Hemos leído, soto riéndonos como decía Juan Bosch, los planteamientos del  Centro Regional de Estrategias Económicas y Sociales (CREES) intentado justificar la negativa  empresarial para aumentar el salario mínimo en la proporción solicitada por los  trabajadores. Las bases del CREES  son: primero, los aumentos de salarios mínimos no deben ser generales, segundo los salarios no deben ser impuestos, por lo cual no debe existir  salario mínimo, tercero deben evaluarse por el aporte de cada trabajador a la producción (productividad) y cuarto el nivel de los salarios es un obstáculo a competencia de la producción nacional en los mercados.

En PROYECTA, entidad de la sociedad civil, entendemos que la existencia y aumentos de salario mínimo debe considerarse como un incentivo a los trabajadores  con la finalidad de que mejoren sus aportes en la empresa. Oponerse  ese aumento es oponerse a que las empresas califiquen mejor a su personal para mejoren su productividad. Con respecto a que los  aumentos de salarios incrementan los costos representando  un  obstáculo a la competencia en los mercados, recordamos que  los salarios representan únicamente 8 % del costo total, mayor incidencia en los costos  tienen electricidad, tributación, altas utilidades, en consecuencia  la  reducción costos puede hacerse en estos conceptos.   

Indica el Centro Regional que los salarios no deben ser impuestos,  entienden que son los niveles de oferta y demanda deben determinarlos”. Se trata al trabajo s como una mercancía, no como el factor más importante (gente) debido que conjuntamente con la naturaleza originan el resto de factores. 

Sabemos que los mercados del país son  monopólicos, en esta situación son los empresarios que fijan bajos los salarios  y altos los precios de los productos en el mercado asegurando  altas utilidades al capital. En situación de monopolios el Estado debe regularla, entre otras medidas, aumentando los salarios.

Recordemos la crisis de los años 1930, Keynes salva al sistema capitalista utilizando la   intervención estatal, aumento del gasto público y los salarios. De Igual forma se resolvió  la crisis bancaria dominicana en 2003, pero los empresarios se oponen a incrementar los salarios aunque el propósito sea fortalecer la democracia.

Recordamos que en el país más del 44 % de la población es pobre, el 19 % indigente, desempleo abierto es 15 %, el correspondiente a  jóvenes superior al 30 %, el 72 % de los campesinos sobre viven en barrancas. Responsable de esta pobreza es la desigualdad. En conclusión señores empresarios, si no lo saben, el país sobrevive en una situación de crisis permanente que atenta contra la democracia.

El economista Joseph Stiglitz en sus libros” El Malestar de la Globalización” y el “Precio de la desigualdad”, al igual que Thomas Piketty  en “El Capital en el Siglo XXI”, plantean que la desigualdades originadas por las altas remuneraciones al capital atentan contra la democracia. Los argumentos de Piketty y Stiglitz provienen de una cosmovisión de la sociedad, sus temas se han convertidos en políticos-sociales. El Proyecto de Nación que sustenta  PROYECTA se basa en esa cosmovisión que requieren las soluciones a los problemas dominicanos, y tiene como propósito colaborar para que los gobiernos satisfagan los derechos humanos de los ciudadanos. Propugnamos por la aplicación de los principios,  Vida, Libertad, Propiedad y justicia social. La propiedad debe producir los bienes  que satisfagan las necesidades, para que pueda existir  vida y libertad. Pero los pobres no tienen propiedad, no tienen vida, ni libertad, para esos no existe democracia, si los gobiernos no aplican justicia social, será imposible otorgarle a los pobres propiedad, vida y libertad, se agrava la situación al observar que los empresarios se niegan de forma agresiva a una acción minúscula como es el  aumento de Salario Mínimo. Empresariado recuerden a John Locke “El exceso de propiedad es injusticia”.