"La inmortalidad está en la memoria de los otros y en la obra que dejamos." Jorge Luis Borges es una realidad eterna, paralela y a la vez profundamente entrelazada y penetrada por la realidad. Veinticinco años luego de su desaparición física su obra aun permea el imaginario de intelectuales, científicos, literatos y gente común.
Anglófilo, cultísimo, siempre polémico, es "una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor", como él mismo describiera a El Aleph que lo haría inmortal, donde encontramos "ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo."
Su obra es un jardín de senderos que se bifurcan, donde todo es real y todo es ficción, donde la descripción analítica, casi periodística de las cosas, se mezclan con vuelos poéticos e intelectuales que prefigurarían lo que luego sería conocido como "realismo mágico."
Sus fantasmagorías permean toda la literatura: desde la visión lúdica e intelectual del mundo de "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius" hasta "El informe de Brodie", Borges abarca gran parte de las formas literarias, menos la novela, la que consideraba un genero demasiado farragoso, ya que para él lo que se podía resumir en cinco páginas no había por qué arrastrarlo hasta llevarlas a las quinientas.
El imaginario borgeano lleva implícito un "gnosticismo ateo", en el que el universo tiene quizá un origen, pero no necesariamente un sentido, lo que hace que los laberintos y los espejos se conviertan en los símbolos paradójicos de su imaginación deslumbrante
Durante 30 años candidato de primer orden al Premio Nobel de Literatura, finalmente le sería negado por posiciones políticas asumidas en un momento histórico crispado. Pero esto no es más que la confirmación de la ironía borgeana: con o sin Nobel, sus narraciones, versos y ensayos son considerados universalmente como algo por encima de cualquier premio.
El canon literario de Occidente estaría incompleto de no existir sus textos. Admirado por García Márquez, Cortázar, Rulfo y Vargas Llosa, entre muchos otros grandes, la literatura latinoamericana fuera otra cosa, quizá otra ficción, en ausencia de él.