“Cuando al cerrar los ojos sentí en mi memoria el resonar de los nudillos de los dedos de mi patrona tocando a la puerta, buscando despertarme del agradable sueño, no supuse jamás que mi vida sería una intensa expedición”. (Braulio Torres: Cautivo de mi verdad, Ed. Alfa y Omega, Santo Domingo, 2012, p. 19)
Braulio Torres (1937-2017), fue víctima de la fatalidad el 25 de enero del presente año, cuando perdió la vida accidentalmente y de forma trágica, produciendo un vacío familiar, comunitario y político en los lugares, regiones y puntos geográficos donde conformó agrupaciones y núcleos de defensa a favor de la lucha política y sindical donde incidió con su práctica integradora y formadora.
Al cerrar su ciclo vital en este mundo, Braulio Torres deja un legado ético, moral y político a los revolucionarios, indignados y esperanzados a los cuales instruyó desde temprana edad y con los cuales formó filas a favor del socialismo y la revolución social de su país.
“Al mismo tiempo que crecía como ser social, sufría en cada minuto, en cada fibra de su ser el costo represivo impuesto por los organismos del Estado. Mas, todo esto lo soportaba no sólo por él, sino por amor a su país, en su máxima aspiración de revolucionario, de ver a hombres y mujeres unidos en un haz de amor, en el que pudieran consumarse el ideal de fraternidad humana, permaneciendo por encima de las distinciones de clase, raza o nacionalidad”. (Datos de su biografía política).
La historia de vida de Braulio José Torres, podemos encontrarla en la única obra testimonial y autobiográfica que escribió y publicó en vida: Cautivo de mi verdad (2012). Dicho libro representa la memoria de un ex dirigente de la izquierda revolucionaria dominicana que puso al descubierto los detalles de un movimiento complejo y conflictivo de la política resistente y responsiva del país.
Los acercamientos rurales, urbanos, suburbanos y fronterizos de Braulio Torres, se llevaron a cabo mediante misiones narradas por el ex dirigente y gestor comunista que bajo una actitud crítica y trascendente llevó a cabo acciones confrontadoras, pero sobre todo solidariamente aleccionadoras desde el punto de vista de la relación entre táctica, coyuntura y estructura sociopolítica. Sin embargo, el dirigente obrero que ayudó a conformar sindicatos y grupos obreros en casi todas las zonas rurales y urbanas del país, llevó a cabo sus acciones en nombre de una hermandad sellada por la consciencia de una ideología emergente de la transformación social, activada por la idea revolucionaria de un Estado democrático sin privilegios clasistas.
Las ideas forjadoras del espíritu y la utopía comunista fueron abrazadas por los grupos y sindicatos que defendió Braulio Torres, bajo el derrotero de una utopía socialista basada en los escritos de Karl Marx sobre la libertad y la moral de unidad de la clase obrera, establecida con el triunfo de la conocida Revolución de Octubre, la Revolución Cubana y la visión tercermundista asumida por líderes anticoloniales, revolucionarios e independentistas del Caribe y Latinoamérica.
Braulio Torres luchó por una nueva historia política y social de la República Dominicana, tal y como se puede leer en informes, manifiestos, declaraciones políticas, periódicos de tendencia socialista que divulgó hasta separarse del Partido Comunista Dominicano, al que después de la Guerra de Abril se afilió por más de dos décadas. Al separarse del PCD formó parte del Partido Comunista Unificado, manteniendo una perspectiva de relación y unidad con otros grupos y partidos comunistas de la región.
“Los militantes que día tras día trabajaron a su lado, aprendieron y comprendieron su férrea disciplina, aunque, en ocasiones conllevara sufrimientos, desasosiegos y para algunos vacilaciones, pero al final entendieron que en la vida revolucionaria, más que querer ser, o poder tratar de ser, lo más importante es luchar, teniendo como soporte normas, reglas y sobre todo principios que no se derritan bajo el ardiente sol”. (Datos de su biografía política).
En efecto, Braulio Torres tomó cursos y orientaciones políticas e ideológicas en la URSS, Cuba, Alemania y otros países socialistas, donde fue también formado como cuadro político especial y estratégico. Fue encarcelado y perseguido por los organismos oficiales de la República Dominicana, al pertenecer desde muy joven al Movimiento 14 de junio, de donde pasó a formar parte del Movimiento Popular Dominicano (MPD), para luego separarse después de la Guerra de Abril de 1965 y convertirse en miembro y cuadro del Partido Comunista Dominicano (PCD).
La memoria política dominicana registra al dirigente político Braulio Torres como un revolucionario de alta moral y elevado sentido de respeto por la soberanía nacional y por los valores democrático-socialistas. Su genuino sentido de la amistad, la solidaridad y la moral de la unidad política de los pobres del mundo y de la República Dominicana, lo llevaron a plantearse un cambio procesual de las estructuras sociales, dominadoras y predominantes.
Pero fue su visión sobre la estructura obrero-campesina, la unidad familiar, la hermandad de los pobres y humildes del campo y la ciudad la clave y sostén de la amistad como único ideal cuyo último gesto y espacio fue la fundación del Grupo Amigos para siempre en San Cristóbal. Dicho grupo es una organización conformada por antiguos amigos, ex combatientes y dirigentes políticos asociados esta vez por un sentido y valor de la amistad y alejado de cualquier tipo de partidarismo o dogma exclusivo.
Braulio Torres concentró todo su quehacer humano para consolidar este grupo de amigos, cuya unidad es, en el presente, la amistad y el deseo de favorecer la idea de bien, de verdad moral y gesto comunitario integrador. Cada año el Grupo Amigos para siempre reconoce a educadores, gestores culturales, personalidades prominentes del Pueblo de San Cristóbal.
La afirmación de una identidad humana donde los valores de hermandad, solidaridad y amistad predominan como parte nuclear de un camino orientado a los valores y las misiones de creación, implican un marco de desarrollo, educación y cultura. El rebase operado en las propuestas unificadoras de familia, pueblo y reconocimiento fue la última visión de unidad que abrazara en vida el dirigente comunitario Braulio Torres.
En este mundo dejado recientemente por este ex combatiente e izquierdista, quedan las huellas de una provincia de valores humanos y morales que poco a poco iba construyendo desde un pensamiento marcado por su honestidad y solidaridad humanas. Se le consideró siempre como hijo de San Cristóbal por su relación con la familia Pereyra Ariza, de la cual formó parte a través de su esposa Ana Teresa Pereyra Ariza de Torres y sus hijos procreados con esa prominente educadora de San Cristóbal.
Desde este golpe brutal que sesgó la vida de Braulio Torres, emerge hoy su memoria como receptáculo y camino; como simiente que busca su tiempo y razón de vida latente en todo aquello donde encontramos su siembra, su cosecha de vida, visión de fruto y consciencia en movimiento.
En este mundo,
los mundos de este mundo,
Braulio Torres
ha quedado
como presencia,
huella, semilla
de libertad y amistad.