En los gobiernos de Joaquín Balaguer los ingenieros dominicanos eran clase privilegiada, se le otorgaban contratas de diferentes instituciones del Estado sin consideraciones político partidistas y se les pagaba religiosamente sus cubicaciones, lo cual era fácilmente comprobado en las publicaciones mensuales que hacia el gobierno de los ingresos y egresos de los recursos públicos, algo descontinuado desde la salida del poder del presidente Balaguer.
Las grandes empresas constructoras dominicanas incluso acometían obras sin recibir avances, solamente sustentadas en la palabra de un presidente cumplidor, así florecieron y fueron parte de la transformación a nivel de infraestructura que tuvo el país en los 22 años de gobierno reformista. Presas, canales de riego, carreteras, caminos vecinales, escuelas, hospitales, clínicas rurales, grandes avenidas, edificios gubernamentales, viviendas y edificios multifamiliares fueron construidas por ingenieros dominicanos, que desde hace unos años han sido sustituidos por una empresa extranjera que llego al país ofreciendo construir las obras que necesitábamos con sus propios recursos o a través de financiamiento que ellos mismos conseguían.
Así lograron desplazar a las empresas dominicanas alzándose con el grueso de las grandes obras que demanda el desarrollo nacional, lo que todos sospechábamos pero no teníamos prueba era que la adjudicación de tantas grandes obras a una sola empresa no era fruto ni de sus capacidades técnicas ni de los financiamientos que conseguía, sino de los sobornos que pagaba.
Hoy día los ingenieros dominicanos pasan penas y vicisitudes, porque a pesar de ser desplazados de la construcción de obras estatales y agotados los ahorros que pudieron acumular por sus años de trabajo, el gobierno no cumple con el pago de una vieja deuda contraída con ellos, ya que una vez salió el presidente Balaguer del gobierno aquellos pagos regulares que recibían por sus cubicaciones se detuvieron. Hoy la deuda documentada con unos 302 ingenieros ronda los 1,460 millones de pesos y no hay forma ni manera de que este gobierno indolente, igual que el anterior, ambos beneficiarios de muchas de las obras que estos ingenieros construyeron, les paguen sus cubicaciones pendientes.
Para ilustrar un solo caso, el de un ingeniero que inicio una escuela de 24 aulas en La Caleta a fines de 1995, mientras Balaguer estuvo en el poder recibió regularmente sus pagos y avanzo su escuela hasta que llego Leonel y el PLD, sus pagos se hicieron mas espaciados pero aun así termino su escuela y fue inaugurada por el presidente Fernandez, a ese ingeniero aun le deben la cubicación final por algo mas de medio millón de pesos, el presupuesto de aquella obra rondaba los 6 millones de pesos.
Porque no cumple el gobierno con el fruto del trabajo de los ingenieros dominicanos si encuentra recursos para iniciar nuevas obras? No es que les pague de golpe y porrazo pero si que elabore un calendario de pagos y vaya saldando esa vieja deuda que mantiene en zozobra a tantas familias de hombres de trabajo. Una salida seria reclamar indemnización a Odebrecht por el soborno y sobrevaluación de las obras ejecutadas en el país a partir del 2003 como han hecho otros países, y utilizar parte de esos recursos en saldar esa vieja deuda con los ingenieros dominicanos.