Ante una salud pública deplorable, ¿cuál es el cambio real, el beneficio tangible, que experimentan los nuevos afiliados al SENASA, al acudir a los hospitales públicos en muy malas condiciones?
De acuerdo al Dr. Mario Lama, director del Servicio Nacional de Salud (SENASA), el 53.68% de los hospitales públicos se encuentra “en muy malas condiciones”, y sólo en el 9.47% la situación es buena. De los 192 hospitales, 102 están en pésimas condiciones: en el gran Santo Domingo, más de la tercera parte; en el Cibao, el 53.12%; en el Este, el 61.9%; y en Sur, ligeramente menor.
En honor a la verdad, estas declaraciones solo confirman lo que todos sabemos. El gasto multimillonario de la pasada administración se convirtió en una fuente ilícita de enriquecimiento, dejando como secuela una alta mortalidad y un elevado gasto de bolsillo de las familias más pobres y vulnerables.
Si en algo existe un consenso, es en el deterioro de la calidad de los centros públicos de salud, salvo excepciones. Así lo confirman el Colegio Médico Dominicano (CMD), los gremios de enfermería, y los reportajes de los medios de comunicación que desnudan las penurias de la población que solicita sus servicios.
Si a esto le agregamos, el poder omnipresente de los líderes de los gremios de la salud, cuyas demandas se reducen a ganar cada vez, sin ningún compromiso real con la calidad y el desempeño, el panorama resulta desalentador. El propio presidente Abinader, su partido y los funcionarios designados denunciaron durante 16 años tales falencias y penurias.
Como decía Peña Gómez, no se puede poner la carreta delante de los bueyes
Pero, lamentablemente, una cosa es con guitarra y otra con violín. Si la situación de la salud pública es tan deplorable, ¿Por qué primero no se corrigen los principales problemas, para luego afiliar a los dos millones de pobres? ¿Qué sentido tiene invitar a los vecinos y familiares antes de limpiar y ordenar la casa?
¿Cuál es el cambio real, el beneficio tangible, que experimentan los nuevos afiliados del SENASA al acudir a los hospitales públicos en tan deplorables condiciones? ¿Cuál es el plan de acción de las autoridades para superar el “colapso” de los hospitales, denunciado desde la oposición? ¿Cuándo se comenzará a cumplir la promesa de “duplicar” la cápita mensual al SENASA? ¿Qué pasará luego del éxito de la lucha contra la COVID19?
Sé que muchos estarán señalándome que estamos en un estado de emergencia impuesto por la COVID19, obligados a un fuerte endeudamiento externo. Cierto. Pero ello no impidió un aumento del 30% a los médicos a partir de junio, ni tampoco otorgar pensiones del 100%, incluyendo los incentivos, sobre los cuales nunca se cotizó.
Lo más preocupante de todo es que con estos aumentos se premia por igual a quienes cumplen y a quienes no cumplen, repitiendo los mismos errores de todos los gobiernos anteriores. ¿Qué garantía existe de que los médicos van a trabajar más para elevar la calidad y oportunidad de los servicios públicos?
Esos aumentos, elevarán el gasto público en salud, pero sin la menor garantía de un cambio en la calidad de los servicios que reciben las familias más pobres y vulnerables. Lamentablemente, el gobierno del cambio continúa haciendo “más de lo mismo”. Y, como decía Albert Einstein, no es inteligente esperar cambios si siempre repetimos lo mismo.
Desde luego, la Fundación Seguridad Social para todos (FSSPT) favorece mejores ingresos para todo el personal de salud. Pero siempre que los mismos sean asignados para premiar una mayor dedicación y desempeño en beneficio de la población. Con lo que no estamos de acuerdo es con poner la carreta delante de los bueyes.