Aprovechando la visita del señor Presidente a Bahía de las Águilas junto con inversionistas extranjeros del sector turismo para explorar la posibilidad de realizar un desarrollo en esta área, he querido exponer mis consideraciones sobre el explotar las áreas protegidas, haciendo una comparación con el Parque Nacional Cotubanamá ( Parque Nacional del Este ).
Lo primero, y a título personal sin entrar en otras consideraciones técnicas-económicas, consideramos que es de suma importancia y bueno para el país y para la región, que se permita un desarrollo turístico en esta área.
Bahía de las Águilas posee unos 37 kilómetros de playa de arena blanca, de extraordinaria belleza, exuberantes paisajes y algunos, muy poco, legado indígena, y desde hace varios años se ha estado hablando de realizar inversiones para tener un desarrollo turístico de estas playas, y parecería que ahora existe un interés serio en desarrollarlas, lo que considero bueno e importante, porque contribuirá notablemente al desarrollo de esta región.
Además de las cualidades positivas mencionadas con que la naturaleza ha dotado esta área, lamentamos tener que mencionar algunos temas que no permitirán que este desarrollo sea en corto plazo, por lo menos no dentro de los próximos 3 años.
Comenzando con la legitimidad de los títulos de propiedad, que ha sido todo un proceso de muchos años y muy costoso. También habría que añadir las construcciones de infraestructura, una buena carretera y un aeropuerto, o mejorar sustancialmente el de Cabo Rojo, ya que Barahona, que posee aeropuerto, está muy distante. Nunca es aconsejable montar en un autobús por más de dos horas un turista que ya estuvo 8 horas en un avión. Esa experiencia no la repetiría, es muy agotadora. Sin embargo, parece que existe interés en desarrollar Bahía de las Águilas porque contribuirá grandemente al desarrollo de esta paupérrima región. Con todas esas inversiones en infraestructuras que debe realizarse, las demás inversiones en la construcción de hoteles y otras facilidades tardarían en hacerse y el Estado no recibiría ingresos en el corto plazo. Adicionalmente, su acceso, hasta el momento, es sólo por mar o por una carretera casi intransitable, por lo que se hace obligatoria la construcción de estas infraestructuras. Lamentablemente este desarrollo, siendo bueno y necesario, no será rápido.
Por el otro lado, y para hacer la comparación, tenemos el Parque Nacional del Este ( Cotubanamá ), localizado en el extremo Este de la isla, todo un itsmo, también con más de 30 kilómetros de playas y costa. Este Parque cuenta con una de las mejores carreteras del país ( Autovía del Este ) para su acceso hasta el poblado de Bayahibe y los aeropuertos internacionales de La Romana y Punta Cana y, distantes a unos 20 ó 30 minutos. Debido a estas condiciones, y de permitirse estos cambios, el país recibiría inversión extranjera y tendría ingresos en muy corto plazo, prácticamente de manera inmediata.
Además, la naturaleza ha dotado este Parque de playas de arenas blancas igualmente de extraordinaria belleza. Y cuenta con asentamientos, enterramientos y cuevas con pictografías indígenas, así como manantiales de agua dulce y lagunas. Estas cosas adicionales le dan al Parque Nacional Del Este una ventaja comparativa de inigualable valor. Además de sol, playa y arena, los turistas tendrían la oportunidad de conocer la cultura taina y observar flora y fauna endémicas. Así como también podría explotarse el turismo científico.
Otra ventaja aún mayor es la situación legal de los títulos de propiedad. Los propietarios de estas parcelas conservan sus títulos originales, ya que las mismas no fueron pagadas o permutadas al momento de conformar el Parque mediante los Decretos Nos. 722 y 1311 de abril y septiembre de 1975, respectivamente, por lo que en este desarrollo no habría litigios.
En definitiva, la idea no es paralizar el desarrollo de Bahía de las Águilas, al contrario, lo consideramos necesario. La idea es que también se permita el desarrollo del Parque Cotubanamá, que sería mucho más rápido y de mayores beneficios para el Estado, donde éste no tendría que hacer las inversiones que serían obligatorias en otras regiones.
Lo que proponemos es que se permita este desarrollo por parte del sector privado, quien construiría una carretera sencilla que bordee el Parque y a la vez sirva de limítrofe, dejando el Parque y áreas protegidas concentrados en la parte interior. También construiría senderos peatonales para accesar a los observadores de plantas, animales, enterramientos indígenas y cuevas con pictografías, haciéndose cargo de la administración y conservación del Parque en su conjunto a través de un plan de co-manejo.
El Estado Dominicano no estaría en la obligación de hacer inversiones, sólo sería un coordinador y supervisor de que las actividades que se realicen aquí sean acordes con los reglamentos que se elaboren, para la buena conservación del área protegida, y recibiría ingresos en el corto plazo.