Pretendo entrar en arena movediza, ya que hablaremos del feminismo en la conformación del «Gobierno del Cambio» y las críticas de que a nivel ministerial y de alta asesoría se alejó del modelo paritario ofrecido en campaña. Hoy están exigiendo un “feminismo de Gobierno paritario”, como que la correlación política de fuerzas de género ha llegado a ese equilibrio.
Vamos a recurrir a la contabilidad demográfica presentada por la Consultora “Engage”, disponible en el siguiente enlace: https://www.yumpu.com/es/document/view/63873163/the-abinader-squad-analisis-engage, donde nos informa que el 27% de funcionarias de alto nivel es la contraparte femenina del 73% que están ocupados por hombres, machos, masculinos.
La desproporción es muy alejada del “gobierno paritario”, pero no quiero argumentar lo obvio, sino la dinámica para llegar al “ideal paritario”. Igual demanda se podría hacer a la empresa privada para que haya una empleomanía “paritaria”. En el caso de la empresa privada hay actividades “tradicionalmente” segregadas: las recogedoras de las perlas en las profundidades del mar de Japón son exclusivamente mujeres. ¿Cómo hacer cambiar esa situación? Difícil, ¿verdad?
Pues, lo mismo debemos decir para llegar a lograr un “gobierno paritario”, porque la única prueba que nos daría es aplicar una “Ley de Hierro” que debería cumplir una selección de acuerdo a la competencia: para cada puesto, encontrar un candidato “mujer” y otro “hombre”, y elegir al que sea más competente. Me parece que en general, la selección me dice que el 27% de las damas funcionarias han mostrado unas “hojas de vida” o “currículos” más sólidas, en promedio, que el 73% de los caballeros funcionarios.
En consecuencia, si el proceso de selección enraíza en la praxis gubernamental, entonces, el segundo proceso entraría en acción, la mayor tasa de mujeres universitarias, coparían por competencias los puestos burocráticos en una generación. Si se transforman las prácticas partidarias de que los méritos “de campaña” de la mayor militancia femenina en los partidos sean evaluados por méritos y no por “lazos familiares”, se aceleraría el tránsito de más mujeres por competencias al tren gubernamental. Es decir, cuando llegue Dominicana a ser una sociedad “meritocrática”.
¿Y cuándo será? Podemos suponer, según la historia, que será cuando la sociedad deje la práctica “del lambonismo, seguidismo, y caciquismo” en la política para ser una sociedad meritocrática. En países de larga data, se logró a través de la fortaleza de la Academia (en mayúsculas, como fue en las sociedades germánicas y la República de Weimar), en otros fue a través del clan (como es el caso de Japón y su Revolución Meiji), mientras que en otros fue a través de la revolución (la tan alabada Revolución Francesa). Tal vez hay otros ejemplos pero, ¿cuál seguiremos los dominicanos?
Si en esta ocasión, el ejemplo del “Gobierno del Cambio” sigue su impulso, las feministas y los feministos ¿serán consecuentes con iniciar el proceso de construir una sociedad meritocrática? (Feministos: ¿se vale en la nueva gramática feminista?)…
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Como me gusta hablar con ejemplos, la recordada amiga “gaucha” Enma Doldán, en su estancia en Quisqueya hace años, me contó que fruto del Sistema Escolar, en Argentina, se lanzó un programa de inducción a la población estudiantil masculina para la integración a las labores domésticas. Y, después de una generación (veinte años) se logró. Existe allá violencia de género, pero se avanzó en la paridad frente a las tareas domésticas en las familias.
¿Podemos pensar en logros modestos pero decisivos? Creo que sí, porque en Japón el mismo aseo del colegio lo logran con todos, estudiantes y maestros dedicándose al final del día de clases: aprender de las pequeñas cosas de la vida, como lo hace mi nieto Kenzo, en su Escuela Japonesa aquí, en Santo Domingo de Guzmán.
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Unas de cal y otra de arena, como todo en la vida. El Presidente de la Cámara de Diputados anunció la reintroducción del Código Penal, un nuevo calvario, para su discusión en dicha Cámara, pero… sin los tres causales que justifican el “aborto terapéutico”. ¿Dónde están las voces que consideran que la mujer es dueña de su cuerpo? Un destino distinto del que ha tenido la Ley del Aborto en Argentina, que el Gobierno de Alberto Fernández la reintrodujo de nuevo para su aprobación sin “sustracciones” o “recortes”. Una “causa belli” más urgente para las feministas y los feministos del patio.
La cuestión de género en nuestro país, reconozco, es una cuestión de corto y largo plazo por lo que debemos ser tácticos para imponer las agendas de la sociedad aprovechando los grados de apertura que la construcción de la democracia vaya permitiendo. Este es un momento de esos… y no de aquellos, porque el fin estratégico es lograr ¡la sociedad paritaria!