Pavor, consternación, asombro, desconcierto, el Papa Benedicto XVI deja vacante el ministerio Petrino. Jesús también vivió un momento tormentoso y de tránsito en el huerto de los olivos: "Oren constantemente para no caer en la tentación, porque el Espíritu está dispuesto, pero la carne es débil", El evangelio de Marcos recoge este episodio de la pasión de Jesús y la tristeza agónica que le embargó en el monte de Getsemaní antes de ser crucificado. "Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz…" (Mt 26, 39).
No es posible entender esta decisión de Benedicto XVI desde una perspectiva del análisis sociológico o la conjetura especulativa, reducirla y verla desde el entramado de los grandes escándalos financieros, la soledad, el acorralamiento o pederastias, y, no asomar el alma a una razón más trascendente, hace imposible su compresión. Esta voz de de San Juan Bautista que parece clamar en el desierto es una exhortación Pastoral adintra, hacia el interior de la Iglesia.
Benedicto XVI con esta decisión que estremece los cimientos eclesiales, llama a avivar la fe, a pulgar sus pecados, a construir el reino en comunidades fraterna, a renunciar al relativismo ético y religioso y, volver a cimentar la iglesia en la roca de Pedro: el amor y el perdón
El Papa Benedicto XVI entiende que ha dicho todo lo que pudo sobre la escatología necesaria que debe vivir la iglesia, sobre la necesidad del compromiso de esperanza y fe por una iglesia santa que derrota sus debilidades, comprometida con la fe, el amor y la paz en el mundo.
El teólogo de los grandes debates y puntos encontrados con su homologo de pensamiento progresista y defensor de la teología de la liberación, el Jesuita Karl Rahner, hará suya una nueva dimensión teológica apofática que terminará en el silencio, la veneración y la adoración
Dicho todo, produce el acto de fe mas significativo de los últimos cinco siglos; incomprensible para una sociedad vacía y carente de espiritualidad, un mundo atrapado en el consumismo, la violencia y el relativismo moral. El pasado 11 de febrero el Palacio Apostólico acogió el consistorio ordinario público que fue testigo del fin del papado de Benedicto XVI, el papa renunciaba al ministerio Petrino y se retirará el próximo 28 de febrero a una vida anacoreta dedicada a la oración, el silencio y la contemplación; esta postura teológica de Benedicto XVI lo hace coherente con la elección de su nombre, al honrar al padre del Monaquismo occidental, Benito, doctrina Filosófica Platónica que forja un pensamiento teológico cuyas reglas establecen una vida de aislamiento sin superior, en la que nada se antepone a Cristo.
A finales del siglo XIX y principio del XX se recoge un hecho análogo de igual singularidad, no con un papa, sino con Carlos de Foucault quien renunció a sus fortunas para dedicarse a la vida de oración y contemplación. Ahora, ¿cuál es la razón causal de esta decisión en Benedicto XVI? Juan Bautista primer asceta que se retira al desierto, había denunciado a Herodes por tomar a Herodías la mujer de su hermano, lo que sembró odio en el corazón de esta mujer, quien hiso que su hija Salomé pidiera como regalo la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja, hecho que consumo Herodes para complacer y callar la voz del profeta que denunciaba su corrupción.
¿Ante que no pudo Benedicto XVI? ¿Qué lo obligó a renunciar al poder de mayor reconocimiento en el Planeta? ¿Qué Fuerzas eclesiales colocaron su cabeza en una bandeja y, para complacer cuales intereses? ¿Le abandonó la fuerza física y espiritual, o, la diezmaron? ¿El teólogo conservador contemporáneo de más firmeza de carácter ante que cede?
El Próximo 28 de febrero no sólo concluye un pontificado, sino, que renace el teólogo APOFÁTICO Joseph Ratzinger, el pensador que “se queda sin palabra”, esta será la nueva actitud del Teólogo Benedicto XVI, quien después decir todo lo que pudo, guardará silencio respetuosamente.
El teólogo de los grandes debates y puntos encontrados con su homologo de pensamiento progresista y defensor de la teología de la liberación, el Jesuita Karl Rahner, hará suya una nueva dimensión teológica apofática que terminará en el silencio, la veneración y la adoración. ¿Será Benedicto XVI el Papa In Pectore?