Bioimpresoras de órganos.- En el campo de la medicina regenerativa estos aparatos son capaces de imprimir tejidos humanos y construir órganos célula a célula para fines de reparación o sustitución.  Un software muy intuitivo permite construir un modelo en tres dimensiones sobre una pantalla para luego imprimirlo con dos cabezales, uno
cargado con células humanas y  otro con un hidrogel que sirve de soporte para la construcción de los tejidos. Un sofisticado sistema de calibración con láser garantiza que cada célula se coloca en la posición correcta. Y en el interior del aparato una cabina con los estándares de bioseguridad logra que los tejidos se mantengan esterilizados (https://www.muyinteresante.es/innovacion/articulo/la-primera-bioimpresora-comercial-de-organos).

https://www.infobae.com/2013/12/20/1532338-francia-trasplantan-el-primer-corazon-artificial-autonomo/

Exoesqueletos.-  Las personas con discapacidad física tienen ahora una herramienta para lograr que sus extremidades corporales funcionen satisfactoriamente.  Los exoesqueletos son aparatos que devuelven esa posibilidad a las personas que sufren de trastornos motrices o tienen un sistema musculoesqueletico deteriorado.  El usuario puede controlar al exoesqueleto mediante dos botones y con la ayuda de su propio peso (https://mundo.sputniknews.com/ciencia/201703201067735837-exoesqueletos-ekso-bionics-exoatlet/). Ya hay varias empresas que tienen estos aparatos a la venta (https://nmas1.org/news/2018/01/24/exoesqueleto-medicinal).

Plantas medicinales.-  Se usan para mantener la salud o para tratar alguna condición médica, tanto en la medicina moderna como en la tradicional.  (La OMS estima que un 80% de la población mundial depende de la medicina tradicional.) Todas las plantas producen compuestos químicos para defenderse (de herbívoros y parásitos) y son estos los que se extraen para fines farmacológicos (https://en.wikipedia.org/wiki/Medicinal_plants).  Una planta que promete revertir los efectos del envejecimiento y curar algunas enfermedades es el resveratrol. Se investiga su poder curativo en la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y el Alzheimer’s (https://cen.acs.org/articles/95/i10/Reviving-resveratrol.html).  Por medio de la ingeniería genética ahora también se están usando las plantas para producir proteínas activas farmacológicamente, incluyendo los anticuerpos mamarios, los productos sustitutivos de la sangre, vacunas, hormonas y una variedad de otros agentes terapéuticos (https://academic.oup.com/qjmed/article/97/11/705/1597475).    

Cancer.-  Actualmente los investigadores trabajan para brindar el tratamiento adecuado al paciente correcto en el momento adecuado, según el historial médico del paciente, la secuencia del genoma e incluso la información recopilada de dispositivos portátiles sobre el estilo de vida, los comportamientos o las exposiciones ambientales. Esto permitiría, por ejemplo, que los médicos comparen los síntomas de sus pacientes con las historias de pacientes similares que han sido tratados con éxito en el pasado  (https://www.harvardmagazine.com/2018/05/precision-medicine-cancer). Una de las razones por las que las células cancerosas ganan terreno es porque son capaces de esconderse del sistema inmunitario.  De ahí que la ciencia esté destinando grandes esfuerzos a descubrir fármacos que den ventaja al sistema inmunitario. Ciertos tratamientos de inmunoterapia pueden marcar las células cancerosas para facilitar al sistema inmunitario que las encuentre y las destruya. Otras inmunoterapias refuerzan el sistema inmunitario para que funcione mejor contra el cáncer.  Por su parte, las terapias biotecnológicas tienen como objetivo primordial atacar de forma específica la propia biología del tumor.  Mediante el uso de pruebas diagnósticas específicas, los médicos pueden predecir cómo responderá un paciente al tratamiento y determinar la mejor dosis y duración del tratamiento  (https://www.hola.com/estar-bien/enfermedades/20171017100723/nuevos-tratamientos-cancer/). Otro de los más prometedores tratamientos es el de las nanopartículas que, usando los procesos físicos y químicos del organismo, se insertan en el corazón de las células cancerosas y las destruyen (https://www.bbvaopenmind.com/nanoparticulas-una-gran-promesa-contra-el-cancer/).

