Lloramos la alegría de haberte conocido y cantamos la pena de haberte perdido.

El 17 de julio de 2020, el Coronavirus, según las cifras oficiales, cobra su víctima número 595 050 en el mundo. Entre ellas, se lleva una leyenda viviente de la bachata, el cantautor Víctor Víctor. Al día siguiente una cadena de emisoras le rinden homenaje póstumo.

La muerte es considerada como una experiencia individual, las personas cercanas mueren y quienes le sobrevivimos tenemos que aprender a vivir sin ellas. Ese acto de sobrevivir es una responsabilidad social, colectiva y compartida. Recordar y honrar es parte de ese acto.

Lloramos la alegría de haberte conocido y cantamos la pena de haberte perdido. Así así, como tu mismo lo describiste alguna vez, a propósito de reconocer la herencia de la ranchera en un ritmo y un sonido, la música y el baile de la batacha.

Una vida entera dedicada a su rescate y a estilizarla desde la autenticidad de los elementos que la caracterizan, cómo tu mismo distingues, la manera de cantarla (“si no canta, llore; y es lo mismo”), las rutinas que la caracterizan y los golpes básicos (un, dos y tres). Plataforma para su lanzamiento a la lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad (Unesco, 2019).

Ando buscando un amor por la calle,

que no invente una excusa si yo le pido un beso,

que despierte mis ganas cuando sueñe un deseo.

Ando buscando un amor, el que no tengo.

Yo solo bailo bachatas, son muy romáticas y llegan hasta el alma.

El amor que llevo dentro me acompañará hasta el fin…

porque yo guardo tu amor en mi mesita de noche,

va prendido como un broche en mitad del corazón.

Así es mi amor…

Te busco”, escrita hace ya varios años, “Al cielo una mirada buscando un poco de mi vida, mis estrellas no responden para alumbrarme hacia tu risa..”. Cual si fuera una premonición (él había dicho una vez que avisaría cuando se iba a morir), hace pocos días se la dedica a todo el personal de salud, en sus propias palabras, "que en estos días se encuentran casi en un frente de guerra".

Hace unos años, a propósito de la presentación pública de mi libro “Ábreme la puerta. Casa de Aprendiencia de la Política Social y otras políticas” en República Dominicana, el amigo Avelino Stanley y la amiga Reina Rosario me obsequiaron como regalo llevarme a un concierto, porque yo quería compartir una deuda que tenía pendiente desde tiempos atrás. La foto se llama “El día que yo le dije a Víctor Víctor que ando por el mundo contando del artífice del rescate cultural de la bachata”. La medida de mi alegría por el deber cumplido, es la misma vara para medir la humildad con la que su sonrisa posa para la foto.

 

Arlette Pichardo Muñoz y Víctor Victor

 

 

Yo soy Víctor Víctor. Soy cantautor.

Y canto y toco porque ¿qué voy a hacer?

Si usted supiera, dígame

¿Qué hago si no canto y toco?

La vida es una poesía.

Imagínese usted, que usted no encuentre poesía en la vida.

Lo triste, lo feo, lo malo.

Haga de su vida un poema.

Hágalo y usted va a ver lo feliz que usted se siente

Y al sentirse feliz, va a hacer feliz al todo el que lo rodea.

Ay ay ay Vitico, maracas en mano.  Vivirás para siempre y hasta siempre en bachata entre amigos y amigas.