Con la desaparición física de Fidel Castro es obvio que la situación en Cuba cambiará, será diferente, tanto en el aspecto político como en lo económico.

Por experiencias de lo vivido aquí y en otros países latinoamericanos, al principio los cambios se producen paulatinamente y en algunas áreas de la economía, para ir acelerando en el corto plazo. Y luego, estos cambios en la economía producirán cambios sociales y políticos.

Desde hace más de 20 años vengo insistiendo que estos cambios se producirían en Cuba, y que nosotros nos veríamos en una situación de precariedad y tal vez fuera de mercado. Ahora con la desaparición física de Fidel Castro, lo veo venir con mucho más fuerza, por lo que no escondo mi preocupación por estos cambios y las ventajas comparativas que tienen sobre nosotros para la competencia en áreas como zona franca y turismo. Tienen cero tasa de analfabetismo, con una alta tasa de profesionales con conocimientos de otros idiomas, y por muchos años los niveles de salarios serán muy bajos. Por el otro lado de la moneda, no tienen la infraestructura que nosotros poseemos en carreteras y aeropuertos. Nosotros tenemos esa ventaja para el desarrollo turístico.

Aunque Cuba no posea esta infraestructura, son cosas materiales que se adquieren o construyen en pocos años con la disponibilidad de recursos que tiene el mundo y que estaría dispuesto a invertir con una adecuada ley de incentivos a este tipo de inversión. Sin embargo, tienen a su favor un nivel de educación muy superior al nuestro, cosa que no se adquiere o construye en tan corto plazo. Tal vez en 10 años logremos estar más cerca de Cuba en este renglón si continuamos invirtiendo bien en educación los recursos del 4% del PIB.

En la actualidad Cuba está recibiendo cerca de un 50% del turismo que nosotros recibimos, y con su apertura se producirá un flujo masivo de visitantes hacia esa isla, principalmente de turistas estadounidenses, en desmedro de todo el Caribe, tal como lo menciona en su artículo del Financial Times el experto en negocios Steve Johnson.

Nuestra propuesta para el área turística consiste en que el Parque Nacional Cotubanamá ( Parque Nacional del Este ) sea una especie de conejillo de indias de los avances científicos y tecnológicos en materia medioambiental, en conservación y restauración de ecosistemas, al igual que en otros países de centro y sur América. Que se convierta en el laboratorio para tomar nuestras propias experiencias y trasladarlas a Bahía de las Aguilas y otras áreas en desarrollo. Este experimento podría comenzarse inmediatamente, ya que este Parque consta sólo de 25 parcelas, todas del sector privado con sus títulos obtenidos legalmente, y de esas 25 parcelas sólo 13 son las que poseen costas, tanto del lado de Bayahibe como del lado de Boca de Yuma, es decir, las que tendrían vocación turística.

Seguimos insistiendo en que se conforme un Patronato integrado por Medio Ambiente, Turismo, Sector Privado ( propietarios ) y los Municipios de Bayahibe y Boca de Yuma, el cual sea el responsable del diseño de un plan de ordenamiento territorial que permita el desarrollo de las costas para fines turísticos, creando un programa de conservación y restauración de flora, fauna y arrecifes, así como políticas definidas para las visitas a los sitios de interés histórico-cultural. Que las áreas para el desarrollo turístico puedan ser ampliadas para la construcción de nuevas habitaciones, y los recursos naturales puedan ser explotados para beneficio de estas comunidades y del país. Que copiemos el modelo de Costa Rica que ha sido muy exitoso.

En adición a esto, las poblaciones de Bayahibe y Boca de Yuma tendrían un crecimiento cualitativo que les ayudaría a mejorar sus condiciones de vida. Se mejoraría la calidad de la educación y se crearían escuelas vocacionales y de idiomas que les ayudaría a insertarse en la economía formal en muy corto plazo.

Al igual que nosotros, Cuba posee extraordinarias playas, áreas de bosques, áreas protegidas, áreas de mucho interés histórico-cultural, etc. Mi propuesta es que a través de este proyecto perfectamente viable, podamos tomar la delantera aprovechando las ventajas comparativas que tenemos en este momento, que son nuestra infraestructura en carreteras y aeropuertos, así como el conocimiento de la industria turística.

Esta propuesta atraería un turismo diverso, no sólo el de sol y playa, sino un turismo científico y cultural. Estudiosos de diversas áreas pudieran venir a observar las diferentes especies y profundizar sus conocimientos sobre las costumbres y forma de vida de los aborígenes.

En resumen, el país presentaría un turismo diferente, una propuesta que pocos países estarían en disposición de presentar de manera inmediata. Es una ventaja comparativa que debemos aprovechar e irnos delante, y que contribuiría significativamente a la meta de los 10 millones de turistas en el corto plazo.