El Gobierno del Lic. Danilo Medina, con la ejemplar renegociación del contrato con la Pueblo Viejo Dominicana Corporation(PVDC), no solo acaba de anotarse un palo político, sino que garantiza una fuente importante de divisas para sustentar las ejecuciones presupuestarias y contribuir a la mejoría de la Balanza de Pagos; pero esa renegociación fue posible gracias a los elevados precios del oro y a que, por supuesto, la anterior administración de Leonel Fernández, logró un convenio  en medio de la más grave crisis financiera global.

Vamos hacer un poquito de historia. En marzo de 2002 la Administración de Hipólito Mejía arribó a un acuerdo de arrendamiento minero con la empresa Canadiense placer dome, que fue ratificado por el Congreso el 26 de agosto de 2002. En ese contrato se establecía el estado asumía la mitigación de los daños ambientales provocados por la explotación de los óxidos por parte de la Rosario dominicana. En términos financieros  el Estado recibiría 3.2% de los ingresos netos (Retorno Neto de fundición), un impuesto sobre los beneficios netos (PUN) en base a la ecuación: PUN=5%+(precio oro-US$275/10), mas el impuesto sobre la renta.

"Representa un fruto de la continuidad, pues una Administración, la de Leonel Fernández, supo negociar para atraer esa importante inversión y la siguiente, la de Danilo Medina, aprovechando los altos precios del oro, supo lograr un nuevo convenio altamente beneficioso"

Esa negociación fue adecuada en su momento, pero los precios imperantes del oro y la magnitud de la inversión no hacían atractivo  explotar los sulfuros, y transcurrieron seis años, en los cuales la bomba de tiempo de la contaminación seguía cebándose contra la región circundante.

Placer Dome vendió la concesión a la Barrick Gold y esta empresa Canadiense, en memorando fechado el 26 de febrero de 2008, manifestó su disposición de llevar a cabo el proyecto, entregó el estudio de factibilidad con una inversión estimada en US$2,850 millones, asumía el 50% del costo para remedar los daños ambientales y proponía una modificación a los términos fiscales del contrato.

En esta renegociación el Estado tuvo la asesoría del Bureau de Reserches Geologiques et Minieres(BRGM) de Francia y el Banco Interamericano de Desarrollo y culminó con la firma del convenio el 10 de junio de 2009, mediante el cual el impuesto sobre los beneficios netos(PUN) fue elevado de un techo de 25% del contrato anterior a 28.75%, pero el Estado comenzaría a recibirlo a partir de que el proyecto lograra una tasa interna de retorno de 10%, es decir, hasta que la inversión no fuese amortizada solo recibiría el 3.2% del Retorno Neto de Fundición..

El convenio, tan cuestionado por ciertos opositores recalcitrantes, fue el óptimo en momentos en que la economía mundial había entrado en una grave crisis financiera, cuyo detonante fue la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers en septiembre de 2008; existía una contracción mundial del crédito y a los precios vigentes del oro, ni Barrick ni ninguna empresa estarían dispuestas, sin un mejor trato fiscal, embarcarse en una inversión de ese monto.

El Gobierno del Lic. Danilo Medina aprovechó el aumento de los precios mundiales del oro, el mismo argumento que Barrick utilizó para pedir la modificación de los términos fiscales, y gracias a la voluntad política del Presidente y el equipo negociador, se obtuvieron grandes logros como la eliminación del requisito de la tasa de retorno de 10%, lo cual permite recibir el PUN desde el inicio de las operaciones; comenzar la amortización de los financiamientos a partir de 2016, reducir sustancialmente los intereses de los financiamientos obtenidas de las filiales por un monto de US$1,750 millones(de Libor+9.9% y Libor+5.2% a Libor+3%), reducción de la tasa acelerada de depreciación de 40% a 15%, establecimiento de un Impuesto Mínimo Anual(IMA)sobre los ingresos brutos del proyecto independiente de que PVDC enfrente perdidas, y también reducción en US$667.4 millones de la inversión total realizada por PDVC.

El nuevo convenio viene a mejorar los ingresos para las ejecuciones presupuestarias de los próximos años, fortalecer la Balanza de Pagos, crear un precedente para futuras negociaciones de otras concesiones y también representa un fruto de la continuidad, pues una Administración, la de Leonel Fernández, supo negociar para atraer esa importante inversión y la siguiente, la de Danilo Medina, aprovechando los altos precios del oro, supo lograr un nuevo convenio altamente beneficioso para el país.