Esa manía del gobierno de mentir o tergiversar los hechos, especialmente si se trata de asuntos económicos, se ha convertido en una grave enfermedad que le esta ocasionando mucho daño al país. Es una edición de la crisis griega, donde el gobierno le mintió a todo el mundo. La Comisión Económica del PRD declaró la semana pasada que los bonos colocados hace una semana por US$500 millones eran realmente por US$516,475 millones y que los mismos se colocaron a una tasa de 7.50% y no de 6.96% como dijeron las autoridades.
¿Que hizo el gobierno? Como el bono anterior por US$750 millones estaba cotizado a un 103.54% en los mercados, con una ganancia de 3.54%, capitalizaron esa diferencia con la nueva emisión recibiendo una suma adicional de US$16.4 millones, con lo que entraron al país US$516.475 millones y no los US$500 millones que anunciaron.
¿Por qué no decir las cosas como son? Pero el Ministerio de Haciendo ahora reconoce esa diferencia pero la desdibuja y no dice donde están esos US$16.4 millones y si entraron junto a los US$500 millones a las arcas del Banco Central. También insisten en que la tasa fue de 6.95% cuando no es cierto.
El memorándum de oferta de JP Morgan y Barclay Capital dice los siguiente: THE DOMINICAN REPUBLIC: 7.500% AMORTIZING BONDS DUE 2021.
Cuando usted entra a los detalles de la colocación observa exactamente lo mismo, donde repite el monto de US$500 millones y la tasa de 7.500% con vencimiento en el 2014, donde el nuevo bono tienen un precio de 103.54%, con una ganancia de 3.45% lo que le permitió obtener esos US$16.4 millones adicionales, totalizando los US$516.475 millones. Y esto está escrito por los bancos emisores.
Si la colocación hubiera sido por los 500 millones menos esa ganancia de 16.4 millones que se embolsillaron las autoridades (que suponemos entraron al Banco Central) entonces la tasa hubiera sido de 6.95%.
¿Por qué tanto misterio con una cosa tan delicada como esa? Simplemente porque no se atreven a decirle al país que eso que hicieron de coger los US$16.4 millones producto de la ganancia del bono emitido, implica pagar US$14 millones adicionales de intereses en los 10 años de maduración de esta nueva emisión, que se calcula en función de la diferencia de tasa entre los 6.95% y el 7.50%. Estamos hablando de una suma importante que podría contravenir los términos de la ley que aprobó la emisión de los US$500 millones de bonos.
Pero como ya es costumbre de este gobierno, manejaran a su antojo la información y usaran todos los subterfugios a su alcance para demostrar que esa información proviene de mentes enfermas y de economistas mitómanos que quieren hacer daño.
Lo que procede de inmediato es que el Gobierno aclare como se hizo esa operación, cuánto dinero se recibió realmente, porque el bono pagará un 7.50% y que le permitió obtener US$16.4 millones adicionales. Además, cuanto le costara al país ese canje y si la operación está dentro de los términos la ley ya que recibió más dinero del monto aprobado con su consecuente efecto negativo en la tasa de interés.
El PLD hizo grandes escándalos con los bonos emitidos por el Gobierno de Hipólito Mejía. Mantuvo una oposición feroz en el Congreso para que esos bonos no se aprobaran. Acusaron al gobierno de usar mal esos recursos cuando se aplicaban estrictamente a un programa de obras que fue presentado junto a la propia ley de bonos. Ahora nadie sabe que se hará con ese dinero. No tienen ninguna restricción ni obligación para invertirlo en determinadas obras o sectores y pueden hacer lo que le da la gana, incluyendo pagar tarjetas de crédito de los funcionarios, contratar más gente en nominillas, financiar el PEME o cubrir los pomposos gastos presidenciales en sus viajes al exterior. Para colmo, han emitidos mas bonos que lo que emitió el Gobierno de Mejía.
Lo menos que se merece este país es una explicación transparente de esa operación y sus costos ya que el PLD no los pagará, pero el pueblo sí.