Pese a toda la propaganda de Hollywood, el hecho cierto es que quienes realmente derrotaron a las tropas fascistas alemanas fueron los hombres y mujeres de la Unión Soviética. Luchando por sus vidas y sus tierras, apoyados por el invierno, detuvieron las tropas nazis e iniciaron el desalojo de las mismas de su patria, avanzaron en combate por toda Europa del Este y conquistaron Berlín. La primera celebración de la Victoria sobre los fascistas ocurrió en la Plaza Roja el 24 de junio de 1945, 46 días después de la capitulación final alemana, con un impresionante desfile militar, luego, con intervalos de varios años, se celebra el 9 de mayo. En dicha parada militar participan muchos de los ejércitos de los países de la antigua Unión Soviética. En el 2010, por única vez, marcharon tropas de Estados Unidos, Reino Unido, Polonia y Francia. En este año 2018 asistió el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. La marcha militar comienza con la bandera que fue izada en el Reichstag al caer Berlín acompañada por la melodía de la canción Guerra Sagrada, escrita por Vasili Lébedev-Kumach y música de Aleksandr Aleksándrov. La letra de la canción es intensa y refleja el espíritu del pueblo soviético en su lucha contra el invasor fascista. “De pie, gran patria / de pie hacia la mortal batalla, / contra las oscuras fuerzas fascistas, / contra las hordas del mal. /¡Hagamos que nuestra ira / azote como una ola! / La guerra del pueblo, /¡Una guerra sagrada!”. Todavía en Rusia cuando se interpreta esa canción la mayor parte de los asistentes se ponen de pie en señal de respeto.

Cuando inicia el año 1943, específicamente el 31 de enero, las tropas fascistas alemanas capitulan frente a la Unión Soviética el cerco en torno a Stalingrado y se inicia el avance de los soviéticos camino de Berlín. El 12 de mayo Alemania e Italia se rinden en el norte de África frente a los aliados y dos meses más tarde cae el gobierno fascista de Mussolini. Mientras en Cuba los exiliados dominicanos intenta formalizar el PRD como partido político ante las autoridades cubanas. Bosch explica lo complejo del proceso. “Lo que nos pidió el gobierno de Cuba no fue la suspensión o abandono de la propaganda contra la tiranía dominicana, fue que abandonáramos el nombre de Partido Revolucionario Dominicano. La demanda fue hecha a una comisión del partido por el Primer Ministro del gobierno de Batista, que se llamaba Ramón Zaydín. En ese momento, fines de marzo o principios de abril de 1943, la Segunda Guerra Mundial tenía tres años y medio de duración, era llevada a cabo por una coalición de países democráticos y la Unión Soviética contra Alemania, Italia y Japón. De los últimos países, uno —Alemania— estaba gobernado por el Partido Nazi, cuyo jefe era Adolfo Hítler, y otro —Italia— lo era por el Partido Fascista, dirigido por Benito Mussolini, y el Dr. Zaydín nos impuso el cambio del nombre del Partido Revolucionario Dominicano por el de Unión Democrática Antinazista Dominicana (UDAD), imposición que tuvimos que aceptar porque de no hacerlo se nos prohibiría usar el del PRD” (v. VIII, p. 613). El nombre del PRD estaba tan vinculado al PRC(Auténtico) y Batista sabía que el ideólogo de dicho partido de exiliados dominicanos era el Dr. Cotubanamá Henríquez, alto dirigente del PRC(A), y el presidente cubano no deseaba alentar a sus opositores internos, ni enemistarse con Trujillo. Por tanto, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial y la unidad ideológica de casi todo el mundo en contra del fascismo representado por Alemania-Italia-Japón, la opción de nombrar el partido como una formación “antinazista” era razonable.

