Un aumento general de los salarios detendría momentáneamente la caída de las reservas del Régimen Contributivo. Pero para lograr que el mismo mejore la cobertura y reduzca el gasto de bolsillo, es necesario impulsar las reformas que establece la Ley 87-01.

Se agrava la situación financiera del Seguro Familiar de Salud (SFS) Contributivo. Las reservas acumuladas para el cuidado de la salud han descendido de 7,776.9 millones de pesos en el 2009, a solo 5,793.3 a Junio del 2014, una merma de 1,983.6 millones. Desde hace tres años los ingresos ordinarios resultan insuficientes para cubrir la cápita de los tres millones de afiliados.

El salario mínimo oficial ha permanecido estancado en 5,117 pesos desde el inicio del SFS. Hace dos años el mínimo del sector privado, fue fijado entre 6,880 y 11,292, según el tamaño de la empresa. Por eso el gobernador del Banco Central, dijo que “los salarios se han mantenido prácticamente estancados debido a que apenas se corrigen por la inflación, lo que no mejora su capacidad adquisitiva”.

Los dirigentes sindicales demandan un aumento general del 30% de los salarios, incluyendo a los pensionados y jubilados. El Presidente Medina consideró insuficiente un salario de 10,000 pesos, mientras connotados empresarios y entidades privadas favorecen una alza, aunque sin precisar su monto. No obstante, analistas y observadores se muestran un poco escépticos, conociendo la tradicional mezquindad, tanto privada como pública.

En una década el salario real se redujo en un 27%, mientras la economía y la productividad casi se duplicaron. Expertos internacionales consideran que, no obstante el sostenido crecimiento económico, la República Dominicana presenta una de las mayores brechas salariales y de la concentración del ingreso entre las economías de ingresos similares del mundo.

El Seguro Familiar de Salud (SFS) es víctima de una fuerte contradicción entre el costo creciente de la atención médica, debido a las ineficiencias del modelo, a la posposición de las reformas previstas, y al predominio de salarios muy bajos, acentuado por una alta evasión y elusión.

Un aumento general de los salarios sería un gran alivio para el Régimen Contributivo, ya que detendría momentáneamente la caída de las reservas financieras. Pero no necesariamente se traduciría en un aumento de la cobertura, ni en la reducción del gasto de bolsillo, como demanda y espera la población.

Todo dependerá de la decisión de las autoridades de impulsar las reformas pendientes. La atención primaria, la revisión del PDSS, la actualización del catálogo de procedimientos y de medicamentos, y el aumento del límite de 3,000 pesos para las medicinas, son imprescindibles para evitar que cualquier alza salarial sea absorbida por las ineficiencias del modelo de atención vigente.