La acusación del caso Odebrecht, aunque no he tenido el privilegio de leerla, mucho menos estudiarla, tiene obviamente elementos interesantes que imponen más interrogantes que respuestas. Veamos:
Joao Santana, el alegado “Gurú” de las relaciones públicas, preso en Brasil, por hechos por todos conocidos, es sabido que cobraba cinco millones de dólares anuales, que eran transferidos a sus cuentas en Suiza, según publicación aparecida en este diario digital en marzo del año 2017, y conforme publicación realizada por el Periódico O Globo de Brasil, tomadas del expediente abierto que ulteriormente dio lugar a su condenación. Estas transferencias en partidas de 500 mil dólares cada una, representaron, solo en el año 2014, doscientos cuarenta y cinco millones de pesos (RD$245,000,000.00). Si tomamos en cuenta que desde antes del 2012, ya este personaje trabajaba con Danilo, quien agradeció compungido en más de una ocasión su apreciable colaboración, y si además tomamos en consideración que el 2014, no era un año propiamente electoral, cabria la pregunta de saber, cuanto en total, cobró este “genio” de las relaciones publicas, cuánto dinero le fue transferido, y sobre todo saber, de donde venia ese dinero, quien lo pagaba y cuál era la cuenta de origen, y que me explique si eso no es lavado.?
Estas interrogantes, las cuales las hemos planteado varias veces, abren un abanico de posibilidades como Baninter, porque el hecho fundamental es saber el rastro del dinero, y sobre todo como era transferido, y de que fuentes manaba tanta miel y vino.
Otra preguntica podría ser, como puede el Procurador santificar a Punta Catalina, sin que la Cámara de Cuentas, o cuentos, haya realizado la famosa auditoria, en primer lugar por falta de dinero, en segundo lugar por falta de tiempo, más aun, si todos sabemos que si tuvo problemas de financiamiento y si tuvo ofertas mucho mas económicas y con una experticia de mucha mayor jerarquía que la que ulteriormente resultó ganadora.
Otra preguntica mas, pidió real colaboración a las autoridades judiciales de Brasil, le fueron enviadas las delaciones premiadas con relación a República Dominicana, que las hay, tiene los cientos de interrogatorios realizados en Brasil, se preguntó por qué la oficina de sobornos de Odebrecht se encontraba en la República Dominicana, con quienes comían se juntaban, o parrandeaban los santicos que manejaban las “Operaciones estructuradas” en el país.
Si se puede, una última preguntica. Ante la confesión de Temo, de que efectivamente recibió dinero, pero que esto fue para campaña del PLD. Se hizo alguna diligencia procesal, técnica o forense para determinar cuánto recibió este personaje de la historia, a quien le pagó, cuanto gastó en la campaña, si este dinero ingresó al partido, “para servir al pueblo” o simplemente su declaración es suficiente para tan avezado e intenso investigador.??
Todas estas interrogantes, si hubiera habido interés, hubieran tenido respuestas.
Hay que ver que son mil dólares para cualquier dominicano, y sin embargo, la extraordinaria suma de 500 mil, mensuales para Joao, solo en el 2014, no hicieron surgir ninguna interrogante a este inefable funcionario, preguntarse cuanto en total habría recibido, en sus años de éxito rutilante y justificado en la más grosera distracción de fondos públicos y sobre todo, de donde salía todo ese dinero, que la mayoría de los mortales no veremos en cien vidas.
Como puede afirmar que en Punta Catalina esta todo como casita de muñeca, si no es contable ni auditor, a menos que haya podido hacer lo que no ha hecho la cámara de cuentos.
Y decir que Temo es un niño de teta, a pesar de haber afirmado, que en efecto se liquidó con unos chelitos, y aparentemente no averiguó, lo que constituye el eje transversal de su mutilada acusación: el enriquecimiento trepidante e injustificado??
Siendo yo el Procurador, diría: ay ñe ñe.