Para ubicar el contexto en que nació Bosch (1909), justo una década después del ajusticiamiento de Lilís (1899) y 7 años antes de que el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos invadiera nuestro país (1916), hecho que ocurrió un año después de invadir a nuestro vecino Haití (1915), tenemos que entender cómo se formó el pueblo dominicano, como se articuló su Estado y por supuesto el momento en que se encontraba esa sociedad y el Estado al nacer nuestro autor. Bosch nace en el periodo entre el ajusticiamiento de Lilís y el ascenso de Trujillo, un periodo de gran inestabilidad y donde nuestra soberanía estuvo comprometida seriamente. Tomamos la palabra del mismo Bosch cuando afirma que: “La clave para comprender por qué la historia dominicana presenta tantos altibajos, tantos puntos débiles, tantos momentos oscuros y de confusión, está en la existencia de la pequeña burguesía en condición de componente mayoritario de la población del país…” (v. XI, p. 599) Esta es la primera afirmación de su libro La pequeña burguesía en la historia de la República Dominicana, publicado en 1985, en base a artículos que había escrito en Vanguardia del Pueblo desde el 8 de agosto del 1984 al 16 de enero del 1985 (En las Obras Completas se comete el error de indicar que los dos artículos de enero fueron del 1984). Por tanto, la naturaleza íntima de una etapa como la descrita y que fue donde nació nuestro autor, la explica él mismo por la existencia de una clase social específica que condiciona la marcha de nuestra economía, de nuestra vida social y articulación política.
Para Bosch la existencia y preeminencia de la pequeña burguesía antecede incluso al establecimiento del capitalismo, hecho que ocurrió en los años 70 del siglo XIX, cuando capitales azucareros procedentes de Cuba se instalaron en nuestro país debido a las tácticas militares de los patriotas cubanos que quemaban los cañaverales para quebrar la economía colonial española y conseguir la independencia de la isla más grande del Caribe. Bosch no es ingenuo en cuanto a categorías económicas y sociales y reconoce que: “Si alguien preguntare por qué hablamos de la existencia de pequeños burgueses dominicanos antes de 1871 sí resulta que la pequeña burguesía no debe existir allí donde no hay burguesía habrá que explicarle que en vista de que el precapitalismo dominicano no fue de naturaleza feudal, no podemos llamarles siervos (…) no hay una palabra que califique a las capas de la población que antes de que se establecieran las primeras empresas capitalistas disponían de pocos bienes como era el caso de los campesinos que sólo tenían un machete para producir algo pero no en tierras propias…” (v. XI, p. 600) Por tanto el concepto de pequeña burguesía, tal como lo usa Bosch, cuando se refiere a los periodos anteriores a la introducción del capitalismo y después de ello, hace referencia al hombre o mujer que ni es obrero asalariado, ni dispone de medios de producción de mediano o gran capital, y que por tanto debe vivir produciendo con escasos recursos para sostenerse él o ella, y su familia.
Bosch identifica varias capas de dicha pequeña burguesía en función de la disponibilidad de los recursos que dispone para producir. Por eso al referirse a la fundación del Estado Dominicano señala lo siguiente: “El proyecto de fundación de la República Dominicana fue obra de la pequeña burguesía de la Capital en sus niveles alto, mediano y bajo encabezada por Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella. Esa tesis ha acabado siendo aceptada por la generalidad de los historiadores y sociólogos nacionales tras varios años de argumentación alrededor del tema de si para el 1838 ó el 1844 había o no había burguesía dominicana. El proyecto tardó seis años en ser ejecutado, y para su ejecución fue necesario que los trinitarios hicieran alianza con los hateros en la porción de la isla donde se hablaba el español y con la pequeña burguesía reformista de Haití…” (Vol. XI, p. 601) La interpretación de Roberto Cassá es la siguiente: “La perspectiva de quienes auparon el acontecimiento fue nacional, liberal y progresiva, aunque tuvieran que pactar con núcleos de orientación conservadora, que ponderaban los problemas de forma diferente u opuesta, al grado de que algunos de ellos visualizaban la ruptura con Haití como el preámbulo de la subordinación a una potencia” (Cassá, 2016, p. 14). La cita de Roberto Cassá es de Antes y después del 27 de Febrero (2016) publicado por el Archivo General de la Nación. Mientras Bosch articula su argumento sobre la acción de las clases sociales, Cassá lo analiza a partir de los proyectos políticos, pero ambas interpretaciones son perfectamente complementarias. Lo que para Bosch es la pequeña burguesía urbana, Cassá lo denomina clase media urbana (Cassá, 2016, p. 15).
