BIEN CALZADO
“Un tipo de problemas con los pies son causados por zapatos que no están BIEN CALZADOS.”
En un principio cuando comenzó a usarse “bien” para significar “muy” pareció raro a los hispanohablantes. Los puristas reaccionaron con cautela ante este uso. En realidad ya se acepta sin chistar porque los buenos escritores lo han favorecido con beneplácito.
La redacción en el DRAE ha cambiado mucho en cuanto a las acepciones que acepta y reconoce, así como en cuanto a las explicaciones que ofrece. Antepuesto a un adjetivo como en el caso de la oración transcrita corresponde a “muy” y es ponderativo. En el caso presente debe admitirse “bien” como ponderativo con el sentido de “elogiar, alabar”.
Las consideraciones que se hacen con respecto a este ejemplo tienen su origen en el hecho de que “bien” antes de un adjetivo pondera o sopesa varias cualidades del calzado. Se puede tomar una de ellas como que el calzado protege bien el pie. O bien, que el calzado es de calidad superior. Además puede pensarse que se elogia la belleza del zapato.
En ninguna de las hipótesis “bien” corresponde o determina que el calzado sea cómodo, que sea conveniente para la persona que lo lleva. Muy a pesar de eso, es precisamente a lo que se refiere la oración de la cita, es decir, que no se acomodan en su talla y diseño al pié del diabético.
No debe olvidarse que calzar solo transmite la idea de “cubrir el pie”, nada más. No significa que este sea adecuado a la función a que se destina. Por eso hay que tener en cuenta que existen diferentes tipos de zapatos para cada una de las actividades en que se utilizan.
Hay que tener en cuenta que “bien” no implica comodidad, por lo menos de acuerdo con el concepto que mantiene el redactor de estos comentarios ateniéndose a lo que calzar significa.
METRO
“Tanto los METROS de glucosa en sangre como las plumas de insulina son productos cada vez más discretos y amigables para el consumidor.”
Como puede notarse enseguida, la palabra metro se la usa como sinónima de “instrumento destinado a medir”. No se considera propio este uso porque carece de fundamento y asidero en el seno del español común. La afirmación que precede se sustentará por medio de una enumeración de las funciones del vocablo metro. Además se expondrá la procedencia del error.
El metro es en español el utensilio de la medida determinada con sus divisores internos. Es una importante unidad de longitud y sirve para medir. Es una cantidad de materia que tiene la longitud a que se refiere la unidad. En versificación y métrica es una unidad de medida del verso. En tanto que elemento compositivo en posiciones de sufijo significa medida.
Ha llegado la palabra metro a usarse como apócope de metropolitano para denominar el tren subterráneo que recorre sin interrupciones las distancias en ciudades densamente pobladas.
Hay que recordar que se escribió más arriba que metro en funciones de elemento compositivo es un sufijo que significa aparato para medir. Por sí solo no significa medidor. Ejemplos de estos empleos son termómetro y pluviómetro.
En inglés -fuente del error- es la lengua en la cual meter corresponde a “un instrumento para medir y a veces para marcar el tiempo o la cantidad de algo. De aquí que en el español de los Estados Unidos a los parquímetros se les llame “metros” (meters). A los dispositivos que marcan el consumo de electricidad también se les llama “metros”; eso que los dominicanos conocen con el nombre de “contadores”.
Existe en la actualidad en inglés una tendencia a utilizar la voz del inglés meter como norma o regla para algunas cosas, hasta para cualidades, de allí es de donde sale el uso del metroman de reciente invención.
AMIGABLE
“Tanto los metros de glucosa en sangre como las plumas de insulina son productos cada vez más discretos y AMIGABLES para el consumidor.”
No hay error en el uso de la misma cita utilizada en la sección anterior. En esta sección se centrará el estudio en el adjetivo amigable. La razón para emprender este examen no es solo porque se lo detectó en la oración reproducida más arriba, sino porque es de amplio uso en el español de los Estados Unidos de América del Norte del modo en que lo hace la traductora. En el español estadounidense se hace como una traducción servil del inglés friendly que aparece con frecuencia hasta en los anuncios publicitarios.
En español existe un adjetivo que se usa para aplicárselo a cosas o conductas, se trata de “amistoso” que se usa para objetos también. La RAE define este adjetivo como perteneciente o relativo a la amistad. Los ejemplos que suministra inclinan al lector a pensar que esa cosa o proceder son un reflejo del sentimiento de la amistad: “Trato amistoso. Correspondencia amistosa”.
La amistad es la relación personal desinteresada, ordinariamente recíproca que nace y se fortalece con el trato. Cuando se dice o escribe que hay amistad entre una persona y una cosa se indica así que allí existe afinidad y conexión.
Ahora bien, una vez establecidas algunas definiciones y conceptos se llega al momento de hacerse la pregunta de si los productos e instrumentos son amigables para el consumidor. La respuesta no se hace esperar: no.
Existe la tendencia moderna a decir y hasta a escribir que algunos objetos son amigables porque en inglés lo califican con la voz que corresponde a la del español. Si bien es cierto que hay correspondencias entre los dos términos el contenido de ambos no es el mismo.
