A finales del año 2000, estando ya Hipólito Mejía en el gobierno, coordiné para el Periódico el Siglo una entrevista con la Periodista Wanda Méndez y el Arquitecto Antonio Ocaña (fallecido), quien había sido Embajador Dominicano en La República de Venezuela. En el ambiente propio de una entrevista con una persona de pensamiento definido y puntos de vista claros y verdaderos sobre la conducta de algunos personajes que actuando a la sombra del resentimiento, típico de cuervos pequeños burgués, hicieron oposición a la Medalla y reconocimiento que en 1997 otorgaría el presidente Rafael Caldera y el Gobierno de Venezuela a Juan Bosch –nos dijo textualmente- don Antonio, “el más furibundo anti Bosch de todos ellos es Lidio Cadet y el otro malo y perverso es Temístocles Montás … ellos se han propuesto borrar el legado de Bosch,.. el viejo cultivó un grupo de víboras”. Estas premoniciones políticas fueron hechas por Ocaña previo al VI Congreso del PLD.
Hoy, 28 de diciembre, parece un tanto fuera de contexto hacer estas reflexiones; pero, entre estrellas y pastores de Belén, haré un esfuerzo de entrelazar las ideas simples y complejas del pensamiento de Bosch y Bunge. Recurriré, para tales fines tanto al libro Filosofía y Sociedad de Bunge y, de Juan Bosch, Crisis de la Democracia de América en República Dominicana. Del primero tomaré sus tesis sobre dos enfoques: sectorial y sistémico y, el papel central del método en las respuestas eficientes a los problemas sociales, además, su visión sistémica de la democracia integral.
De Bosch tomaré sus reflexiones plasmadas en Crisis de la Democracia de América en República Dominicana, de manera particular, la visión sistémica que explican el carácter de la Democracia en el que se concibe la misma y presupone igual que Mario Bunge, la sociedad como un sistema constituido por cuatro subsistemas: Biológico, económico, político y cultural, en cuya vida real los intereses materiales se combinan con los sentimientos morales.
Siguiendo el orden de mi análisis pasó a citar a Bosch: “Los que ignoran qué es y cómo funciona la democracia, ignoran también qué es y cómo funciona el comunismo. En el mejor de los casos, ignoran ambas cosas por ligereza e irresponsabilidad o porque no se dan cuenta de que el orden político en que vive una sociedad es tan importante para cada miembro de esa sociedad como el aire que respira; pero muy a menudo se simula ignorar qué es y cómo funciona la democracia y qué es y cómo funciona el comunismo, porque a la sombra de esa ignorancia supuesta se obtienen ventajas, se aseguran privilegios, se conquistan posiciones; se le cierran los ojos al pueblo, en suma, para despojarlo con relativa facilidad.” (Crisis de la Democracia de América en la República Dominicana, Juan Bosch, Pág. 142).
Antes de entrar en razonamientos comparativos de uno y otro pensamiento, procedo a citar a Mario Bunge y sus concepciones sobre la Democracia: “En una democracia auténtica, el poder político está socializado, es decir, distribuido equitativamente en toda la población: todo individuo dispone de un voto y del derecho a presentarse como candidato para ejercer funciones públicas, sin tener que gastar un centavo, propio o ajeno. En todos los demás regímenes (aristocracia, oligarquía, timocracia, plutocracia, teocracia, etc.) el poder político es monopolizado por una minoría. Puesto que el poder es la capacidad de obligar a otros a actuar contra sus propios deseos, la concentración del poder político es tan inmoral como la concentración de la riqueza. A propósito, en una plutocracia ambas concentraciones van de la mano: el poder económico compra votos, y el político consagra y aumenta la concentración de la riqueza. El gobierno resultante no es precisamente un representante de lo que solía llamarse la voluntad general: es el gobierno de los ricos por los ricos y para los ricos. Esto es posible porque la participación ciudadana es baja. Cuando el deber cívico no se ejerce, el derecho correspondiente no se protege. La abstención electoral facilita la acción de los pillos que usan las libertades democráticas para esquilmar y engañar a los ingenuos. De modo, pues que la apatía política es tan inmoral como la piratería política” (Filosofía y Sociedad, Mario Bunge, pág.29, siglo XXI editores, s. a. de c. v., 1ra edición 2008).
Bosch en más de una de sus publicaciones en la que plantea el problema del comportamiento de las personas, establece que ninguna conducta política es improvisada, es el producto acumulado de una serie de acciones encaminadas a lograr un propósito: la eliminación de los círculos de estudios en el PLD, desarticulación de su estructura partidaria, desconocimientos de reglas de juegos, violación de principio, anulación de los métodos y la disciplina, ruptura de la unidad sistémica partidaria y su democracia, es lo que hoy ha derivado el PLD no en una estructura, sino, en conglomerado preso de una lucha campal individualista-populista por demás clientelista-oportunista, sin ideal ni compromiso democrático.
Dice Temo que hay que reflexionar ¿reflexionar qué y por qué? ¿Reflexionar lo qué fuimos, lo qué somos y lo que será el nuevo PLD? Decía don Juan que el Partido de la Liberación Dominicana no podía fallar, y no le podía fallar al Pueblo porque tenía una gran autoridad moral, y esta autoridad residía en no hablar mentiras y engañar la gente. ¿Tiene la secta plutocrática danilista autoridad moral para pedir reflexión?
El PLD fue una estructura o sistema de valores políticos, hoy simples recuerdos, que desde el pensamiento del Gran Maestro de la Democracia Dominicana, Juan Bosch, se promovió la participación política responsable (círculos de estudios), la justicia social (de servicio) y el conocimiento (programa de formación) de lo que se requiere para vivir razonablemente bien y ayudar a otros a vivir de igual manera. ¿Será posible retornar a estas esencias y compromiso partidario?
*Los enfoques de este artículo constituyen algunas teorías sobre la democracia desarrolladas en mi Tesis doctoral.- Juan Bosch: Dimensión Política, Filosófica y Jurídica (Como Razón Sistémica) Universidad del País Vasco-UASD