En “Breaking Bad y Seguridad Ciudadana” expliqué el protocolo que, en general, es común en los Estados Unidos entre los policías y los civiles. Un Mr. White, alterado con problemas familiares no le afectaban su acostumbrado método de conducir con el control de velocidad automático, se encontró con patrulla percibió viajaba con el cristal roto. En desolada carretera se da persecución breve, Walter se detiene, policía se identifica y hace la pregunta de rigor “¿Sabe por qué lo detuve?”
Detener por perfiles, al azar o porque le sale del forro a policía aburrido o arrecho es prohibido. Policía tiene que observar una falta y la pregunta es para despejar duda al conductor de que razón, no capricho o lascivia, motiva la conducta del agente. Walter quiso justificar andar con parabrisas roto porque la causa fueron escombros del accidente aéreo afectó su casa, pero no tuvo éxito. Frustrado se altera, sale del vehículo, es amonestado para que vuelva al auto, no lo hace, nueva advertencia con mano desabrochando una canana y conclusión de la escena con un Walter gritando como un niño le quitan paleta, por el ardor de un rociador de pimienta le dejó los ojos con sombra de mapache, camino al cuartel para el policía añadir a la multa cargos por agresión.
Mariano Figuero de Paula merecía esa suerte. Junto a un compañero trató de impedir se llevaran al cuartel a una persona por violar regulaciones municipales. El video muestra un simple forcejeo, sin usar armas pusieran en peligro a los agentes del orden, una molestia de piedra en el zapato o tachuelita en silla de campo apenas atraviesa el jean. ¿Botellita de repelente, descarga eléctrica con pistola para hacer bromas? ¿Y la escopeta 12 es para cargarla de adorno? El resto es una historia más de abuso letal policial, esta vez en un nuevo cuerpo del orden que repite el mismo patrón de selección adversa: dotar a oficiales de un poder omnipotente para el atropello al ciudadano.
El civil es un bagazo y la osadía de interferir con una acción policial o militar en marcha equivale a sentencia de muerte sin posibilidad de reparaciones civiles a cargo de sus empleadores para deudos de la víctima. Ese es el problema por resolver, no la búsqueda de un salario filosofal que sea un múltiplo mayor que uno del valor presente de los ingresos extras por acciones delictivas en que se involucran parte de los agentes del orden en su carrera policial. Un absurdo al que candidatos ya hasta han puesto número. ¡Cárcel para el asesino de Mariano, solidaridad con sus familiares y, por favor, discernimiento en este tema para quienes aspiran a dirigir la nación!
Una noticia sobre las AFP y la situación de los afiliados fallecidos, por lo menos la que vi en este medio, es sintomático de lo que el Padre Jorge Mungía advertía a los estudiantes de economía hace nada menos que cuarenta años: “¡Hay que tratar de hablar con numeritos!” Se desata un torbellino porque supuestamente las AFP cuando muere un afiliado no se ´ponen las pilas para rastrear a sus parientes. Aunque en la ley no lo diga, tienen que superar a Chochueca y estar en velorio o entierro con la información en la mano de lo que en fondo dejó los que siempre se van a destiempo. Y, desde luego, las acusaciones de que no tienen sangre en las venas tienen un signo de peso en cada ojo y cosas por el estilo.
A este fuego le agrega gasolina la asociación agrupa las AFP con un escueto “sí, esas cosas pasan”, sin dar un dato de cuántas veces pasan, cuál es el monto de fondos de fallecidos no han sido retirados, con una distribución por antigüedad y monto promedio de fondos por el excotizante con domicilio ahora en un camposanto. También con alguna orientación para que lectores piensen que esos fondos no terminan en manos de otros dueños, como las cuentas abandonadas de ahorro en los bancos, a las que se les llegó a dar publicidad costosa en espacios pagados periódicos impresos.
Las acciones para retirar esos fondos tienen que ser iniciadas por los herederos y su existencia no debe ser desconocida por los parientes. Un trabajador puede abrir sin conocimiento de familiares cercanos un activo financiero en un banco o puesto de bolsa (certificado financiero, cuenta de ahorro o bono), pero estos saben muy bien que existen descuentos de su cheque que son depositados en una cuenta de ahorro en una AFP. Es probable que en algunos casos herederos tengan la información y el costo de transacción de retirarlo sea mayor al saldo en la cuenta de capitalización individual. En un caso que conocí de cerca, todavía me arrepiento de haber informado a parientes de un chófer amigo que el banco donde laboraba tenía una póliza de seguro de vida como beneficio marginal. El cobro neto de parientes del querido Don Pedro fue como doscientos pesos.
He ahí un berenjenal previsional se pudo haber evitado ofreciendo un buen dato. Las redes están llenas de “saltacocotes” no tienen nada que hacer. Evitemos darles insectos voladores con tanta generosidad. Próximamente cuento el de uno con el famoso titular de los “cárteles” de la ARS y el CMD, que demuestra la escasa cultura económica de los que quisieron quemar en la hoguera a Diario Libre y la redactora de la noticia.