Hay dos significados que contiene el friendly del inglés que no conoce el amigable del español. El primero es “fácil de entender y usar” y ese es el que con mayor frecuencia se encuentra en los anuncios de publicidad alabando algunos productos. Esta penetración ha llegado al punto en que el Diccionario Clave ya asienta para amigable: “Referido a un programa informático, que no resulta demasiado complicado para un usuario no especializado”.
La segunda acepción es: “que ayuda o sirve un para un propósito beneficioso”. Inmediatamente después de la lectura de esta traducción personal y libre de la idea que el diccionario Merriam-Webster´s del inglés registra, se da uno cuenta de que esta es la noción que se desprende de la lectura de la traducción.
Una vez que se ha repasado lo concerniente al adjetivo en español e inglés, con algunas reflexiones acerca del concepto amistad en sí mismo, hay que convenir en que la selección de la palabra amigable no es la más indicada en este contexto. Debió ser: “. . .cada vez más discretos y beneficiosos para el consumidor.”
Como puede comprobarse por medio de la lectura de lo presentado en esta sección es mucho lo que se le traspasa al lector que no es auténticamente español. Este servilismo manifestado en la cita contribuye a corromper el español verdadero. No obstante lo escrito en este párrafo no hay temor de que el español sufra daños permanentes.
PROGRAMACIÓN – PROGRAMAR
“De ahí que los investigadores están considerando la PROGRAMACIÓN de tejido, un medio para persuadir a otras células a actuar como el páncreas y producir insulina. . .”
La intención es buena pero no basta. Aquí se ha colocado el sustantivo femenino programación de manera tal que obliga al lector a cuestionarlo y esto no puede hacerse sin tocar de paso el verbo; por eso se lo incluyó también en el título.
La primera acepción de programación en el repertorio oficial de la lengua es la que corresponde al conjunto de programas de radio o televisión. Eso naturalmente después de la consabida que se refiere a la “acción y efecto de programar”.
Una vez revisada la acepción para el sustantivo se puede asegurar que no hay nada entre las acepciones para el verbo programar que sea de interés en el contexto de la cita.
El primer programar tiene relación con los programas de actos o espectáculos. La segunda acepción es pertinente para las acciones encaminadas a ordenar acciones necesarias para un proyecto. La tercera acepción concierne al concepto moderno de preparar máquinas para que comiencen a funcionar en el momento y la forma deseados. En materia de informática es elaborar programas para su empleo en computadores.
De pasada hay que llamar la atención sobre el hecho de que el verbo “persuadir” solo puede aplicarse a personas. Al igual que inducir -persuadir – en sus conceptualizaciones de los diccionarios lleva el vocablo “alguien” que como es natural denota persona.
La oración que sirve de modelo para someter a examen es una traducción, por lo que hay que lamentar que no se haya podido leer el original en inglés. Si esto se hubiese hecho se hubiera podido proponer un término conveniente. Lo que se ofrecerá será una solución de tipo general.
Con respecto al verbo “persuadir” se propone “arrastrar” en el sentido de aplicar fuerza a algo para producir una función. “Llevar” es otro verbo que puede llenar la función en este caso porque es guiar, conducir, dirigir y, de eso se trata, de llevar las células a actuar como el páncreas y producir insulina. De ese modo esas células mueven su función en esa dirección deseada.
Traducir documentos científicos es una tarea difícil; requiere de sólidos conocimientos de la lengua y de vasta información acerca del campo acerca del cual se traduce. Los señalamientos que se hacen en esta sección no pasan de ser eso: señalamientos. La clave para mejorar en este tipo de tarea es poner sumo cuidado en lo que se hace.
RENTABLE
“El tratamiento puede prevenir o retrasar el desarrollo de la diabetes y los cambios de estilo de vida son más RENTABLES que la medicación.”
Encontrar un vocablo como el del título en esta compañía lo menos que produce es sorpresa. Ante semejante osadía no hay imaginación que pueda encontrarle explicación a la intromisión de este término en un pasaje de este tipo.
Luego de superar la primera reacción se precisa sobreponerse a la indignación y tratar de encontrar una explicación plausible para una redacción de este género. Rentable según el diccionario mayor es lo que produce renta suficiente o remuneradora.
Desde que se encuentra la palabra renta en la definición no puede soslayarse el examen de esta. Renta es la utilidad o beneficio que rinde algo anualmente, o lo que de ello se cobra. Es lo que paga en dinero o en frutos un arrendatario. Es ingreso, caudal, aumento en la riqueza de una persona.
Tan pronto se leen las acepciones generales que recogen las autoridades para la renta hay que convenir en que en todas ellas va implícita el rendimiento en dinero, el ingreso, la riqueza, o la periodicidad de la utilidad o beneficio anualmente.
Sería una exageración decir que hay que rasgarse las vestiduras ante un uso como el de la cita. No hay lugar a ello si se piensa que hay diccionarios que para rentable escriben acepciones muy generales que pueden mover a engaño a los incautos. El Diccionario Clave trae: “Que produce un beneficio suficiente o que merece la pena”. Quizá esa obra refleja una tendencia moderna peninsular. Lo que resulta inaceptable en la redacción de la acepción es la parte final “…o que merece la pena”.
En el texto lo que debió aparecer es esto: “. . .y los cambios de estilo de vida son más beneficiosos que la medicación”. La renta es un beneficio, pero uno específico que se materializa en dinero o en frutos. Este y otros rasgos distintivos se mostraron más arriba.