El gobierno lo que tiene que hacer con los críticos de estos repartos que están de alguna manera dentro de sus pasivos, es obligarlos a ser voluntarios para organizar las filas para entregar juguetes ahora que viene el Día de Reyes

El gobierno organizó entregas masivas de cajas navideñas a familias pobres del país recibiendo, nuevamente y sin razón, una avalancha de críticas.  Las compensan una lluvia de aplausos por su rápida movilización de equipos, obreros y dinero para restablecer condiciones jugar pelota en el Estadio Quisqueya Juan Marichal. También la revelación de la hija del inmortal lanzador sobre los milagros de los aportes del gobierno al cine: cada peso con destino a las arcas públicas que se desvía para entregar a cineastas genera más empleos, riqueza gravable y transacciones pagan tributos que su inversión en obras públicas.  Robertico Salcedo superando con creces el impacto económico del Ministro Gonzalo Castillo con sustento, nada menos, que en un estudio de la Universidad de Oxford.

Si algo demuestran las cajas navideñas es que somos un pueblo con muchos pobres. Que estos prefieren un subsidio directo del gobierno en alimentos a que éste apoye hacer películas locales para entretenerlos. Que hacen largas filas, apretujados y al bravo sol caribe, para recibir gratis con que hacer Cena de Nochebuena.  Frente a la boletería del cine no la hacen porque recursos no tienen para un ocio que es lujo hasta para la clase media.

A comediantes enganchados a productores al vapor de cine con fondos públicos, los ven desde hace años gratis en decenas de programas de televisión.  En el barrio hay una oferta inagotable de todo tipo de películas pirateadas que se consume al punto que cultura cinéfila resulta variable poco confiable para medir el nivel de ingreso o determinar si el joven estudia en el Carol Morgan o la Escuela María Muñoz Soriano de Guaricano.

Y cine con tufo revolucionario de denuncias sociales apoyado en fondos públicos para que despierten es simplemente patético. No hay manera que ellos puedan “conceptualizar” y encontrar sentido a que el gobierno paga el 100% de la inversión en una película que denuncia los maltratos de la policía, la deplorable situación carcelaria y los abusos procesales.  Ellos son las víctimas cada día y las noticias dan cobertura gratuita. ¿Entonces el salami y ron lo pusieron del corriente para dar dinero a película cuenta que el policía era jefe de los ladrones, el juez cogió soborno y al protagonista lo violaron en la cárcel? ¿En serio por esto fue que no pusieron en la caja Superior Don Pedro y un Extraviejo?

No es serio criticar al pobre se pone hacer fila para recibir una caja navideña y al gobierno por organizar la entrega de forma desordenada, al mismo tiempo que se recibe algún beneficio en forma de subsidios, exoneraciones, pensiones, permisos de importación, tratos preferenciales, contratos de obras, consultoría, plan de pago deudas fiscales, publicidad, empleos, becas, trabas al competidor, privilegio guardaespaldas militares, tolerancia prácticas monopólicas, avales, cobertura deuda privada y socialización de pérdidas, entre otros.

Los pobres desconocen de la existencia de esa larga lista y que su monto excede con creces el valor total de lo que distribuyen los camiones del Plan Social.  Tampoco entienden la acusación de que su conciencia política y su intención de voto cambia por el simple hecho de recibirla, menos cuando es hecha por quienes reciben beneficios directos con apetito incontrolable haciendo lujo de independencia. 

El gobierno lo que tiene que hacer con los críticos de estos repartos que están de alguna manera dentro de sus pasivos, es obligarlos a ser voluntarios para organizar las filas para entregar juguetes ahora que viene el Día de Reyes.  Sería un lindo evento y nada raro.  En revistas sociales salen sirviendo de camareros a personas sencillas y humildes que son sus colaboradores.  De manera que ahí tiene el gobierno un pie de amigo para mejorar la dignidad y organización de los repartos de alimentos y juguetes en tiempo de Navidad.