En la columna “Pentagrama” del pasado día 12 de mayo de 2013, su autor el doctor Juan Tomás Olivero, bajo el título “La UASD: más allá del odio y el veneno”, comenta mi artículo titulado “La autonomía de la UASD”, publicado el 26 de abril de 2013 en el diario Hoy.
Aprovecharé este diario digital -menos constreñido por el espacio- para edificar mejor a los lectores citando a continuación in extenso el artículo mío que provocó los insultos:
“El trágico asesinato de un coronel de la Policía por estudiantes revoltosos de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) ha puesto de nuevo sobre el tapete la cuestión del fuero de esa institución.
“El fuero, nombre jurídico del privilegio jurisdiccional otorgado por el gobierno para normar la autonomía institucional, fue una conquista de la UASD en los convulsos días tras el ajusticiamiento de Trujillo. La idea era sustraer a la universidad de la influencia gubernamental, pese a que como academia estatal es subsidiada por el erario. En vez de ello, la autonomía convirtió a la UASD en un refugio de políticos de izquierda que al cabo de pocos años destruyeron el prestigio intelectual de la universidad, motivando la renuncia y abandono de sus mejores profesores, quienes salieron a fundar la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña.
“Desde entonces, la UASD jamás ha vuelto a poseer el brillo académico que tuvo durante la dictadura, cuando la crema y la nata de la intelectualidad dominicana, incluyendo muchos desafectos al régimen trujillista, ofrecía cátedras que todavía hoy recuerdan agradecidamente los profesionales egresados de la vieja universidad.
“Actualmente, las mentes menos privilegiadas enfocan la cuestión del foro sólo como un asunto policial, arguyendo que la UASD es un refugio de delincuentes, cuando en realidad sólo una minoría extrema de su población estudiantil cae dentro de la categoría de los facinerosos o de los políticos extremistas violentos.
“El real problema de la UASD no es su autonomía. Es que funciona pésimamente. Carece de controles académicos para dar de baja a malos estudiantes. Carece de controles de calidad para garantizar excelencia en la docencia. Carece de controles financieros y éticos para dar cuenta de millones gastados en supuestas investigaciones sin ningún resultado útil. La UASD es un amontonamiento de carencias que dan ganas de llorar…
“Quitarle el fuero o autonomía a la UASD no es ninguna garantía de que sus males serán correctamente asumidos para solucionarlos. Allí hace falta una toma de consciencia por parte de la mayoría inmensa que va allí a estudiar y merece una instrucción profesional de mejor calidad.
“Hay que depurar la matrícula aplicando la baja a quienes no merezcan el privilegio de una educación subsidiada o casi gratis. Hay que exigirles a los profesores y administradores mayor competencia y más compromiso con la universidad y no con sus partidos políticos.
“Si no, ¡ciérrenla!”.
Hasta aquí mi artículo. A continuación los juicios sobre mí del articulista Juan Tomás Olivero:
“La mala hora que vivió la Universidad Autónoma de Santo Domingo con la muerte del estudiante Willy Florián Ramírez y el Coronel Julián Suárez Cordero, ha provocado en los sectores que anhelan su cierre y destrucción, una catarsis de odio y perversidad, cuya mejor expresión es la del señor José Báez Guerrero.
Este ilustre intelectual dominicano hijo del pensamiento nacido en la fragua del Consejo Estado y el Triunvirato, que a decir de Juan Bosch eran peores que Trujillo, tuvo el tupé (sic) de sentenciar que a raíz de la salida del sector ultra conservador de la UASD para fundar la Universidad privada Pedro Henríquez Ureña, en la UASD se quedó lo peor. (…) No tengo formas personales de juzgar la monstruosidad y el razonamiento venenoso del señor José Báez Guerrero, expresado en la página de opinión de un importante periódico del país. (…) Señor José Báez Guerrero, ¡no se puede vivir con tanta fábula y tanto veneno, ruego al Dios de Abraham y de mis antepasados, se apiade de su alma venenosa!”.
No me molestaré en tratar de refutar las lamentables opiniones de Juan Tomás Olivero pues, como he dicho antes al padecer diatribas similares, esas expresiones retratan mejor a quien las profirió que a su destinatario.
Sin embargo, quizás sí convenga recordar que la UNPHU fue fundada en1966 como una institución de carácter privado y sin fines de lucro por personalidades reconocidas y representativas de sectores y actividades importantes de la República Dominicana y que en su fecunda historia esa casa de altos estudios ha estado completamente ajena a los avatares políticos y de delincuencia común que desdichamente han afectado a la UASD.
En cuanto a la lista de distinguidos ciudadanos que se quedaron en la UASD mencionados por Juan Tomás Olivero, se trata en su gran mayoría de alumnos que fueron de los profesores que salieron a fundar la UNPHU. En aquel momento, 1966, casi ninguno de ellos gozaba del prestigio profesional o la prestancia intelectual de aquellos a quienes el columnista ha llamado “ultra conservadores”. En ninguna parte de mi artículo expreso que en la UASD “se quedó lo peor”. Quizás, si a comparaciones vamos, ¿por qué no calificar las carreras y aportes a la sociedad dominicana de los estudiantes graduados como profesionales a manos de los que se fueron a la UNPHU versus aquellos fruto de la experiencia uasdiana tras la salida de los “ultra conservadores”? ¿Cuánto le ha costado a la sociedad dominicana una y otra universidad?
Atentamente,
José Báez Guerrero.