Hace apenas unos meses, publicamos el artículo “Administración Pública y Burocracia”, donde concluíamos principalmente que “esperábamos que las autoridades actuales regentes de la administración pública, puedan llevar a cabo una labor lo suficientemente técnica y profesional que permita anteponer los principios básicos de la teoría burocrática en lugar de los elementos políticos y de intereses económicos, que han estado presentes administraciones tras administraciones”.

Porque cuando se habla de burocracia, se tiene la creencia y hasta el convencimiento de que el término implica situaciones que producen entre otras cosas, tramites innecesarios, pérdidas de tiempo, aumento de los costos, lo que en muchas ocasiones desencadena en enfrentamientos personales que afectan hasta la salud de los contribuyentes o del ciudadano que requiere de un servicio público.

Actualmente las autoridades dominicanas, se encuentran en la búsqueda de mejorar los tiempos invertidos en el desarrollo de las actividades del ciudadano, sean estas personales, comerciales o industriales y el gobierno está hablando de “Burocracia cero”, que en la práctica pensamos que lo que se pretende es llevar los procedimientos de la administración publica a una eficiencia cercana al 100%.

Creemos que el principal escollo que tendrán las autoridades de cualquier gobierno para lograr una alta eficiencia en los servicios que se ofrecen al ciudadano, es de orden educativo y de principios, por lo tanto, humano y será el principal culpable de frenar el desarrollo de este objetivo, porque habría que empezar primeramente a crear las bases de una administración pública, fundamentada en la capacidad, dignidad, probidad y conciencia de lo que debe ser el servidor público.

Debemos recordar que la teoría burocrática, está basada en la profesionalización del personal ejecutivo, meritocracia y competencia técnica, lo que consideramos son aspectos básicos para el funcionamiento de la burocracia (Max Weber). Acotar aquí que la meritocracia es el reconocimiento de la capacidad para escalar posiciones en el tren de la administración pública, en este caso.

Otro aspecto que definitivamente frenará el avance del proyecto, es particularmente el comportamiento de las oficinas recolectoras de impuestos. Esto se indica por el hecho de que el servidor publico cree y muchas veces con razón, que el contribuyente trata de evadir sus responsabilidades de pago, lo cual lleva a realizar investigaciones, a veces necesarias, otras veces no y que producen largos tiempos de espera.

La situación en las oficinas recolectoras es particularmente sui generis, encontrándose usted como contribuyente en situaciones como es el caso de nuestras aduanas, donde su expediente puede demorarse de un día para el otro por razones como, “No hay sistema”, o que “El Administrador de la oficina no está”, y es la persona que debe firmar el expediente para su liberalización. Al final, usted debe esperar el día siguiente para retirar su carga y esto eventualmente no termina ahí, porque se puede unir al hecho de que la naviera no tiene chasis y deberá esperar otro día.

Este proceso que bien pudo ejecutarse en 24 horas, a un costo en el puerto digamos de RD$25,000, viene costando un 30 a 40% mas y todo ocasionado por fallas de la oficina gubernamental y las compañías dueñas del puerto, todas estas situaciones ajenas al contribuyente, pero en su detrimento, porque hay que tener en cuenta que cada día que pasa una carga en el puerto, deberá enfrentar el pago de los servicios que se ofrecen en varios vendedores de servicios. Sin mencionar el potencial retraso que esto pudo ocasionar en su proceso productivo o comercial. “Este escenario se repite con similares resultados en muchas oficinas colectoras de impuestos”.

Entonces habría que señalar entre los principales factores que hay que profundizar para lograr los objetivos de una burocracia eficiente y como consecuencia un estado eficiente, los siguientes:

Primero y mas importante el desarrollo de los recursos humanos que asegura en gran parte, que los actores que están en los diferentes niveles de la organización, son los que deben y tienen la capacidad para ello.

Segundo, y no menos importante, la disponibilidad de los recursos materiales que son necesarios para realizar de manera eficiente las gestiones requeridas y

Tercero, el respeto a los principios básicos de la Teoría Burocrática (Weber), que conducen a: rapidez en las decisiones, pues cada uno conoce lo que debe hacerse y quién debe hacerlo, confiabilidad, ya que la institución es conducida de acuerdo con reglas conocidas y consistencia, pues los mismos tipos de decisión deben tomarse en las mismas circunstancias.

Finalmente señalar que, si tenemos mas de un siglo haciendo mal el ejercicio de las realizaciones de las labores de la administración pública, no será una tarea fácil y ejecutable en poco tiempo y entender que lo que se inicie en cualquier gobierno debe continuarse en los siguientes para en el mediano plazo empezar a ver los beneficios de este proyecto que hoy anuncia y empieza la autoridades actuales.