Entender el proceso que se desarrolla actualmente  en Brasil no es tarea para diletantes.* Quienes lo abordan desde las gradas de las pasiones políticas e ideológicas, quienes consideran solo el corto plazo, y quienes se lleva de los titulares de prensa y los comentaristas furtivos de los medios, solo pueden ver el caos actual y es muy probable que añoren los tiempos felices de su reciente burbuja sin percibir el futuro prometedor que subyace. Sin un análisis de experto, no se detecta la auténtica corriente institucional que se mueve por debajo del constante choque de fuerzas en la agitada superficie, que ciertamente proyecta la imagen de un desorden mayúsculo sin remedio. Naturalmente, también los que se sienten amenazados por esa profunda corriente renovadora institucional hacen todo lo posible por confundir y desviar la atención de la compleja realidad que vive esa nación.

Por eso hemos invitado hoy a compartir con nosotros esta atalaya a un distinguido profesor de política económica internacional sin vínculos afectivos con Brasil, para que nos ayude a valorar- en términos profesionales-  el turbulento proceso que agita a ese gran pueblo, y proyecte su futuro. Tiene usted la palabra, Dr. Rodrik:

Entiendo que Brasil es muy infravalorado en este momento.  Pienso que si observamos lo que ocurre, de un lado, asombra la extensión de la corrupción que a partir de Petrobras asciende hasta las alturas.

Por otro lado, cuando vemos de la manera que están manejando la situación es sumamente impresionante. Es algo que ni en un país desarrollado suele pasar, que los procuradores fiscales y jueces respeten  fielmente el imperio de la ley. Hay verdadera rendición de cuentas. No están utilizando el proceso para el ajuste de cuentas políticas como ocurriría en cualquier otro sitio, en caso de ocurrir en primer lugar.

En mi opinión, cuando yo observo a Brasil, veo que están demostrando una madurez política en la forma que su sistema funciona que está décadas a la vanguardia hasta de los países industrializados más avanzados. Creo que el hecho de que están lidiando con todo esto y que en un plazo de cinco años lo habrán superado, eventualmente  los pondrá a ellos…yo apuesto a Brasil en el largo plazo.

Quizás sea más fácil explicar, mira, yo llego a Brasil como turco. Observo lo que ocurre en Brasil. Lo comparo con lo que está pasando en Turquía.

No es que a Turquía le haya sido fácil económicamente,  pero el tratamiento que dan los mercados financieros a Turquía es incomparable con el maltrato que han dado a Brasil.

Observo el capitalismo clientelista. Veo que al menos en Brasil hay un sistema que está bregando con ese mal, y lo están haciendo de una manera que es tan limpia como se pudiera esperar.

¿Y qué está pasando en Turquía? Lo que ocurre es que la corrupción y el capitalismo clientelista están mucho más extendidos que en Brasil. Sabemos que el presidente y sus parientes están profundamente implicados en grandes casos de corrupción. Sabemos que es así.

Las acusaciones contra Dilma palidecen ante la comparación. El hecho es que en Turquía, cuando la justicia empezó a actuar para limpiar el sistema, lo hizo por motivos explícitamente políticos. Por tanto, le facilitó a Erdogan el poder arremeter en su contra porque se vio que era un ataque motivado políticamente contra él, quitándole validez al proceso.

En esencia esto significa que en un país como Turquía, básicamente están posponiendo todos los problemas, postergándolos al futuro. Éstos van a obstaculizar el desarrollo, obstaculizar las políticas durante décadas.

Al menos en Brasil están trabajando en estos asuntos. Ustedes están intentando superar estos obstáculos. Quizás no sea factible en cinco años. Quizás encuentren otros escollos en el camino.

Mi recomendación es que se sientan orgullosos de tener un sistema que en realidad hace esfuerzos por purgarse.  Eso es muy raro.  Eso no ocurre en Turquía. Tampoco lo vemos en Tailandia. No está ocurriendo en la mayoría de los países en desarrollo que yo conozco.

En ese sentido, creo que Brasil es ejemplar.**

Muchas gracias, Profesor Rodrik, por la clara exposición que puede ser comprendida por cualquier principiante que haga un esfuerzo sincero. Y exhortamos a los amigos brasileros a que cuiden y apoyen ese trascendental proceso social que viven actualmente. Parabéns!

¡Nosotros también apostamos a Brasil!

*Se atribuye a Tom Jobim la máxima:   O Brasil não é para principiantes.   

**Los comentarios premonitorios sobre Brasil y Turquía  del ilustre  profesor  de Harvard, Dr. Dani Rodrik,  son una traducción de una pequeña parte de una larga entrevista sobre muy diversos tópicos, realizada en 1 de octubre 2015,  que se puede leer y escuchar  en inglés en el siguiente enlace (min 1:02:45 y 1:16:00): https://medium.com/conversations-with-tyler/a-conversation-with-dani-rodrik-e02cf8784b9d#.s0h84qmxj  Recomendamos también la lectura de una posterior entrevista publicada 3n enero 2016  en un medio brasilero, en portugués,  donde advierte en resumen: “El impacto económico de un impeachment en el corto plazo sería grande, pero aquí estoy hablando de una transición que va más allá del destino de líderes políticos específicos. El proceso de desarrollo institucional que ocurre en Brasil es más profundo que eso. Mas, para que el proceso de desarrollo institucional no sea frenado, es importante evitar dos trampas: hay que evitar  que la clase política logre controlar las investigaciones judiciales y que  esas investigaciones adquieran una agenda política en particular, siguiendo las preferencias particulares de un juez en lugar de cumplir la ley. En el momento que esas dos líneas sean ultrapasadas, todo el proceso que describí se irá a pique.” http://exame.abril.com.br/revista-exame/edicoes/1105/noticias/brasil-tem-chance-no-longo-prazo-diz-economista-de-harvard