1929 es un año especial en la vida de Juan Bosch. Publicó sus primeros cuentos -conocidos por nosotros- y ensayó sus primeros análisis político. Narrativa y política serán las dos actividades que le darán fama nacional, continental y mundial a lo largo de su existencia. En el 1929, el 30 de junio, Bosch cumplió 20 años. Previamente en el 1926 escribió los primeros versos que tenemos al presente de él. En el periódico El Mundo publicó dos artículos: el primero el 29 de agosto de 1929 titulado El panfleto de Betancourt y Otero Silva, el segundo el 16 de septiembre de 1929 titulado Los dos caminos de la hora. Ambos textos aparecen en el volumen XXXIII de las Obras Completas.

Bosch da a la prensa ambos artículos a pocas semanas de ser derrocado Horacio Vásquez, le antecedía a ellos la prolongación del mandato de Vásquez en 1927 y la reforma constitucional de junio del 1929 que posibilitaba la reelección del ajusticiador de Lilís, así que Bosch escribe entre esa reforma y el golpe de Estado del 23 de febrero del 1930. Otro factor importante, con el que nadie contaba, es que un mes después del último artículo, ocurriría el Crack económico, el 24 de octubre de 1929, que sumiría al planeta entero en una gran depresión. Trujillo iba camino del poder absoluto gracias a los esfuerzos continuistas de Vásquez y la depresión. Otros factores le ayudaron: la ideología fascista, proveniente de Italia, que influenciaba a muchos jóvenes de clase media, y el pesimismo imperante entre los intelectuales que demandaba un hombre fuerte que sometiera a los caudillos locales y estableciera orden y progreso. El arielismo mal digerido, como reacción a la dictadura del cuerpo de Marines de Estados Unidos recién finalizada, y la cobardía de muchos hostosianos, colaboraron en allanar el camino al monstruo que nos sometería por tres décadas. La democracia ya había muerto en nuestro país antes de que subiera el tirano a la presidencia.

La situación venezolana, tema del primer artículo, era grave, la dictadura de Juan Vicente Gómez (1857-1935), que duró 27 años, suprimió todas las libertades y perseguía tenazmente a todo opositor a su gobierno, esto lleva a Rómulo Betancourt (1908-1981) y otros jóvenes venezolanos a Santo Domingo, donde distribuyen un folleto titulado En las huellas de la pezuña escrito por Betancourt y Miguel Otero Silva (1908-1985). El texto narra el levantamiento de los estudiantes venezolanos durante el carnaval del 1928, del 6 al 12 de febrero de dicho año, demandando democracia y modernidad. A ese movimiento juvenil se le conoce en Venezuela como la Generación del 28. La recepción del texto en nuestro país fue relevante según Bosch: “Su panfleto En las huellas de la pezuña fue, más que leído, devorado, las últimas páginas en un desesperado esfuerzo visual, en el aletear preagónico de un crepúsculo gris. ¡Qué bien escrito! ¡Cuánto realismo!” (Vol. XXXIII, p. 381).

Aunque Bosch reconoce en el artículo que no conocía en persona a Betancourt u Otero Silva, en otro texto de Bosch habla de que se conocieron durante su estadía en Santo Domingo en el 1929 días después de publicar su artículo (v. XXXVII, p. 141) y más que eso, señala Bosch: “Betancourt vino a dar a la República Dominicana y aquí publicó un libro titulado En las garras de la Pezuña, que le ayudé a vender en la Capital y en La Vega, donde fui acompañándolo porque él iba a dar en el teatro Progresista una conferencia sobre la situación política de su país” (v. XXXVII, p. 290). Bosch y Betancourt serán en el futuro grandes amigos y aliados políticos en la lucha por la democracia en el Caribe. Betancourt fue la inspiración del cuento La mancha indeleble debido a que de joven militó políticamente como comunista y luego rechazo radicalmente esa ideología y durante el gobierno de Bosch le recomendó perseguir a los comunistas, cuestión que él no hizo por su convicción democrática de que todo ciudadano tenía derecho a sus propias ideas políticas y expresarlas. Luego de que Bosch asumiera el marxismo al final de los 60 la amistad entre ambos se deterioró, por motivos obvios, aunque siempre Bosch destacó la deuda del pueblo dominicano con el líder venezolano por su lucha contra Trujillo que casi lo condujo al martirio.

