Claudia Álvarez, de BST Global Consulting, en su artículo “Los juegos de azar, las loterías y el lavado de activos”, escrito para Argentarium, en fecha 22 de mayo de 2017, indica: “En marzo del 2009 el GAFI emitió un reporte sobre Vulnerabilidades del Sector de Casinos y Juegos de Azar. En el mismo se indica que no solamente debe considerarse a los casinos como sujetos obligados, sino que dado que los estándares del GAFI no definen o detallan las actividades realizadas por los casinos, cada jurisdicción debe ponderar toda la gama de juegos de azar y apuestas que incluirá en su normativa. Esto, obviamente, tomando en consideración los riesgos de lavado de activos a los que el país se ve expuesto por estas actividades.

Lo anterior queda establecido en el párrafo 5: “Los casinos son la única forma de juegos de azar o apuestas explícitamente cubiertos por los estándares del GAFI. Sin embargo, los estándares del GAFI no definen los términos casinos o juegos de azar, ni fijaron las actividades realizadas por los casinos. Queda a cada jurisdicción determinar las formas de los juegos incluidos en la cobertura de los ‘casinos’”.

Y el párrafo 18 amplía indicando que se deberían considerar las loterías: “Hay gran variedad de juegos de azar / apuestas legales en todo el mundo. Esto incluye diversos juegos de azar y formas de apuestas que van desde el casino, sala de juegos de cartas, loterías, juegos en línea, apuestas de carrera y deportivas, y juegos benéficos como rifas, bingo y otros juegos de baja tecnología”.

Para Jairon Severino, en su artículo “Hay 154 bancas de lotería por cada escuela pública en RD”, escrito para El Dinero, en fecha 30 de mayo de 2017, “El avance de los juegos de azar en América Latina ha sido muy significativo en las últimas dos décadas. Estudios recientes establecen que el gasto per cápita anual en la región está en US$250. Las variantes son muy amplias: loterías, quinielas, bingos, lotos, casinos, caballos y en los últimos años con la proliferación de las máquinas tragamonedas.”

Mientras algunos expertos aseguran que los juegos de azar crecen con las crisis económicas recurrentes de la región, los datos más recientes dan cuenta de que, a la par de la recuperación económica regional, la pasión por el juego se multiplica.

En países como Argentina, Colombia, Venezuela, Brasil, México y Chile se ha detectado un notable crecimiento del juego y el desarrollo de una industria que moviliza alrededor de US$100,000 millones anuales en toda la región, y poco más de US$500,000 millones en todo el mundo.

En Estados Unidos las cifras oficiales hablan de US$50,000 millones al año, la mitad de América Latina, pero las estimaciones sobre el juego clandestino elevan la cifra al doble, muy parecido a lo que sucede en República Dominicana. Las agencias de apuestas se han multiplicado, y eso puede percibirse en las zonas suburbanas de las grandes ciudades como Buenos Aires, San Pablo, Bogotá o Caracas.

Estimaciones privadas aseguran que en Argentina se destinan alrededor de US$700 millones anuales al mercado de las apuestas, mientras que Venezuela alcanza los US$1,000 millones y Chile es el de menor volumen con US$200 millones al año.

Según estimaciones del economista Harold Vásquez, el negocio de juegos de azar, loto y bancas de apuestas podrían superar en ventas más de RD$100 mil millones al año, una cifra superior al 4% del producto interno bruto (PBI) y al 18% del gasto público.

En República Dominicana existen 30,750 bancas de loterías y apuestas registradas, que asumiendo que tengan un promedio de ventas diarias de entre RD$7,000 y RD$10,000, este negocio representaría más de RD$100,000 millones.

Si se calcula que los negocios más pequeños venden entre RD$2,000 y RD$5,000 diario, sus ventas serían entre RD$22 mil y RD$55 mil millones anuales.

Por cada escuela pública existen 154 bancas de lotería, partiendo de que el Ministerio de Educación contabiliza los planteles en 6,500 en todo el país. El sector educativo del Estado emplea a 180,000, entre docentes y personal administrativo, mientras que los “banqueadores”, según sus datos, emplean a aproximadamente 72,000 personas. Hay un déficit de alrededor de 3,000 docentes. La venta de números de lotería y apuestas de juegos es el servicio mejor distribuido en el país.

“Estamos hablando de poco más de 48,000 kilómetros cuadrados en el país. Hemos dicho que con no más de 6,000 bancas en todo el territorio nacional se puede operar de una manera normal, ser rentable y el Estado pudiera percibir muchísimos más recursos para obras de bien social”, estima Wilson de los Santos, presidente de Fenabanca. Admite que parte del desorden es porque no se aplican las leyes con el rigor que manda.

Sin dudas es una muestra muy amplia y hasta cierto punto desconocida, que por el volumen que opera implica un riesgo a considerar. Las Bancas de Lotería, por sus montos de jugadas, no ampliarían el nivel de riesgo que nos enrostra la realidad de las Bancas de Apuestas (Deportivas), en las cuales si se dan casos de apuestas que sobrepasan el umbral a establecer (US$3,000.00 o su equivalencia en moneda nacional o cualquier otro tipo de moneda), de aquí que se hace necesaria su inclusión como sujeto obligado en el proyecto de modificación de la ley 72-02, pues puede traer consigo, en lo que corresponda, una baja calificación en la IV Ronda de Evaluación del GAFI.

El riesgo de que no aparezcan como sujetos obligados es mayor que el que implicaría asumirlas como tales, además de que se puede interpretar una suerte de trato privilegiado ante los Casinos y eso debe evitarse. Para el reto de la supervisión, el mismo GAFI da la pauta a través de un Enfoque Basado en Riesgo (Recomendación 1). De hecho, estoy seguro que esto inducirá a un ajuste en el sector, propiciando mecanismos de control más efectivos y transparentes.

Quizás al momento de esta publicación el Proyecto ya es Ley, he escrito este artículo el 31 de mayo de 2017, pero la intención de estas humildes consideraciones las expresamos con el único objetivo de lograr una norma legal más completa y objetiva con nuestra realidad.  Ojalá que se tome en cuenta y que no modifiquen o cercenen otros artículos. Aunque no soy dueño exclusivo de estos argumentos, no expresarlos como lo que entendemos sería condenable.