A partir de este lunes, el gobierno inició el pago de la regalía pascual a la empleomanía pública, tanto de las instituciones centralizadas como descentralizadas. El Ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, informa que en orden de prioridad, los primeros en recibir su doble serán los pensionados y jubilados; a continuación, policías y militares y finalmente el resto de los servidores. 

El monto de la regalía que esta semana entrará  en la corriente circulatoria alcanzará la astronómica suma de catorce mil millones de pesos.  Sin dudas, la mayor parte de esos recursos se volcarán en el comercio donde se ha originado una fuerte competencia publicitaria de atractivas ofertas de la más variada naturaleza, desde alimentos y bebidas hasta ropa, calzado y electrodomésticos con la finalidad de motivar el interés de los compradores.   En este sentido, PRO-CONSUMIDOR ha alertado a estos para que en todos los casos comprueben la fiabilidad y certeza de los anuncios promocionales. 

Pero esos catorce mil millones de pesos puestos a circular constituyen también un fuerte incentivo para las bandas de malhechores, desde los simples descuideros que aprovechan cualquier distracción de sus víctimas para despojas a las mujeres de sus bolsos y a los hombres de sus billeteras, hasta las bandas de atracadores bien armados que van a la busca de botines mayores y para ello no vacilan en hacer uso indiscriminado de la más cruda violencia criminal.

Conjuntamente con el pago de la regalía en el sector público, a la cual se sumará la que recibirá la empleomanía de las empresas privadas, lo cual agregará también una buena cantidad de miles de millones de pesos al circulante,  se ha dado inicio al tradicional operativo de Seguridad de Navidad enviando de patrulla en las calles, sobre todo en los sitios de más concurrencia, a miles de policías y soldados.   Su presencia será en gran medida un elemento disuasivo para frenar la delincuencia y reducir la cantidad de robos y atracos.

Sin embargo, debemos estar conscientes de que por más que la Policía lance todos los efectivos de que dispone a las tareas de vigilancia y prevención, aún con el refuerzo de los efectivos que aporte el ejército, su número siempre será insuficiente para cubrir todos los posibles puntos vulnerables, aprovechados por los avispados malhechores,  cuando decenas y hasta cientos de miles de ciudadanos abarroten las tiendas, comercios y sitios públicos.

Por consiguiente, es necesario recordar e insistir en que toca a cada quien ser el primer guardián de sus bolsos, billeteras y paquetes de compra, sin que ello signifique en lo absoluto eximir a las autoridades de su obligación de velar por la seguridad y los intereses de la población. 

Quienes salgan a comprar que tomen las debidas precauciones.  Que no se distraigan.  Que lleven bien a cubierto y asegurado su dinero.  Que no hagan innecesaria exhibición de este al momento de pagar.  Y de preferencia, aquellos que dispongan de tarjeta de crédito que hagan uso de la misma.   Cada quien, en definitiva, ponga interés en velar por si mismo.  Porque a fin de cuentas no hay mejor guardián de sus bienes e intereses, que uno mismo.