Necesitamos   cohesionarnos. "Reconozco que existe algo en la vida más molesto y degradante que un gobierno o político corrupto, es aquel que lo defiende…" Despertar Ciudadano. AC

Cambiemos la forma en que opera la política. Trabajemos para cohesionarnos en el cambio en que creemos y queremos. Formemos un ejército de voluntarios de efectos multiplicadores para conquistar a nuevos trinitarios, nuevos restauradores, nuevos 1J4, nuevos constitucionalistas. Nuevos indignados para reivindicar a nuestros héroes y rescatar la nación. “Sí podemos”, estamos preparados; no sigamos siendo débiles e incapaces para lograr los cambios y demandas requeridos.

Estamos jartos de demagogias y mentiras. Los políticos tradicionales han relajado la convergencia, la alternativa, el cambio, la revolución, las ideas de izquierda, de derecha, de centro de un lado o de otro; han burlado las promesas: gobierno para los pobres, gobierno para el desarrollo y el progreso o la modernidad. Todos nos han traicionados por participación, asociación u omisión.

Somos el único país en el mundo que los funcionarios se designan o eligen sin concursos, sin cumplir requisito o mérito alguno; solo se toma en cuenta el amiguismo, el partidismo o la corrupción, con el notable propósito de que se la busquen y saquen beneficios a costo de prácticas ilícitas e irregulares para enriquecerse y “moché moché” o compartir beneficios con padrinos y testaferros. Lo que se evidencia claramente en su crecimiento de lucro personal (un rastro o cola de bienes mal habido que es imposible ocultarse) y en el resultado de desfalco o déficit dejado en cada puesto o función pública desempeñada. Provocando así el deterioro cada vez más calamitoso de los servicios públicos que son derechos incumplidos desde siempre.

Lamentablemente nuestra sociedad tiene muchas trabas e impedimentos para cumplir y hacer cumplir la ley. Las instituciones encargadas de dar servicios y promover el desarrollo integrar y humano están de espalda a esas responsabilidades y de cumplir con las demandas o necesidades de las personas.

Pagamos los funcionarios o autoridades más caras del mundo, sin resultado alguno, pues no funcionan ni ejercen autoridad, son ineficientes y corruptos por participación u omisión. Somos una sociedad anómica que vive del desorden, donde reina la corrupción y la impunidad.

170 años de historia republicana e independiente y aun no hemos superado nuestros problemas de necesidades básicas, que son derechos vulnerados e incumplidos con más de 600 mil millones de pesos por cada presupuesto anual y no hay resultado alguno: seguimos sin educación de calidad para todos, sin salud ni medicina, sin comida, sin justicia,  sin agua, sin electricidad, sin  transporte público, sin oportunidad de empleo ni de desarrollar un talento o proyecto, sin recreación, sin seguridad, sin defensa, sin drenaje, sin planificación para medrar, sin transparencia, sin ética ni se rinde cuentas ni hay consecuencias para los violadores de la ley.

¿A qué me refiero? Si alguien quiere tener servicio de agua debe tener una cisterna con su bomba, si se quiere tener energía eléctrica debe poseer un inversor o un generador, el que necesita seguridad debe pagar un guardián privado, colocar alarma o vigilancia de cámara, el que necesita atención médica debe ir a una clínica, si quiere transporte debe gestionarlo o tener su vehículo y así sucesivamente los demás servicio deben ser proporcionados de manera personal e independiente.

“Nuestra justicia es cara y lenta” Así mismo los legisladores que conforman el congreso, “primer poder del Estado”, junto al Poder Judicial, deben ser un contra peso de los gobernantes y el equilibrio de los poderes públicos; además  ejemplo del cumplimiento de las normas y las leyes que el mismo congreso sanciona, pero, son los primeros en violentarlas, defraudando a la sociedad que “representan” y que juraron proteger y defender. Para los congresistas dominicanos la política y sus responsabilidades se han convertido en un juego, una chercha o un negocio sucio. Con lo que evidentemente traicionan a sus electores.

El fundamento del derecho dominicano, la Constitución, la cual es ignorada, violentada y culturalmente considerada por nuestros gobernantes “un simple pedazo de papel” un instrumento de juego político que solo le reconocen valor cada cuatro años cuando renuevan el poder para  mal gobernar, es decir, un círculo vicioso para dar paso a bellaquearías de los que controlan el poder en su momento, excluyendo los intereses colectivos, manteniendo a la sociedad sin estabilidad jurídica y entretenida en simbolismos politiqueros, sin dar respuestas a las demandas y necesidades del pueblo.

Somos la viva expresión de un Estado violento, inquisidor y abusador donde se esclavizan los empleados, se niega la justicia a los pobres, se malversan los fondos públicos o se roba el erario, se miente o engaña al pueblo, se maltratan los protestantes, se violan las leyes.

Podríamos concluir que la mayoría de las carteras e instituciones que conforman la administración pública del Estado dominicano son compañías por acciones asociadas al sector privado las cuales son administradas como una propiedad privada en las que se socializa el costo y se privatiza el beneficio, beneficio éste que queda repartido entre los incumbentes y los asociados privados en perjuicio y detrimento del erario público.

Los habitantes contribuyentes con los impuestos trabajadores y personas de bien con buenas costumbres, pagamos dos veces, primero al Estado a través del fisco, sin resultado alguno, pues, los servicios públicos no funcionan y cuando pagamos al servicio alternativo privado, también ineficiente y caro.

Lo que necesitamos realmente es una sociedad consciente y unida para que trabajemos juntos en la construcción de un país mejor, no importando quién esté dirigiendo el Estado o gobierne y que color de partido  representa, la sociedad es la que tiene que estar preparada para demandar y exigir las cosas que deben venir del Estado, exigir que la Administración Pública sea saneada, transparente y responsable. Con un sistema democrático donde realmente se respete la soberanía del pueblo. “Un Estado Social y Democrático de Derecho”.

En el momento que cada ciudadano y ciudadana aprenda a defender sus derechos y respetar los derechos de los demás, cumplir con sus deberes, automáticamente se revertirá en una sociedad madura, triunfadora, exitosa que nos llevará a un Estado ideal, a una República soberana y fuerte; a un proyecto ideal de nación donde todos reciban calidad de vida e igualdad de oportunidades para medrar.

República Dominicana urge de líderes como Pepe Mujica quien ha demostrado que cuando se es presidente o funcionario debemos seguir siendo personas normales y que la política es para servir y no para el lucro.

Si cada habitante con conciencia o determinación decide apoyar un candidato diferente, político no tradicional o involucrarse en lo partidista y comenzamos a trabajar y participar en los asuntos público, podemos lograr el cambio en que creemos y anhelamos con igualdad de oportunidades para crecer integralmente y dignidad para todos.

A todos los ciudadanos independientes apartidistas y todos los partidistas de principios y que realmente quieren y creen en un mejor país le invitamos a formar una “coalición para un proyecto de nación”, para cambiar la forma en que opera la política y rescatar la nación. Es tiempo de despertar.

“La democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos”. Jurista Enrique Múgica Herzog.