El presidente Danilo Medina creó días atrás por Decreto No.492-14 la comisión conmemorativa de los 50 años de la revolución constitucionalista y democrática de abril-octubre del 1965, integrada por instituciones y personalidades de valor simbólico, que durante un año desarrollarán actividades enalteciendo hechos y nombres de aquella epopeya deslumbrante que a la larga cambió de diversos modos para bien el curso de nuestra historia republicana.
Su decisión contribuye con el equilibrio político-moral y con el deber moral presidencial en momentos en que intelectuales y otros ciudadanos conscientes perciben a su presidente ultra conservador y permisivo con funcionarios que, al decir de un amigo mío de la antigua ultra izquierda, (que no es de los amañados y narigoneados por el neo trujillismo), desarrollan desde el Palacio Nacional una política entreguista y por eso tienen la imagen de actuar como “delivery” de poderes supranacionales.
Luego de juramentarse la comisión conmemorativa del quincuagésimo aniversario de la revolución constitucionalista y democrática, Fellita Caamaño tendrá la oportunidad de oro para que los comisionados organicen en un tris un coloquio
Ya antes, tan lejos como 2003, el presidente Hipólito Mejía enalteció aquella epopeya nacional al disponer que la Secretaría de Estado de las Fuerzas Armadas, encabezada por el Teniente General José Miguel Soto Jiménez, organizara un magno seminario de tres días acerca de la revolución de abril del 1965 bajo el lema de La Inevitabilidad de la Historia –en el que participé como orador invitado- en el entendido de que se trataba de un tema político-militar dirigido y protagonizado, en gran medida, por las Fuerzas Armadas.
Al enaltecer aquella epopeya también enaltece a su líder político-moral profesor Juan Bosch, por cuanto la revolución estalló al tratar de reponerlo en la Presidencia de la República para que completara su período presidencial tronchado por el Golpe de Estado del 25 de septiembre del 1963.
De modo, pues, que el presidente Danilo cumple varias veces con sus deberes, el presidencial de honrar las efemérides patrias, el que le corre por la vena política y también el que le corre por su vena familiar dada su condición de primo del líder militar principal de la gesta, el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Bajo la tutela del Ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, la comisión será coordinada por Juan Daniel Balcácer, Presidente de la Comisiòn Permanente de Efemérides Patrias, e integrada por el general Héctor Lachapelle Díaz, Arlette Fernández viuda del coronel Rafael Fernández Domínguez, gestor, líder e ideólogo del movimiento constitucionalista, el siempre inteligente, perspicaz y resabioso Euclides Gutiérrez Félix, Francis Caamaño hijo, Pedro Germán Ureña Ovalle, Ramón Andrés Blanco Fernández, Roberto Cassá, comandante Jaime Cruz, Fafa Taveras, Anulfo Reyes, Lorenzo Sención Silverio, Jesús de la Rosa, el Ministro de las Fuerzas Armadas, el Ministro de Educación, el Ministro de Cultura, el rector de la UASD y un representante de universidades privadas. Serán juramentados por el Presidente de la República en el Palacio Nacional el lunes 19 de enero.
Por otra parte, valga recordar que el próximo jueves 22 de enero se cumplirán 49 años de la salida forzosa del país en 1966 del coronel Caamaño, del comandante Manuel Ramón Montes Arache, del entonces mayor Héctor Lachapelle Díaz, del coronel Miguel Ángel Hernando Ramírez y del resto del liderazgo militar constitucionalista a cargos diplomáticos luego de los sucesos del hotel Matum del 19 de diciembre del 1966, conocidos como La Batalla del Hotel Matum. Aquello fue un tipo de deportación en la interfaz de la imposición y la negociación disfrazada de cargos diplomáticos.
Fellita Caamaño, prima del coronel Caamaño, fue de sus fieles acompañantes hasta la embajada dominicana en Londres, Inglaterra, y cada año se esfuerza por recordar la fecha de la partida del liderazgo militar constitucionalista dispuesta por el presidente provisional Héctor García Godoy, a instancias, desde luego que sí, de los funcionarios políticos y militares de Estados Unidos que canalizaban la política de su gobierno en la crisis de la República Dominicana de entonces.
Luego de juramentarse la comisión conmemorativa del quincuagésimo aniversario de la revolución constitucionalista y democrática, Fellita Caamaño tendrá la oportunidad de oro para que los comisionados organicen en un tris un coloquio en el que ella y otros de los que partieron hacia aquel memorable exilio “dorado” –no por el oro- detallen los pormenores relevantes de aquellos momentos que al día de hoy son ignorados por el público, como el de que el coronel Caamaño fue transportado desde la parte frontal del Hotel Embajador, en un área que entonces correspondía a las afueras de la ciudad, al aeropuerto internacional Cabo Caucedo, el hoy De Las Américas José Francisco Peña Gómez, en un helicóptero militar estadounidense escoltado por otros cuatro helicópteros militares artillados y en alerta extrema.