Este artículo iba a ser sobre la religión. Desafortunadamente, me dijeron: Ten cuidado, sobre todo en un país donde lo religioso influye en cada aspecto de la vida, ya sea político, social o privado. Donde quiera que miro está Dios, Jesús y la Cruz. En los muros, sobre los carros, colgados de los cuellos adornando los escotes (por cierto, bastante reveladores para estos fines…). Celebridades, artistas, empresarios, empleadas domesticas, niños, delincuentes, criminales. Todo lo que van a hacer, lo hacen con el nombre de Dios en sus labios. Comprendiendo lo que implica, o sólo repitiéndolo sin pensar. Todo esto sigue desconcertándome así que permítanme compartir algunos pensamientos. Estaba deliberando lo de cómo ponerlo todo bien y diplomático. Pero, ¿saben qué? La diplomacia es para los diplomáticos. Honestidad, tan pura como viene.

De alguna manera, cuanto más religiosas son las personas o cuanto más lo fingen (sin importar la denominación), tanto más se cierra su mente. Y me atrevería a decir que el progreso humano en cualquier área sucedió a pesar de lo que los patriarcas religiosos mandaban o prohibían a las sociedades. Obviamente, mi opinión personal al respecto es irrelevante, bueno, o por lo menos no tan relevante como los datos objetivos del tema. Aquí presento:

La religiosidad es más elevada en los países más pobres. Un análisis reciente del grupo Gallup revela que la relación entre la religiosidad y el bienestar emocional es más fuerte entre los países pobres que en el mundo desarrollado. Y, estadísticamente hablando, lo que implica la pobreza es un menor nivel de educación. Y siguiendo con las estadísticas, esto queda claro – más educación equivale a menos fe. Por ejemplo, el 85% de los miembros de La Academia de Ciencias de los EEUU son ateos. Los Derechos Humanos se respetan más en los países donde la religión tiene un menor impacto social y político. Los Derechos de la Mujer son menos respetados en los países más religiosos. Lo mismo ocurre en cuanto a las minorías (ver: 1) la homofobia, 2) la discriminación de las minorías religiosas). Cuanto más religioso el país, tanto menos aceptable es criticar a los representantes de dicha religión. También es menos probable que enfrenten cargos si cometen un crimen.

Quiero que quede claro, sin embargo, que no pretendo ser una autoridad moral. Ni siquiera estoy negando que pueda existir algún tipo de poder superior, no creo tener recursos suficientes para juzgarlo. Pero lo dudo, ya que todas las religiones derivan de la necesidad de controlar. Controlar sociedades, controlar dinero. Algo puramente humano en vez de divino. También derivan de la necesidad para explicar lo que no entendían ni podían explicar con la investigación científica (la cual no estaba demasiado desarrollada cuando florecieron las mayores religiones). Refuto dos cosas: religiosidad organizada,estructurada, es decir, la institucionalización o "corporatización" de las religiones y el razonamiento tipo: la Biblia (la Torá, el Corán, o lo que sea) lo dice. Sobre todo porque la gente utilizando este pensamiento siempre escoge exclusivamente los extractos que les conviene. Sí, ¿por qué sólo se obsesionan con el pecado que es nacer gay pero se olvidan de que en el mismo lugar (ver: El Libro de Leviticus) se considera comer mariscos igualmente una abominación? ¿Por qué, cuando conviene tantos recurren a Jesús y su mensaje de amor, pero cuando no conviene tanto, tiran piedras a todos los que les rodean? ¿Por qué olvidarse de que todos esos textos sagrados están llenos de asesinatos, misoginia, sacrificio animal y humano, violaciones y esclavitud…?

A los fanáticos religiosos a menudo se les olvida también el proceso de traducción por los que estos libros pasaron y los múltiples significados que contienen (para controlar mejor a los creyentes, creo yo). Si descartamos su rol como la verdad revelada, algunos podrían preguntarse, ¿y la cuestión de la moralidad? Según algunos creyentes, las normas morales nos abastecen exclusivamente, a nosotros los seres humanos, por vía de los libros sagrados y el clero. Me inquieta mucho pensar que el ser humano de naturaleza es malévolo y debe ser guiado y purificado desde fuera. Permítanme repetir una cita brillante de Penn Jillette: “La pregunta que me hace la gente religiosa todo el tiempo es, sin Dios, ¿qué te detendrá de violar a quien quieras? Y mi respuesta es: violo a quien quiera. Y la cantidad que quiero es cero. Asesino a quien quiera, y la cantidad que quiero es cero”. El hecho de que esas personas piensen que, si no tienen ese Ente supervisándoles, van a seguir matando, violando a creces es lo más auto-condenante que puedo imaginar.

¿Y yo? Yo no vengo de una familia religiosa, ni un ambiente religioso. Todo lo contrario. Aunque el Siglo Europeo de La Razón terminó dando lugar al increíblemente irracional Romanticismo, sus logros son todavía muy visibles en la sociedad moderna. Mis amigos en su mayoría son ateos o agnósticos. Incluso si algunos de ellos creen en algo, no necesitan las instituciones religiosas diciéndoles qué hacer, cómo pensar, cómo obstaculizar su pecaminosa carnalidad y lo más importante a quien dar su dinero. Mis amigos están de acuerdo con la puramente lógica conclusión de que la moralidad es hacer lo correcto sin importar lo que nos digan y la religión es hacer lo que nos dicen, no importa si es correcto. Mis amigos pertenecen a grupos como Ateos Unidos o Religiones Envenenan Todo. Algunos de ellos dicen – Trata tu religión como a tus genitales, guárdatelos en público y manténlos lejos de nuestros hijos.

Mis amigos los elegí libre y conscientemente, después de una cuidadosa consideración, observación razonable y mucha lectura. Así como mis creencias o mejor dicho incredulidades religiosas. Espero que usted también.

Para ver las fotografias de Héctor Carbuccia:
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