En los últimos doce años los gobiernos han creado cientos de organismos e instituciones públicas, hasta llegar en la actualidad a tener un Estado sobre dimensionado e hipertrofiado que duplica funciones y es sumamente costoso para los contribuyentes. A pesar de los avances en los sistemas administrativos, contables y de informática, la dispersión de organismos y la muy frágil institucionalidad en la mayoría de las agencias estatales, es un grave problema económico, de exceso de empleomanía y de ineficiencia burocrática.
Por otro lado, también se ha sobre dimensionado el tamaño de las nóminas del gobierno y los gastos en remuneraciones y las contrataciones de servicios relacionados con el personal. En adición a estos excesivos gastos, la práctica de la alta corrupción y el clientelismo político ha aumentado con los años a niveles muy costosos, lo que destruye aún más las instituciones y aumentan las tensiones presupuestarias y ahonda el déficit fiscal de 2019, que sería del 2.3 % del PIB. El exceso de nóminas públicas genera ineficacia y despilfarro.
Aumento de la Empleomanía.
Desde 2009 al 2019 la nómina del Gobierno Central se ha casi duplicado, de 357,975 empleados en el 2009 aumentó a 634,407 a junio de 2009. Es incomprensible como han aumentado las nóminas en 27,643 empleos por cada año. ¿Para que se necesita esa enorme cantidad de empleados en el gobierno? Son las llamadas nóminas clientelistas, nominillas, duplicaciones de sueldos por personas y las “botellas”, que cobran sin trabajar. Es una carga onerosa, que no se justifica, ni es esencial para la marcha del Estado.
A esta cifra hay que sumarle los empleados de las Instituciones Descentralizadas, que ascendían a 142,398 empleados a 2012, y han aumentado al 2018 a 268,470 empleados, casi el doble. A la alta nómina de empleados del gobierno y entidades autónomas, hay que sumarle también las 152,990 personas retiradas con pensiones y jubilaciones, cifra que ha sufrido un gran incremento desde el 2012 en adelante.
Aumento de las Remuneraciones
El aumento constante en las los gastos de remuneraciones y de servicios ha sido vertiginoso en ocho años. Para el 2012, las remuneraciones al personal fueron de RD$ 86,772 millones y los gastos en bienes y servicios RD$ 94,328 millones y para el 2020 se proyectan en RD$ 208,858 millones en remuneraciones y RD$ 105,660 en gastos de de servicios.
Ambas partidas, resultan en un gran total de RD$ 314,518 millones en gastos de directos e indirectos de personal para el 2020, que representa el 42 % de los ingresos ordinarios, estimados en RD$ 750,823 millones. Una suma altísima en nóminas y gastos relacionados. En estas dos partidas han aumentado en RD$ 31,751 millones solo del 2019 a 2020. Un tercio del déficit fiscal. Las partidas de gastos de nóminas debieron mantenerse congeladas, para ayudar a reducir el déficit fiscal de RD$ 100,000, o 2.3 % del PIB.
Por falta de transparencia de la Contraloría General y del Ministerio de Hacienda, no se conocen ninguna información y detalles sobre la composición y montos de los salarios por escala y rangos de la empleomanía pública. No existen datos oficiales publicados sobre la estructura salarial en el gobierno y los organismos autónomos.
Por ejemplo, cuantas miles de personas ganan el salario mínimo, cuántas de RD$12,000-$20,000, de RD$20,000-$30,000, de RD$50,000-75,000, de RD$100,000-$200,000, y cuántas ganan entre de RD$200,000-$350,000 y los que devengan más de RD$ 350,000. Estas informaciones son vitales para analizar la estructura y niveles de salarios y para evaluar la racionalidad de este gasto tan deformado, que ha crecido notablemente con el clientelismo y el populismo fiscal. Estas cifras se necesitan para estudiar reformas y ajustes.
Gastos y el Déficit Fiscal
Según los datos de ejecución presupuestaria para el 2019, el incremento de los gastos producirá un déficit fiscal de RD$ 100/120,000 millones a finales del 2019, o el 3.2 % del PIB. Un notable aumento sobre el déficit proyectado originalmente. Igual se proyecta en el Presupuesto Nacional del 2020 un déficit de RD$ 110,251 millones, o el 2.3 % del PIB, aunque no es creíble este déficit, debido a los enormes gastos por las elecciones generales.
El gasto en remuneraciones de RD$ 208,858 millones para el 2020, significa un aumento de RD$ 22,400 millones para el año. A su vez, el gasto en contrataciones de bienes y servicios, subió a RD$ 105,660 millones. En estas dos partidas hay un aumento neto de RD$ 31,751 millones para el 2020, lo que equivale a un 34 % del déficit fiscal.
Si al alto gasto en nóminas, le sumamos el gasto de pago de intereses de la deuda pública de RD$ 149,993 millones, o el 24 % de los los ingresos ordinarios, podremos apreciar la extrema rigidez del Presupuesto Nacional, que apenas le quedan recursos para sus gastos operacionales fijos e invertir muy poco en obras e infraestructura. Por eso los gobiernos del partido oficial del PLD llevan diez años financiándose con nueva deuda pública.
En el futuro para poder invertir más en el gasto social de salud, educación y seguridad social, habrá que hacer una reforma y disminución del alto nivel de nóminas y de gastos en remuneraciones y servicios. Hay que rebajar los sueldos de altos niveles y aumentar el salario mínimo de los de abajo. Invertir la pirámide, con ahorros. Dentro del manejo de las nóminas hay muchas injusticias y desigualdades, por el favoritismo político y el elitismo. Esto requiere una reforma fiscal integral por los ingresos y gastos.
El país no aguanta más parches tributarios de aumentos de impuestos, sin que la clase política realice un profundo recorte de sus propios gastos clientelistas, racionalicen y reduzcan el gasto público y mejoren la calidad y costos de las inversiones públicas. Y para hacerlo, será necesario eliminar, disminuir y fusionar las instituciones y bajar las excesivas nóminas del clientelistas del gobierno y sus cientos de organismos paralelos.