La Administración que encabeza el Presidente Danilo Medina ha sepultado parte de la mala imagen de su antecesor, con relación a su enfoque en la educación.  La asignación del 4% del PIB del presupuesto ha constituido un punto esperanzador ante reclamos de la sociedad dominicana.  Estos recursos deberán ser suficientes para mejorar, a mediano plazo, los índices muy negativos determinados por la comunidad internacional, preocupada en estos temas.

Conforme a las evaluaciones del gobierno, casi 30 mil aulas escolares son necesarias para superar el déficit para satisfacer la demanda de espacio en el sector educativo público.  En diciembre del 2012, se iniciaron las asignaciones de obras, mediante un sistema de lotería, que debería construir 10 mil aulas durante el 2014.  Se reporta que a la fecha presente, solo se han podido construir de 2 a 3 mil aulas, menos del 30% prometido.  El propio gobierno ha admitido que hay retraso.  Más de 14,700 millones de pesos han sido comprometidos con esta iniciativa, que representa el buque insignia del gobierno del Presidente Medina.

Obviamente, ha fallado la planificación del Ministerio de Educación y nos seguimos arriesgando con el fracaso, dado que las cubicaciones eran lentas con la Administración de la anterior ministra del ramo.  También, se alega que no hay solares o que el gobierno ha dejado esa responsabilidad a los ingenieros que fueron favorecidos con dichas obras.  También es penoso que a casi un año del proceso de asignación, aquellos que no han podido comenzar tienen los recursos en cuentas privadas…

Por el camino que vamos, es de suponer que el gobierno no cumplirá a pesar de disponer de los recursos presupuestarios y que penalizarán a los profesionales que no puedan cumplir, sobre todo aquellos que pertenezcan a corrientes políticas diferentes al PLD y así poder justificar la ineficacia.