¿Bono Camaleón? Por más que quieran darle aquí categoría para “Soberano”, la ACROARTE de los mercados de capitales internacionales no dejará pasar de “Subordinado” al bono de Banreservas. Fue así que se estructuró, se calificó y se presentó a los inversionistas internacionales. El título no se vendió como bono camaleón o soberano disfrazado, abiertamente o fuera de record. En las presentaciones, al mencionar subordinado, no se usaron comillas en el aire; tampoco se guiñó un ojo o se forzó una tos para insinuar el supuesto aval gubernamental que tendrá lugar en caso de insolvencia.
El Ministro de Hacienda, como Presidente del Consejo de Directores de Banreservas, votó a favor de la emisión, pero no instruyó a la Dirección General de Crédito Público que la asentara en los registros oficiales de deuda pública. Esta es una obligación del banco con residentes en el extranjero, similar a la que hoy tiene con entidades financieras, y que contractualmente no comprometen las finanzas gubernamentales. Si para los inversionistas institucionales, foráneos y locales, fuera automático relacionar propiedad estatal con riesgo soberano, Banco Agrícola y Monte Piedad hace rato que hubiesen hecho su baile de debutante o el BNV hubiese sido capaz de emitir sus valores a un rendimiento sustancialmente inferior a las realizadas por bancos privados.
El crédito al sector público es consecuencia de un sistema bancario de reserva fraccional que convierte a la actividad en páramo libertario. La existencia o no de bancos de propiedad estatal por eso en nada afecta la disponibilidad para el crédito oficial. Su impacto tiene más que ver con los montos y tasas a que se transan las operaciones con los participantes del mercado primario o en préstamos sindicados. Ahí la discusión será sobre el interés que garantice un arbitraje o cuotas que mantengan la tendencia de altos retornos a sus apalancados inversionistas.
Administración de condominios. Cuando vivir es un infierno, hay que volver a ganar terreno metro a metro. Enfrentar demonio a demonio los que ronden su entorno de familiares y vecinos. La vida en apartamentos ofrece una oportunidad excelente para entrenarse en esta forma de combatir agresiones a la convivencia armoniosa. La división del trabajo, maravilla de la cooperación voluntaria entre seres libres, ya aquí está rindiendo frutos con la aparición de gerentes especialistas en la administración de condominios. Con esta contratación externa se libera a un propietario de tareas como cobrar a los vecinos, depurar los candidatos para serenos o conserjes y lidiar con más de un problema diario relacionado al mantenimiento del edificio.
Estos profesionales proliferan porque cada vez es más difícil para la administración de condominios encontrar dueños de apartamentos con cualidades extraordinarias para añadir esa función a sus responsabilidades normales, sin perder cordura, sanidad y amigos en el proceso. Tener a un administrador externo permite que los propietarios reporten de manera espontánea los problemas que les afecten o situaciones que consideren deben mejorarse. No hay que pensarlo dos veces para escribir un correo electrónico con queja o sugerencia a una persona contratada para esos fines. Antes, prudencia, tacto, sentido del momento y temple para jugar ruleta rusa eran habilidades indispensables para la empatía con el presidente. Asumió luego de la cuarta convocatoria a la que no se presentó aspirante, y es quien sacrifica en esa posición buena parte del escaso tiempo que hoy queda disponible para ocio. De estos temores nos libera el gerente externo y un blog o foro en la web donde se escriben comentarios con los problemas y un dinámico intercambio brinda las pautas para la solución con el sereno que se duerme, el portón que se queda a medio camino, chofer que ocupa parqueos e irrespeta residentes o inquilino que se atrasa en cuotas de mantenimiento.
El gerente externo también es un aliado del condominio frente a los dueños de negocios y sus clientes que abusan de los espacios públicos. Un residente compartió una historia de horror sobre el atropello y las amenazas de la directora, profesoras y padres de alumnos de un colegio que, junto a una pizzería igual de irresponsable, tienen la Salvador Sturla como un feudo particular. Los “educadores” y relacionados llegaron a romper la señal de tránsito que les invitaba a respetar el horario de estacionamiento y ocupar agresivamente la mitad de la entrada al edificio. Para sorpresa de todos los residentes del entorno, hicieron una remodelación de la acera pública que les permite ahora utilizarla como parqueo permanente para sus actividades diarias y nocturnas. El peatón que va hacia la Avenida Tiradentes tiene ahora que utilizar la calle. En el trayecto se encuentra con otros obligados también a caminar en la vía porque la otra acera es ocupada por los motores a domicilio de Pizza Hut. Nota curiosa: este restaurante obstruye el paso por la acera a todas horas, al mismo tiempo que exhibe en su entrada una deslumbrante rampa para recibir a los discapacitados. Un video de principiante grabe sobre el hipócrita restaurante, donde se ve también el colegio de los hunos:
https://www.youtube.com/watch?v=kD2y_YD5cSI
En la unidad de los condominios y juntas de vecinos reside la esperanza de reconquistar para la civilización los espacios que domina el salvajismo rampante. De ahí surgirán las ideas efectivas y prácticas para enfrentar problemas, como las que ya han puesto en práctica comunidades como Villas Claudia y otras que siguen su ejemplo.
Nota: Escribí sobre la vida en condominios en los años 90 un artículo que pueden ver en este enlace:
http://es.scribd.com/doc/94070251/%C2%A1Cuando-vivir-es-un-infierno