Se sabía que Ramfis asesinaría a seis Héroes de Mayo apresados en La Victoria. Balaguer lo sabía. Insistentemente se lo denunciaron familiares de Héroes y otros prestantes ciudadanos. Balaguer garantizó sus vidas. Anunciaron, anticipadamente, un descenso judicial al lugar de la gesta. Ocurrió lo planeado. Héroes de Mayo fueron Mártires de Hacienda María. Sus restos no aparecieron.
Informando el asesinato no evitado, Balaguer llamó “tragedia” al magnicidio: “Me dirijo al país para transmitir a la ciudadanía, consternada por la desaparición, en la noche del sábado último, en circunstancias misteriosas, de seis de las personas complicadas en la tragedia del 30 de mayo, la seguridad de que las autoridades judiciales investigarán ese hecho imparcialmente y con estricta rectitud, para que se apliquen a cuantos resulten responsables del mismo las sanciones a que se hayan hecho acreedores”.
“El Procurador General de la República ha sido apoderado del expediente y se le ha dado instrucciones de no omitir esfuerzo alguno para que la sociedad sea desagraviada. El honor de la justicia nacional se halla comprometido en ese caso y el poder ejecutivo descarga sobre los hombros de los magistrados llamados a intervenir en la instrucción y en el juicio de este acto horrendo la gran responsabilidad de demostrar al país que son dignos de ejercer la más alta potestad que puede cumplir el hombre: la administración de la justicia”.
Balaguer, blindándose, expresó, impersonalmente, que el PGR “ha sido apoderado” , “se le ha dado instrucciones”, en lugar de “he apoderado” , “le he dado instrucciones”. También, “… descarga sobre…” “…los magistrados…” “…la gran responsabilidad…”
El PGR, responsable de la integridad física de los Héroes, del descenso judicial, dependía de Balaguer. Cualquier error del PGR arrastraría a su jefe, el “Ejecutivo”. En administración, en política, se delega autoridad, no responsabilidad.
Cambiaron el expediente dictaminando: No hubo descenso judicial, sino fuga. Protegido por su omnipotente hado, Balaguer salió ileso. No fue acusado. La nación se obnubiló, jubilosa, con la partida de los Trujillo. No se concentró en exigir justicia por el asesinato de Héroes magnicidas, devenidos Mártires. Balaguer murió ungido “Padre de la Democracia”.
Algunos exculpan a Balaguer argumentando: Todavía era Presidente títere. Ramfis y Negro sospechaban que había sido partícipe pasivo de la gesta.Podían matarlo por cualquier “imprudencia”.
Danilo no tiene coartadas.No es títere de nadie. Tiene títeres propios. Es amo de sí mismo. Domina, avasalladoramente, su Partido, su Poder Ejecutivo, su mayoría del Congreso, su Poder Judicial, su Cámara de Cuentas. Su PGR. Danilo gestó, con Lula, a Punta Catalina. Privilegió a Odebrecht concediéndole, exención impositiva en Catalina. Todo le salía bien, pero estalló el escándalo Odebrecht internacionalmente. Danilo, ubicándose por encima del Artículo 4 Constitucional, delegó atribuciones de su PGR a una Comisión de “ ciudadanos activos y probos”, con el Decreto 06-17, creando un Ministerio Público-Privado –versión fuera de contexto de APPs- que “investigaría”, sin fuerza jurídica , ni recursos apropiados lo que corresponde, constitucionalmente, a su PGR. Danilo se blindó, esfumándose. Mutiló el Estado, suplantando su PGR, por su Comisión.
Catalina, mayor inversión de toda la historia fue improvisada, supuestamente, por razón de Estado. Danilo aceptó, complacido, sin observaciones, el Informe de su Comisión, su Ministerio Público-Privado, pero incumplió acertadas recomendaciones de no pagar sobrecostos. Danilo proclama que no hubo anomalías. Debería, sin temor, asumir la responsabilidad, con todas sus consecuencias, de Punta Catalina, criatura que él, personalmente, engendró.
Gustavo Díaz Ordaz vivió y murió reafirmando que su Matanza de Tlatelolco fue para “salvar a México”. Dijo al Congreso: “Asumo íntegramente la responsabilidad personal, ética, social, jurídica, política e histórica por las decisiones del gobierno en relación a los sucesos del año pasado”.
La próxima semana Danilo, con su PGR, formulará acusaciones a Odebrecht. Simultáneamente la ciudadanía democrática juzgará, a su vez, a Danilo, ponderando quiénes serán acusados y, sobre todo, los excluidos, por complicidad y obstrucción de justicia, que deberían ser inculpados y no lo serán. Balaguer murió consagrado “Padre de la Democracia”. Encubriendo a Odebrecht y los suyos, Danilo no podría declararse “Padre de la Transparencia y de la Lucha contra la Corrupción e Impunidad”. Trujillo, anticristiano, irracionalmente quiso equipararse a Constantino. Por medio de Zenón Castillo de Aza intentó, pero no logró, ser ungido “Benefactor de la Iglesia”.