Cuando Juan Bosch fue derrocado en 1963 marchó hacia Puerto Rico y allí compuso un libro que pretendía explicar el Golpe de Estado contra la democracia dominicana. Ese libro se llama Crisis de la Democracia de América en la República Dominicana. Y analizando lo ocurrido explica como la composición social del pueblo dominicano se reestableció a la muerte del tirano.

Wilfredo Lozano, un destacado sociólogo dominicano, intenta analizar que entiende Bosch por gente de primera, que es la denominación que él utiliza para explicar la existencia de un grupo élite que consideraba que tenía el derecho a gobernar el país con o sin democracia. Lozano hace un breve estudio al inicio del volumen XI de las obras completas de Bosch e intenta develar la naturaleza del concepto de gente de primera.

“Este es un concepto recurrente en Bosch y el mismo adopta varios sentidos, según el contexto del análisis. El primero y más sencillo lo identifica con el de una élite, caracterizada por un estilo de vida y un marco de relaciones sociales entre la propia oligarquía como grupo y la “gente de segunda”, organizado en torno a una cultura y un conjunto de relaciones de poder social, pero enraizado en la economía por su relación con el poder terrateniente y el alto comercio. “Gente de primera”, en la terminología de Bosch en esos años, recogida a su vez del propio lenguaje oligárquico y elitista, se identifica con lo que autores como François Bourricaud definen como oligarquías latinoamericanas. “Gente de primera” remite así a un orden de dominio, mediante el cual la oligarquía establece un ascendiente sociocultural sobre las capas sociales que le quedan debajo en términos socioeconómicos y sobre todo de estatus, ejerciendo sobre ellas un dominio social y cultural. Es de esta forma que el concepto remite a un orden de dominación oligárquico” (Bosch, Vol. XI, p. XX).

Continúa Lozano su argumento: “Años después Bosch recuperará esta idea en su tesis sobre la dictadura con respaldo popular, al plantear la tesis del frente oligárquico. Un último aspecto que debe señalarse es que el concepto en Bosch asume un doble sentido en el análisis histórico: como grupo tradicional la “gente de primera” opera como una casta, es decir, como un grupo o élite escasamente relacionado con los demás grupos sociales; por tanto, dicho grupo no actúa como clase, es decir, como grupo socioeconómico que establece determinados lazos de dominación económica sobre la estructura social y una lógica de intereses económicos, sino como grupo de estatus o élite cultural. Por otro lado, durante la coyuntura postrujillista en la “gente de primera” se desata un proceso tras el cual dicho agregado social se propone convertirse —según Bosch— en una clase social, vale decir en un grupo con intereses socioeconómicos propios, siendo esto lo que define su estrategia de control del Estado como principal espacio empresarial del país. A partir de ello es que cobra sentido histórico el propósito de la UCN de alcanzar el poder por cualquier vía” (Bosch, Vol. XI, p. XX). Por tanto, Bosch sigue con la idea de que en la sociedad dominicana posterior a la caída del tirano seguía presente una noción de élite que provenía, según el otro libro que hemos comentado, del establecimiento de la corte virreinal de inicios del siglo XVI.

Bosch analiza la situación de los jóvenes urbanos que se enrolaron en el Movimiento 14 de Junio y sus limitaciones debido a que se formaron en la dictadura. “Esos jóvenes tenían pasión patriótica, eran honestos y buenos luchadores, pero no habían tenido tiempo de estudiar a su pueblo y por tanto no conocían ni la composición social del país ni la diferencia de actitud ante la vida que había entre un campesino y un hijo de rico de la Capital, entre un obrero azucarero y un abogado, entre un sin trabajo de Gualey y un Secretario de Embajada. Bajo la tiranía de Trujillo la República vivía aislada del resto del mundo y los luchadores antitrujillistas del interior no conocían el pensamiento de los que habían logrado saltar la muralla e irse afuera, a otros mundos donde habían podido estudiar con más serenidad y con relativa objetividad el proceso histórico dominicano, la psicología nacional, el juego de las fuerzas internas y externas que habían presionado sobre el Pueblo dominicano y lo habían formado —o deformado— en un trabajo de siglos” (Bosch, Vol. XI, pp. 33-34). Esos jóvenes del 14 de Junio inicialmente estaban aliados al UCN (Unión Cívica Nacional) que era la expresión de la oligarquía, o mejor dicho, de los que se consideraban gente de primera, después de todo eran sus hijos. Luego se separaron de ellos y proponían una revolución semejante a la cubana, pero decidieron erróneamente no participar en las elecciones y durante el gobierno de Bosch no le brindaron apoyo, pero al ser derrocado se alzaron en las montañas en un movimiento guerrillero (conocido como Las Manaclas) que fueron diezmados rápidamente por el ejército dominicano que seguía sintiéndose trujillista.

Esos jóvenes no entendían que Bosch se oponía al grupo que representaba los peores intereses de la sociedad dominicana, los llamados de primera. “El sector de gente de “primera” en la República Dominicana no había sido una clase sino una casta. Al llegar los días finales del régimen de Trujillo, antes aún de que el tirano fuera muerto a tiros, esa casta aspiraba a evolucionar hacia la categoría de clase. ¿Cómo? Dándose a sí misma la sustancia económica de que había carecido siempre. Los de “primera” habían aprendido de Trujillo una lección: que desde el poder es fácil hacerse rico en la medida en que la industria y las finanzas proporcionan riquezas, lo cual es una medida bastante diferente de la que daba en otros tiempos la posesión de hatos de ganado o casas de alquiler” (Bosch, Vol. XI, pp. 36-37). Al final los de primera lograron los que querían, aliados con el ejército y con el visto bueno de los Estados Unidos, derrocaron a Trujillo y tomaron el poder para lograr el objetivo de convertirse en los dueños del país. El gobierno del Triunvirato fue propiamente el gobierno de los de primera y gracias a ese hecho pudieron apropiarse de muchas de las propiedades y compañías que habían sido de Trujillo. Al final fueron también derrocados por el estallido de la Revolución de Abril de 1965, que a su vez fue abortada por la segunda intervención militar de los Estados Unidos a nuestro país, abriendo el camino para el retorno al poder de Joaquín Balaguer. Un dato curioso es que ni Trujillo, ni Balaguer, ni Bosch, pertenecían a los de primera y en gran medida por ese motivo ellos los detestaban a los tres, pero no pudieron impedir el ascenso de Trujillo, el triunfo de Bosch en 1962, aunque lo derrocaron, y tampoco pudieron detener el regreso de Balaguer. Desde ese momento, precisamente con la Revolución de Abril, los de primera se disolvieron.