Por tanto, siguiendo a Bosch, no sólo es la pequeña burguesía la clase social más grande de nuestro país, sino que el proyecto de la creación del Estado Dominicano es producto de los diversos estamentos de la pequeña burguesía en la ciudad de Santo Domingo al final de la cuarta e inicios de la quinta década del siglo XIX. Inmediatamente se formó la primera institución del naciente Estado, es decir la Junta Central Gubernativa, el 1 de marzo del 1844, se evidenció la debilidad de la pequeña burguesía y el poder de los hateros se impuso y lograron que Tomás Bobadilla fuera el primer jefe de dicha Junta. Lo que llamamos en la historiografía dominicana Primera República fue el dominio de los hateros sobre la sociedad dominicana y culminó cuando ese sector económico y social, consciente de su paulatino proceso de debilitamiento económico y político, entregó la soberanía de nuestra nación a la Monarquía Española.
Afirma Juan Bosch que desde las primera horas de nuestra naciente República “la Iglesia, en la persona de su jefe, el arzobispo de Santo Domingo Tomás de Portes e Infante, y los hateros, en la de Tomás Bobadilla y Pedro Santana, jefe militar de las fuerzas en la región Sur, eran partidarios de que el país pasara a ser protectorado de Francia…” (v. XI, p. 602). Los únicos que buscaban construir el Estado Dominicano con plena soberanía era una parte de la pequeña burguesía organizada en torno a los fundadores de la Trinitaria. El proyecto de la República Dominicana comenzó a materializarse bajo el mando de quienes no creían en la misma y eso condujo irremediablemente a la Anexión a España. Ese es uno de los rasgos de nuestra República desde su fundación, donde las ambiciones de poder y dinero, enemigos del bienestar del pueblo, han logrado controlar el Estado y la economía, mientras los grupos más progresistas han sido derrotados una y otra vez en toda nuestra historia.
Sintetiza Bosch el último tercio del siglo XIX señalando que “56 años después de la fundación del Estado Dominicano, pasando por la Anexión a España y la lucha revolucionaria de la pequeña burguesía para recuperar la soberanía, lo que conocemos como la Restauración, y las diversas luchas entre los estamentos de la pequeña burguesía, además de la introducción del capitalismo en el país y la formación de una burguesía fundamentalmente extranjera, el ultimo dictador del siglo XIX, Ulises Heureaux, fue ajusticiado en la ciudad de Moca” (v. X, p. 309) Es esa pequeña burguesía, en las categorías de Bosch, la que produjo dictadores y caudillos, jefes militares y líderes políticos, todos ambicionando alcanzar nombradía y riqueza, debido a lo anómalo de la formación social de nuestro país fruto del atraso en el desarrollo del capitalismo. Esta situación la arrastramos hasta estas primeras décadas del siglo XXI y es una clave fundamental para entender los males del pueblo dominicano en el presente.
¿Cómo era la composición social al inicio del siglo XX? “Al morir Heureaux la composición social era la misma que antes de que Luperón estableciera en octubre de 1879 el primer gobierno azul, con la única diferencia de que la pequeña burguesía había ampliado sus bases económicas y estaba compuesta por un número mayor de miembros” (v. X, p. 310). Bosch nos brindó, a partír de su giro ideológico de la última parte de los años 60 del siglo pasado, una herramienta de análisis que superaba la visión ingenua de una historia marcada por cambios de gobiernos y partidos políticos signados por etiquetas ideológicas que no reflejaban su verdadera naturaleza. Hablar de liberales en la historia de nuestro país, como grupo político, es tan insensato como pensar que por tener un cielo sobre nuestra cabeza somos astronautas.
Bosch nació en las postrimerías de un gobierno caudillistas encabezado por Ramón Cáceres, un hombre carente de formación política que se guiaba por intuiciones y oportunidades, y fue asesinado igual que él hizo con Lilís y como lo harían otros pequeños burgueses con Trujillo. En el próximo Veritas liberabit vos estudiaremos el análisis de Bosch del gobierno de Mon Cáceres.