En Latinoamérica, Santiago es elegido nueva vez, como modelo de ciudad planificadora de su adaptación al cambio climático. Son los grandes centros urbanos de producción mundial y consumo de combustibles fósiles, ubicados en EUA, Europa, la India y China, los autores directos de la peligrosa variación climática. Creemos que la batalla contra el cambio climático, se va a ganar o perder en las ciudades.
Ayuntamiento, Gobierno nacional, Compromiso Santiago y Consejo para el Desarrollo Estratégico (CDES), colocaron la ciudad de los 30 Caballeros, en el mapa de adaptación climática. Se apoyaron en la asistencia técnica de USAID, BID, Fundación Rockefeller, GIZ y Agencia Francesa, entre otras entidades internacionales.
Santiago es la única ciudad dominicana con inventario de gases efecto invernadero, un plan de adaptación climática concreto y un sistema verde que crece en miles de hectáreas. La provincia tiene al 2020, unos 1,050,000 habitantes. De estos, 75% reside en la ciudad. El mundo se ha urbanizado, por eso en lo urbano-rural, se imponen prioridades de acción para cuidar la seguridad alimentaria y la base natural de los territorios.
En los pasados 100 años, los sectores dominantes, lograron avances sociales y colectivos increíbles en el desarrollo. Pero, llevaron al límite nuestro planeta. El modelo de producción, consumo y metabolismo, es causante de pandemias, cambio climático y desigualdades. El PNUD bautiza este período como “Antropoceno” porque por primera vez en la historia, el destino del planeta, están en manos de los seres humanos.
Las ciudades son vértice, vórtice y vorágine en los que concurren actividades económicas, miles de millones de toneladas de residuos, kilowatt y sobre explotación del agua. Son los territorios decisivos donde deben implementarse estrategias de adaptación climática.
El plan de ordenamiento territorial y la ley que no termina de aprobarse, deben enfocarse en reducir de 3 km2 a 1 km2 por año, el crecimiento de la mancha urbana edificada. Santiago involucrará sus alcaldes y directores de distritos municipales colindantes, para detener entre todos, la aprobación caótica de obras físicas en lugares naturales críticos.
En las acciones siguientes de adaptación, Santiago avanza. Optimización de gestión de residuos y eco-parque de Rafey. Saneamiento y conexión integral del agua residual; mejora de gestión eléctrica con eficiencia del alumbrado público; programa de producción limpia en empresas; auditorías energéticas en parques empresariales y gestión de buenas prácticas para el uso eficiente de la energía en edificios públicos.
Igualmente, en la aplicación de biodigestores de manejo de residuos y heces fecales de animales bovinos y porcinos; impulso de la reforestación de cuencas hidrográficas para promover los procesadores naturales de gases; fomento de la energía solar en parques empresariales y energía fotovoltaica en edificios residenciales.
El cambio climático es inequívoco y está causado principalmente por las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y los cambios de uso del suelo, ambos fenómenos asociados a la actividad humana. Las ciudades emiten hasta el 70% de los GEI asociados al consumo. Por ello, la involucración de gobiernos locales en la lucha contra el cambio climático es imprescindible.
Se trata de fomentar un desarrollo inteligente de las ciudades basado en una economía de bajo carbono. Santiago dentro del Programa de Ciudades Competitivas y Sostenibles, en el marco de la Iniciativa Ciudades Emergentes y Sostenibles del BID, se planteó una Hoja de Ruta de Mitigación a 2050, que busca integrar desarrollo y limitación de emisiones desde un punto de vista de sostenibilidad integral en el municipio de Santiago.
Los cinco municipios más críticos son Santiago, Villa González, Tamboril, Licey al Medio y Puñal y 11 Distritos Municipales que se corresponden con los entes administrativos en los cuales se extiende la huella urbana de Santiago y su área de influencia para formar finalmente el área metropolitana del Municipio de Santiago. El área cuenta con una población de 926,081 habitantes. La Hoja de Ruta tiene por horizonte del año 2050, y por alcance los siguientes sectores: i) Sector rural (AFOLU + Energía agricultura, ganadería y pesca); ii) sector industria; sector institucional; sector movilidad; sector residencial, hábitat y servicios; sector de producción de energía y sector residuos
Esta hoja de Ruta se basó en un diagnóstico cualitativo y cuantitativo, que incluye un inventario de emisiones de GEI del municipio de Santiago. Para el desarrollo del inventario se creó una herramienta específica, adaptada al área de estudio. Este diagnóstico ha servido para identificar el potencial de reducción de emisiones de cada sector. El balance de emisiones per cápita del Área Metropolitana del Municipio de Santiago al 2015 asciende a 3,32 t de CO2e/hab ligeramente superior al valor nacional, que ascendió a 3,13 t CO2e/hab en 2000. Sin embargo se estima que al 2021, por todas las acciones ejecutadas por Santiago en residuos y energía limpia, las toneladas per cápita estén en alrededor de 3t CO2.
La hoja de ruta de mitigación de Santiago definió como objetivo la reducción de emisiones de 2015 para no superar en el año 2050 emisiones per cápita de 2 tCO2e establecido por PNUD evitando un cambio climático peligroso. Este objetivo implica una necesidad de reducción neta de emisiones de GEI de 1.015.098 t CO2e sobre el escenario tendencial. Para alcanzar este objetivo estratégico, esta hoja de ruta conforma un escenario inteligente a través de una batería de líneas de actuación y acciones en torno a tres ejes: 1) eficiencia energética, 2) energías renovables y 3) optimización en gestión de recursos. Se considera un cuarto eje de carácter transversal basado en la sensibilización, capacitación y coordinación.