Siendo de la misma edad que Betancourt, un año más joven, Bosch lo describe como “muchacho”: “Cuando a los veinte años se ha vivido, errante, con el dolor de la patria podrida y el dolor de la novia ausente, en una cruzada magnífica sublime, como ha vivido Betancourt; y cuando se escribe como escribe este muchacho, que en las puertas de la vida sintió el alarido doliente de la humanidad herida, es porque se está señalado con la marca de los grandes destinados” (Vol. XXXIII, p. 382). Ambos, Betancourt y Bosch, estaban señalados con la marca de “los grandes destinados”. En las páginas 159 y 160 de la obra de Bernardo Vega titulada El ascenso de Trujillo al poder (1929-1930), se reproduce una nota de protesta del gobierno de Venezuela por las actividades de Simón y Rómulo Betancourt en Santo Domingo y la respuesta del gobierno dominicano. Betancourt brindó varias conferencias en diversos lugares del país y participó en una expedición naval desde Santo Domingo contra Vicente Gómez, organizada por el General Román Delgado Chalbaud, reclutando dominicanos y venezolanos, pero la inexperiencia náutica, el barco se llamaba La Gisela, los hizo encallar en Barahona. Esa expedición era parte de un proyecto más grande y el 11 de agosto desembarcaron en Cumaná, Venezuela, más de 200 expedicionarios, que fueron rápidamente derrotados, perdiendo la vida en la acción el mismo General Román. La contribución que iría desde Santo Domingo nunca salió de nuestras aguas territoriales.

Bosch señala que su contacto con Betancourt y con la poeta Magda Portal le ayudó en el inicio de su conciencia política. “En esos tiempos en Perú había vuelto al poder Augusto B. Leguía, que gobernó dictatorialmente desde el año 1919 hasta el 1930, y llegó a Santo Domingo Magda Portal, una poeta peruana que recorría países de América denunciando a Leguía y su dictadura, y yo tuve varias entrevistas con ella, lo que tal vez, además de la relación con Betancourt, contribuyó a generar en mí preocupaciones políticas” (v. XXXVII, p. 290). Sin salir del país a Bosch le llegó desde Venezuela y Perú ideas e inquietudes que tocarían su fibra política, más allá de la sensibilidad social que sus cuentos ya reflejaban. Sobre Rómulo Betancourt volveremos en otras entregas.

El segundo artículo trataba de la situación del país. ¿Cuál es el planteamiento de  Los dos caminos de la hora? El punto de partida es trágico: “Es innegable que en la Mansión Presidencial se está gestando una tiranía que amenaza al pueblo dominicano. Y esta tierra que tantos machos ha parido ve impasible la formación de una hidra de cabezas trágicas” (Vol. XXXIII, p. 383). Bosch se hace eco del estado emocional-político que muchos jóvenes y políticos dominicanos vivían según avanzaban los dos años que Horacio Vásquez se adjudicó y los planes reelecionistas que estaban en curso con la modificación de la constitución.

El grupo de intelectuales y políticos que habían permanecido unidos en su lucha contra la salida de las tropas de Estados Unidos, estaban fraccionados en varios partidos y las apetencias de poder de muchos de los que “aspiraban” a ser presidentes impedía cualquier acuerdo por el bien de la democracia, además de los que respaldaban a Horacio Vásquez aunque el presidente luciera más muerto que vivo. León David lo comenta: “La indignación es el sentimiento que campea en el pecho del que ese escrito redactara; indignación que a manera de leña seca alimenta la llamarada de una prosa que estalla en dramáticas fulminaciones y lapidarias sentencias…” (Vol. XXXIII, p. LXVI)

Y Bosch da 3 ejemplos concretos de quienes se enfrentan a dicha “hidra de cabezas trágicas”: “Gestos aislados; pocos hombres de vergüenza: Leoncio Ramos, dispuesto a sacrificar la comodidad de él y su familia con la negación de un sueldo lujoso; Luis Sánchez Andújar y Gustavo Adolfo Mejía, decididos a sacrificar su vida en aras de un ideal” (Vol. XXXIII, p. 383) Leoncio Ramos es muy conocido, proviene de las filas horacistas, pero tiene la integridad personal de romper con Vásquez y su proyecto continuistas, con valentía, “dispuesto a sacrificar la comodidad de él y su familia con la negación de un sueldo lujoso”, como señala Bosch. Andrés L. Mateo publicó aquí en Acento dos artículos sobre él, el 23 y el 30 de abril del 2015, que invito a todos a leer con detenimiento ya que la historia, aunque azarosa, como destaca Tony Raful, también tiene repeticiones, como señala una cita proverbial de Carlos Marx en El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte: “La historia se repite dos veces: la primera como tragedia, la segunda como farsa”. ¡Y estamos en farsa!

Luís Sánchez Andújar, dueño de El Mundo, donde precisamente publica su artículo Bosch y donde se publicaron otros textos críticos a las ambiciones de Horacio Vásquez, demostrando su propietario gran valor cívico, y Gustavo Adolfo Mejía, quien asumió también una posición valiente frente a las tendencias autoritarias de Vásquez, fueron ambos encarcelados. Bosch públicamente se coloca al lado de ellos. No obstante Bosch reconoce que los valientes eran pocos, ya que, lamentablemente: “…la totalidad del pueblo (se mantiene) elevando preces a los hombres que puedan darle un pedazo de pan manchado en lodo de muchas iniquidades” (Vol. XXXIII, p. 383). Por más amor que tuviera al pueblo, siempre Bosch fue muy realista. Seguimos con ese texto en el próximo Veritas liberabit vos.