Bolivia estuvo inmersa en una grave crisis política como resultado de los siguientes acontecimientos. El domingo 21 de febrero de 2016 se realiza un referéndum (si/no) con el propósito de modificar la Constitución y permitir así la postulación para un cuatro período presidencial consecutivo de Evo Morales, entonces presidente de la República. El resultado fue el NO, es decir mayoritariamente rechazado. Aun así se incumple con esa tan democrática decisión y por la vía del Tribunal Constitucional se impone la postulación de Evo Morales. Ya en las elecciones del 20 de octubre de 2019 después de que las bolivianas y bolivianos habían votado y a partir del proceso paralelo de conteo rápido legalmente establecido y que proyectaba la necesidad de una segunda vuelta, lo que quiere decir que Evo Morales no ganaba en la primera vuelta, el conteo se suspende, presentándose varios días después ante esa irregularidad un cambio en las tendencias. Lo cual provocó a partir de entonces una profunda crisis política que encuentra su salida con la victoria en primera vuelta el próximo pasado 18 de octubre de Luis Arce candidato del mismo partido de Evo Morales.
¿Por qué querer imponer un cuarto mandato consecutivo de Evo Morales?
Cuánto sufrimiento y daño a ese país por esa irracionalidad que en las elecciones de Bolivia recientes probaron como lección para todos los pueblos del mundo, que siendo el Estado la más alta expresión de organización de la sociedad lo principal no es la o el individuo, una o un sapiens más, una o un primate para mejor entender otro rango biológico que nos es común, o una o un mortal más, como se acostumbra decir.
Como una importante lección de las elecciones bolivianas, hay que repetirlo: ¡no hay nadie imprescindible! Y de qué manera se demuestra al salir electo un candidato, Luis Arce, del mismo partido cuando con Evo Morales como candidato se llegó al extremo de retrasar aviesamente el conteo rápido cuando no le favorecía, y cómo luego en un contexto diferente, el mismo partido incrementa considerablemente su votación.
La otra gran lección de las elecciones bolivianas es la garantía que da a la sociedad un Poder Electoral relativamente efectivo y transparente, logrando que en pocas horas los adversarios políticos reconocieran plenamente la victoria de Luis Arce.
Las lecciones de las elecciones recientes de Bolivia indican que es posible en todos los pueblos del mundo el efectivo funcionamiento del Estado en sus diversas instancias y más allá de las individualidades, como contribución a la tan significativa, por valiosa para el desarrollo humano, convivencia democrática.