vega (actual director del matutino estándar Hoy; Alejandro Paniagua, subdirector; y Héctor Tineo, jefe de información, trabajaban con pasión periodistas como Margarita Cordero, Elsa Expósito, Víctor Tejada, Mozart Deláncer, Ángel Barriuso, Odalís Roa, Rafael Ovalles, José Francisco Arias, Frank Núñez, Marino Zapete, Tony Pérez, Rafael Núñez Grassals, Fausto Rosario, Danilo Rodríguez, Bienvenido Rojas, Emilia Pereyra, Víctor Bautista, Reinoso Solís, Víctor Elías Aquino, Elina Cruz, José Valdez, Erick Mendoza, Arismendy Calderón, Vivian Jiménez, Mery Sánchez Mulet… Y fotógrafos como Ramón Rivera, Francis Arias, Gustavo Sosa, Juan Almánzar, César de la Cruz.

El Siglo representó un cambio de era en el periodismo dominicano. Un hito.

Su explosión tecnológica y de talentos fue, sin embargo, insuficiente para que le tocara un pedazo del pastel publicitario proporcional a la calidad exhibida cada día de aquel ciclo en cada una de sus páginas. Otras razones había. Tras mil y un sobresaltos para sobrevivir a la crisis bancaria de la coyuntura y a sus altos costos de producción, años después, en octubre de 2001, el matutino sucumbía sin regreso.

Desde entonces los medios de comunicación convencionales (impresos, radio, televisión), en general, se han dedicado a capear el temporal que aún persiste. En ese vía crucis, varios han desfallecido. Cliquee y, por favor, vuelva.

http://hoy.com.do/crisis-se-lleva-de-encuentro-periodicos-y-revistas-del-pais/.

La crisis no llegó de un día para otro. Tampoco ha sido solo de carácter económico, de encarecimiento del papel y del impacto de los llamados “nuevos medios”.

OTRA CARA

El nuevo milenio trajo consigo un cambio de hábitos de consumo provocado por la evolución tecnológica. Los nativos digitales, pero también los migrantes, conviven felices en su ciberespacio porque es su “hábitat”, y porque en los medios convencionales no han hallado propuestas parecidas a su idiosincrasia.

Sobre esta posición, mandaron señales tempranas a unos impresos dormidos en sus laureles porque tal vez pensaron que tenía a sus públicos bajo un cautiverio eterno. https://es.slideshare.net/marciamarlin/definicin-y-caractersticas-de-los-nativos-y-migrantes-digitales-16557187.

Hoy, los nativos lucen sólidos. Y los migrantes se han movilizado en oleadas hacia lo digital. Los periódicos no les presentaron una narrativa que empatara con sus exigencias. Ni historias emocionantes que les explicaran el mundo. Sí infiltración de relatos que podrían servir como verdaderos modelos de posverdad, y otros con tinte de Comunicación Corporativa (publicity), a tono con la ausencia de contextualización y esfuerzo antipoder.

Los medios se quedaron repitiendo los cuentos secos al estilo de los años sesenta, sin reparar en que, para los públicos, ya eran fiambres porque la radio los había contado antes, y con más emoción.

Se trata de una gran crisis de contenido que algunos solapan en el discurso apocalíptico de las “nuevas tecnologías”, pese a que Periodismo es contenido de calidad y con apego a la información veraz, trabajada por profesionales, sin importar género, formato o plataforma. Esa es la gran crisis. Muy peligrosa porque afecta el derecho a informarse que tiene la sociedad.

La gran batalla ha de darse en esa dirección, con historias nacidas al calor de la investigación, despejadas de amarillismo y trabajadas conforme la naturaleza de cada medio, sea convencional o digital. Porque muchos hace rato que pululan sin criterio en la www., en busca de algún incauto que les haga caso a su periodismo barato. Y pasan inadvertidos. En el ciberespacio también se fracasa.