De día y de noche. Una calle. Con gente. La misma calle sin gente en pantalla. Una cara. Otra cara. Claridad. Oscuridad. Todo en pantalla. Se escucha, como de lejos, una conversación  entre Boca de día y Boca de noche. No se oye nada fuera de lo que hablan esos dos personajes, masculino-femeninos. Varios ritmos vocales se abrazan en dos tiempos que parecen ser un solo tiempo. Desde una puerta con rejas aparecen rostros en pantalla. Cada vez que aparece un rostro suena un ¡clic! La puerta se hace visible en todo el diálogo.

Boca de día: lo que sale, brinca y se ranea, no se calla. Habla sin control. Te estoy chequeando, boca sucia, no hables tanto… que ya pronto te agarro…

Boca de noche: ¿qué te pasa? Ven pa´ acá. Acércate loca. Tá duro esto. Cerrao… Negro. Te veo hablando mucho… y él callao.

Boca de día: ¡párate ahí!… ¡Ahí mismito. ¿Cómo va la cosa? Mira que de noche, todo se ve oscuro desde adentro. ¡No te pase, bacana!

Boca de noche:   ¡Ay, Guachupa! ¡Ay, Cañita!… ¡Fuego y fuego! Ahora o mañana abrimos esto! No me jodas!… ¡ El hombre tá atrapao!

Boca de día y Boca de noche tienen un diálogo que no es macabro. Lo que ellos  son y dicen lo quieren hacer y aclarar. Ambos son un espejo del día y de la noche. Pero hay algo más…

Boca de día: ¡Esto no es un juego, mai…! Sácate eso de ahí. Tienes que bajar duro, ahora. Porque mira lo que viene… ¿Tú tienes fiebre?… ¿gripe?… ¿dolor en los huesos, en la boca, en la nariz, en el pecho, en la garganta, en el codo derecho y en el izquierdo, en la lengua? .. ¿Te arde el estómago, la cabeza, la maldita mente, el culo, la mierda?

Boca de noche:… ¡Fiesta de noche y Fiesta de día! ¡Quiero calle de día y calle de noche!…¡ Cuarto de día y cuarto de noche…!

Boca de día: ¡Pero así estoy yo, bacana, hermana…

¿Qué pasa?… Tó lo día un cuento y un cuento… Y una vaina rara…Tenemos que ver pá dónde e que vamos que no sea el hoyo. No podemos desperdiciarnos… y una historia…Y una historia que no se acaba… y todos estamos presos, cogíos, sin cuarto; dejándonos llevar de políticos y avivatos. No, bacana, eso no es así. Tengo mi negocio cerrao. No estoy picando… Y ná se resuelve.

Boca de día: ¡Noche, cálmate! ¡Cógelo un poquito más suave, que é por tu bien, muchacha! Eso de virus es política pura ¿Entiendes? Eso es un pleito entre pueblo y gobierno ¿Entiendes, mana? ¡Es una idea! ¡Es un buen paso! Porque mira, es lo que dicen y se oye: la economía para una fría y espumosa alegra el alma… y lo sana tó, tó, tó…

Ambos personajes alegóricos continúan un diálogo peligroso. Porque no hay solo comedia ni tragedia en sus mundos. Hay baile, crisis, respuesta de día y de noche. Por eso, es que hablan de calle sin hablar de virus ni pandemia. Planean romper sus cadenas para hacer una vida llamada “normal”. Quieren ser peligro, llamado, alerta, salida, estrategia… Quieren romper el cerco.

Boca de día: Pero hay que tener cuidado. No te acerques mucho, ni te alejes mucho. El prudente es el que sabe… el que triunfa…

Boca de noche: ¡Y el tíguere también! ¡Eso es una burra amarrá!  ¡Un maco escondío! ¡Un gato entre macuto! ¡Yo lo sé! ¡Es una vaina pá jodeno a tó! ¡Qué maldito virus del diablo! ¡Oye bien: no te dejes joder!  ¡Que los de arriba bailan su negocio y nos cogen de pendejos!

Oscuridad. No se oye sonido ni ruido. Un segundo. Dos segundos. Aparece otra vez la puerta-reja en pantalla, con rostros congelados. Un segundo. Desaparece la puerta. Luego un murmullo que acelera hasta que se oyen voces compactadas. Ruidos y sonidos. Movimientos de cuerpos que avanzan. Calles abiertas, gritos violentos. Oscuridad total y más gritos y voces se escuchan desde lejos. Mientras Boca de día y Boca de noche aparecen, lentamente, congeladas en pantalla.