El Ministro de Asuntos Exteriores e Inmigración de Bahamas, Frederick A. Mitchell ha calificado de una grave equivocación, la valoración que ha hecho la organización Amnistía Internacional, sobre la nueva política de inmigración que rige desde el 1 de noviembre en este país, conformado por 700 islas al norte de la Republica Dominicana y Cuba. La organización piensa que la ley podría ser “discriminatoria y xenofóbica” ante la población haitiana.
Lo que podría ser cierto, si tomamos en consideración que Bahamas es el polo de captación más importante del Caribe ingles, desde un día después de la guerra Mundial, cuando el país empieza a jugar un papel con apoyo geográfico a los Estados Unidos de América y Reino Unido, entrando en una primera fase de prosperidad (1917 -1933). Fase que al terminar la guerra se orienta al desarrollo del negocio turístico, financiado por capital norte americano y que reclamaba la mano de obra barata, recurriendo a los haitianos, que fueron empleados directamente en Haití.
Desarrollando un flujo irregular- hasta la fecha- que registraba la presencia de 1000 haitianos viviendo en 1957, pasando a 10.000 en 1962 y, 40.000 en 1974 como destacamos en nuestra investigación ( Migration Haitienne au Venezuela: De l’ Insertion a l’ Integration,Paris 1987).
Cifra que debe haberse mantenido más o menos constante durante la década de los 80 y los 90, cuando se cree habían 50.000 haitianos en Bahamas. Las políticas de expulsión han estado presentes desde que la situación económica del país ha hecho crisis.
El gobierno bahameño, ha identificado y deportado haitianos de forma sistemática desde 1957, con una media de 1.332 deportaciones por año recuerda Dawn Marshall en su trabajo sobre la migración haitiana a Bahamas. ( The Haitian Problem, illegal migrations to the Bahamas. WI 1979)
Hoy, cuando los haitianos continúan llegando de manera ilegal, cuando la población de esta nación caribeña haciende a 377.374 habitantes (2013 Bco. Mundial) con un 16,5% de inmigrantes de los cuales la mayoría son haitianos, trabajando en el sector servicio, donde permanecen de generación en generación, “los haitianos no tienen muchos recursos legales para luchar por sus derechos en Bahamas” señalo recientemente el antropólogo estadounidense Bertin Louis, como en Republica Dominicana, donde si están organizados y a pesar de los niveles de explotación históricos, hoy trabajan en todos los sectores de la producción.
Se estima que pueden haber unos 90 mil haitianos residiendo en Bahamas, con un alto nivel de desempleo, sub empleo y explotación de sus empleadores y un aislamiento por parte de la sociedad de acogida, que ha generado una serie de estereotipos descalificativos y prejuicios raciales ,presentes también en las Antillas y Guyana francesa, como en los demás polos de captación del Caribe ingles ,donde los haitianos son rechazados por conductas , que van más allá de las preocupaciones de Amnistía Internacional, porque desgraciadamente su presencia ha saturado los polos de captación.
La nueva ley contempla la obligatoriedad, de que todo extranjero residente en el archipiélago, al desplazarse porte el pasaporte de su país natal, solo los hijos de inmigrantes legales tendrán permiso para ir a la escuela, y trabajar si la edad se lo permite, aquellos que residan ilegalmente no tienen derecho a solicitar visas de trabajo .Comprometiéndose el gobierno con la Organización Internacional de Migración, (OIM) a manejar los retos migratorios de manera “eficiente y humana”.
Esta ley que tiene por objetivo frenar la presencia de inmigrante en una sociedad pequeña, que cifra su economía en la frágil industria turística, se cumplirá a raja tabla, por que el Estado monárquico constitucional, parlamentario , tiene cierto rigor, que le impide negociar con asuntos estatales y menos poblacionales ,de aquí que tengan un ministerio de Asuntos Exteriores e Inmigración.
Desde el punto de vista socio demográfico, el Estado pretende proporcionar a sus naturales el mayor bienestar social, y no tiene capacidad de absorción de la diáspora haitiana, que viene utilizado este territorio, además, como trampolín hacia EUA desde la década de los setenta cuando los “ Boat People” llegaron a las costas de toda la región.
La reacción del Ministro Mitchell, ante la “seria preocupación” de Amnistía Internacional, no se ha hecho esperar, ha sido rápido y determinante, acusando a la organización de estar “gravemente equivocada” “badly mistake” advirtiéndoles que están “poniendo en riesgo su reputación y credulidad internacional si siguen esa línea de argumento”.
Lo cierto es que los Estados responsables (EUA ,Suiza, Canadá etc. ) están organizando sus espacios inmigratorios, garantizando legalidad y estabilidad a las personas que captan, porque las condiciones de legalidad permiten controlar poblaciones en un escenario de criminalidad y terrorismo internacional agudo, eso en el plano de la seguridad , pero en el plano económico permiten, ordenar el espacio productivo evitando que los salarios sean despreciados por la mano de obra inmigrante sub pagada y explotada, garantizando también a sus nacionales espacios de producción equitativos, en el plano social evitan que los servicios(salud, educación, hábitat , transporte, ocio) sean saturados. Y en el plano político, impiden que los políticos, en especial las ultras derechas, califiquen a los inmigrantes de culpables de todas las desgracias de las sociedades.
Aquellos que piensan que el gobierno de Bahamas será sancionado, por afrontar sus retos inmigratorios como lo hacen, deberían darle seguimiento a estos acontecimientos, porque Bahamas no es la Republica Dominicana (badly mistake). Su política de inmigración es “humana en su naturaleza y genérica en su ejecución”. Como señalo el propio ministro de Asuntos Exteriores e Inmigración de Bahamas, al expresarse como un hombre de Estado cuando su país fue cuestionado. Algo que quizás a faltado a los dominicanos que se han visto en una madeja de interpretaciones, y, malas decisiones a raíz de la sentencia TC 168.13, concluyendo con una condena de la Corte interamericana de Derechos Humanos, no obstante ser el país que más inmigrantes haitianos ha recibido en todo el planeta desde que empezó el éxodo de este pueblo.