El pasado martes, co-presidí un acto de la Asociación de Estudiantes de Filosofía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

A pesar de ser un conglomerado pequeño, la mencionada asociación es una de las pocas agrupaciones estudiantiles activas que cumplen su función como medio canalizador de las inquietudes del estudiantado.

En un medio donde decir asociación estudiantil significa muchas veces: “agrupación de rebuseros”, la Asociación de estudiantes de Filosofía de la UASD realiza las labores que le corresponden como agrupación de su naturaleza: Coordina la propuesta estudiantil de selección de asignaturas para la asignación de cada semestre, da apoyo logístico a las actividades extracurriculares de la Escuela de Filosofía de la UASD, asiste y debate en los espacios creados por la Escuela para esos fines (tertulias, seminarios, congresos, etc.) y sirve como vehículo de promoción de los estudios de filosofía en el país.

Uno de las deficiencias generalizadas de la educación superior dominicana es la apatía del estudiantado, producto de una alienación generalizada que no le hace concebirse como sujeto de derechos.

Por esta razón es tan fácil violar sus derechos, no atender sus necesidades básicas como estudiante y excluirlo de la toma de decisiones importantes.

La autoorganización estudiantil es importante, especialmente, en el sistema de educación pública, como vehículo de participación democrática y concientización sobre los problemas que atañen al estudiantado.

Celebramos en la Asociación estudiantes de filosofía de la UASD, la preocupación por crear microespacios democratizadores y esperamos que se conviertan en multiplicadores para todo el espacio de educación superior pública.