El presidente Medina  le haría un gran servicio a la armonía nacional si retirara el proyecto de ley en virtud el cual se financiaría la creación de un banco de fomento de las exportaciones, Bandex,con un 10% de los fondos de pensiones y de las reservas de las aseguradoras. La iniciativa es trastornadora y antisocial, porquelos fondos de retiro de los trabajadores y empleados, es decir de los pobres y la clase media, se usarían para financiar a un sector del empresariado y me consta que ninguna de las entidades del sector privado está de acuerdo con esa fórmula y no creo tampoco que ese haya sido el espíritu  del proyecto.

La propuesta institución  que promovería el comercio exterior no sería tampoco garantía del buen uso de esos fondos, que inicialmente sobrepasarían los 30 y tantos mil millones de pesos, y que seguirían creciendo en la medida en que aumenten los depósitos de los cotizantes de ese esquema de la seguridad social. La conversión del BNV en otro banco sin un cambio fundamental de estructura y un directorio con experiencia en el área del negocio bancario, orientado en criterios gerenciales estrictos, que no parece ser el caso, pondría en peligro la estabilidad misma del sistema de pensiones y de toda la seguridad social.

Como ha sido concebido, el Bandex sería una nueva institución pública con la facultad, otorgada por ley, de manejar recursos privados no autorizados por sus dueños, y sin límite alguno, lo que se entiende como una expropiación, lo que de antemano lo condenaría a ser en el corto plazo otra CORDE u otro CEA, dejando a la postre a los trabajadores sin sus ahorros para la vejez.  La experiencia y el ilimitado poder discrecional de los funcionarios públicos, no sujetos a control y en un país sin contrapeso político real,indica que la enajenación de esos fondos no se limitará al 10%, y se convertirá, como en las dos empresas públicas citadas, en otro barril sin fondo.