En el artículo de Cassá que comentamos en el pasado número de Veritas liberabit vos se indica que: “De los documentos internos de los funcionarios cubanos se desprende que, en lo fundamental, ponderaron con hostilidad a la nueva organización, al grado de que uno de ellos alabó al régimen de Trujillo. Esto llevó a que, sobre la base de preceptos legales, se obligara a los exiliados dominicanos a desistir del funcionamiento de un partido, lo que llevó a una transacción consistente en el cambio de nombre a Unión Democrática Antinazista Dominicana” (BAGN, 121, p. 378). No todos estaban de acuerdo con el cambio de nombre y surgían las luchas entre los líderes, y eso explica que al comentar Bosch la publicidad de la nueva organización en “…la revista Carteles (en donde apareció) una fotografía mía al pie de la cual se leían las palabras “Juan Bosch, secretario general de la Unión Democrática Antinazista Dominicana (UDAD) mientras pronunciaba un discurso” (no recuerdo en qué lugar). Como presidente de la UDAD fue designado el Dr. Romano Pérez Cabral porque el Dr. Jimenes Grullón se negó a aceptar ese cargo” (v. VIII, p. 614). Bosch en sus textos utiliza el nombre del PRD a pesar del cambio del nombre. Cassá, comentado los textos encontrados en Cuba señala un hecho interesante: “Para ese congreso (el pautado para entre enero y marzo del 1943) estaba prevista la participación de otros exiliados, como Juan Bosch, quien aparentemente no asistió a las primeras sesiones por estar residiendo en Guantánamo” (BAGN, 121, p. 378). Lo cierto es que Bosch no se destaca en la documentación señalada, incluso la posición de Secretario General se indica que la ocupó Juan Isidro Jimenes Grullón y para las autoridades cubanas él era el “alma del movimiento”. (BAGN, 121, p. 377). Esos datos son en relación a la primera reunión celebrada el 16 de febrero del 1943, pero un año después, con el cambio del nombre, aparece Juan Bosch como el Secretario General y Jimenes Grullón rechazando ocupar la presidencia. El enfrentamiento entre los dos “juanes” era un hecho.

Bosch señala con detalles que al año siguiente de ese primer congreso y cambio de nombre, es decir en 1944, año simbólicamente importante para los dominicanos por ser el primer centenario de la Independencia nacional, se realizó un congreso unitario de todos los grupos de exiliados dominicanos que luchaban contra Trujillo. “Al año siguiente, 1944, el Partido Revolucionario Dominicano inició una campaña dirigida a obtener un acuerdo de unidad con otras agrupaciones de exiliados dominicanos que siguiendo el ejemplo que habíamos dado los perredeístas al fundar y mantener la primera organización antitrujillista del exilio dominicano habían establecido agrupaciones de diferentes tendencias. El Partido Revolucionario Dominicano consiguió que en La Habana se celebrara un congreso unitario, que se llevó a cabo también en el año 1944, y en él estuvieron presentes, en representación de la Unión Patriótica Dominicana, Ángel Morales; por el Frente Democrático Dominicano, el Dr. Ramón de Lara; como observador, a nombre de Acción Democrática de Venezuela, el poeta Andrés Eloy Blanco, y representantes de todas las seccionales del PRD. Ese congreso unitario tuvo apoyo en fuerzas políticas cubanas como lo demostró la recepción que les hizo en su casa a todos los participantes en él, el Dr. Eddy Chibás de la cual se conservan fotografías” (v. VIII, p. 614).

Jorge Renato Ibarra Guitart explica las condiciones que impulsaron ese Congreso: “Por esos años tuvieron lugar cambios políticos que favorecieron a los exiliados dominicanos. En junio de 1944 fue electo presidente de Cuba Ramón Grau San Martín; en julio de 1945, Juan José Arévalo toma el poder en Guatemala, en tanto en octubre, asume la presidencia en Venezuela, Rómulo Betancourt. Estos tres gobiernos, unido al de Élie Lescot en Haití, resultaron abiertamente hostiles a Trujillo, por lo que se crearon las condiciones para que los desterrados dominicanos desarrollaran una vasta conspiración con el sustento que le dieron estas administraciones. En octubre de 1944 tuvo lugar en La Habana el Primer Congreso de Unidad de los exiliados dominicanos del cual emergió el Frente Unido para la Liberación Dominicana (FULD) que agrupaba a la “Unión Patriótica Dominicana” dirigida por Ángel Morales, al “Frente Democrático Dominicano” de Ramón de Lara, a la Asociación Independiente para la Liberación Dominicana” de José R. Kingsley, así como el Partido Revolucionario Dominicano. En esta última agrupación comenzaban a surgir divisiones entre su presidente, Juan Bosch, y Juan Isidro Jiménez Grullón. Como resultado de este congreso unitario se nombró a Leovigildo Cuello como delegado general del Consejo Supremo y a Juan Bosch como enviado especial para las negociaciones con los gobiernos de la región que simpatizaban con la causa redentora dominicana. Diferentes miembros de la sociedad civil cubana estuvieron invitados a aquel congreso de unidad dominicana. La Federación Estudiantil Universitaria (FEU) elaboró el documento “A los estudiantes de América” que tuvo gran impacto continental. Con posterioridad se creó el Comité congresional Pro Democracia Dominicana dirigido por el senador auténtico Eduardo Chibás y que tuvo una sección en la Universidad de La Habana, dirigida por Fidel Castro” (www.cubaliteraria.com).