Diabetes.-  Se desarrolla cuando el cuerpo no es capaz de producir la hormona de la insulina en cantidad suficiente o no puede usarla con efectividad, resultando en que los niveles de glucosa en la sangre se elevan demasiado. Al ser las responsables de producir la insulina, las células beta son las que controlan el nivel de glucosa en la sangre.  Hay una enorme cantidad de investigaciones en curso que permiten visualizar una cura en la próxima década.  Entre las más prometedoras: 1) Las células madre ofrecen un enfoque para producir los tipos de células necesarios para reemplazar las células dañadas en los trastornos relacionados con la diabetes.  Por lo tanto, podría curarse al brindarle a los pacientes células productoras de insulina fabricadas en el laboratorio (https:1)  //www1.nichd.nih.gov/espanol/salud/temas/diabetes/investigaciones/Pages/actividades.aspx).  2)  El método de la “encapsulación” consiste en cajas o pelotas esencialmente diseñadas para proteger las células beta y mantenerlas dentro del dispositivo. Este permite el ingreso de la glucosa y otros nutrientes, y a la vez deja que salga la insulina que producen las células. Si los dispositivos funcionan, podrían remplazar al páncreas en el futuro (  http://www.diabetesforecast.org/2015/may-jun/es/avances-con-las-clulas-beta.html). 3)  Se trabaja en descubrir los mecanismos responsables de la disfunción e inflamación de los islotes pancreáticos para poder diseñar terapias que recuperen su función y optimicen su trasplante  (http://www.diabetesexperienceday.com/2018/03/27/lo-ultimo-en-investigacion-en-diabetes-de-la-mano-del-ciberdem-en-el-ded18/).

Corazón.-  Las enfermedades del corazón son causantes de un enorme número de muertes en todo el mundo, pero afortunadamente están emergiendo nuevos tratamientos que cambiaran esa situación.  Tres de los más prometedores incluyen: 1)  Los fallos del corazón que impiden que pueda bombear suficiente sangre –y que producen los infartos—podrán ser tratados con una droga que está a punto de aprobarse en EEUU, la LCZ696. 2)  El inhibidor PSCK9 promete ser efectivo para combatir el colesterol malo, con un nivel de efectividad entre 50 y 70% frente al 35% que consiguen las estatinas (https://www.everydayhealth.com/columns/health-answers/hope-for-heart-disease-patients-three-medical-breakthroughs/).  3) Los avances en la nanotecnología y los sensores han servido para que los marcapasos y los desfibriladores se tornen más seguros y confiables ( https://www.cnbc.com/2018/03/02/new-heart-failure-innovations-promise-longer-life.html ). 4) 

“Desde hace diez años se vienen implantando corazones artificiales, pero se trataba de máquinas temporales a la espera de un trasplante.”  Con la muy reciente implantación de un corazón artificial autónomo se genera esperanza para miles de pacientes que solo tendrán que preocuparse de la electricidad que requiere la nueva maquina  (https://www.noticiasrcn.com/tecnologia-ciencia/implantan-exito-el-primer-corazon-artificial-autonomo). 

Malaria y tuberculosis.-  En el 2016 estas enfermedades causaron unos dos millones de muertes.  Hasta ahora todos los intentos de bloquear al parásito provocaban que este buscara otra vía para acceder a los glóbulos rojos y contaminarlos.  Pero los científicos han logrado  identificar la estrategia mediante la cual el Plasmodium logra penetrar los glóbulos rojos.  Ahora queda por ver cómo se consigue aplicar este descubrimiento en una vacuna  y el PfRh5 está ahora en el primer lugar de la lista de investigación (http://www.quo.es/salud/avances-contra-la-malaria   y  http://www.madrimasd.org/informacionIdi/analisis/analisis/analisis.asp?id=51379). El tratamiento de la tuberculosis, por su parte, se ha dificultado por la resistencia que desarrollan los antimicrobianos usados.  Pero ahora hay unos nuevos tratamientos que vencen esa resistencia  (http://www.conicet.gov.ar/tuberculosis-nuevos-avances-para-su-tratamiento/).