No hay peor ciego que el que no quiere ver. Cuando AI señala la existencia de personas nacidas, criadas y actualmente residentes en el país, que no tienen documentos de identidad expedidos por estado alguno- y además dice que son apátridas, porque esa es la definición universalmente aceptada de apátrida- nuestras autoridades se ofenden y niegan su existencia. Incluso la entidad responsable de expedir los documentos de identidad alega que no se ha aportado evidencia de individuos que carecen de la documentación pertinente, a pesar de que el informe de AI en cuestión no solo da los nombres completos de muchos martirizados por la negativa de expedirles sus actas de nacimiento y/o  cédulas de identificación, sino también la fecha y el lugar de nacimiento, y hasta fotos de los atrapados en la telaraña burocrática.

Aunque el informe de la AI (no la EI o Estado Islámico,  sino Amnistía Internacional) titulado “Sin papeles no soy nadie”-Personas apátridas en República Dominicana cita algunos casos con nombres ficticios y otros sin apellidos (en atención al temor a la persecución que sienten algunas personas de revelar toda su información), hay muchos casos expuestos con todos sus detalles personales. No obstante, la JCE tilda de calumnia el informe de AI, después de haber negado una entrevista al equipo investigador en junio 2015, exigiendo le Junta Central Electoral que:

“Esta entidad debe presentar de manera responsable los nombres y las informaciones de quienes ellos dicen que están siendo discriminados y no despacharse con declaraciones genéricas e irresponsables.” *

O el nivel de comprensión lectora de muchos de  los funcionarios dominicanos es muy bajo, o sencillamente no se han molestado en leer el informe (muy probable que sea ambas penas a la vez). Con los casos detallados a continuación de seis individuos atrapados y martirizados por la denegación de sus documentos de identidad- a manera de muestra del nivel de detalle en el informe-  dejamos al juicio del lector quién calumnia a quién en este caso. Citamos el informe:

1) Antonio Pol Emil, defensor de los derechos humanos que trabaja en pro de los dominicanos y dominicanas de ascendencia haitiana y ex regidor, nació en 1951 en la República Dominicana de padre y madre haitianos. Nunca había tenido problemas con sus documentos de identidad hasta enero de 2014, cuando funcionarios de la Dirección General de Pasaportes se negaron a renovar el suyo si no presentaba una copia de su acta de nacimiento, algo que la ley no exige. A pesar de haber acudido varias veces a su oficina del registro civil y a la sede de la JCE, en el momento en que se redacta este informe no había podido conseguir copia de su acta de nacimiento. A consecuencia de ello, Antonio no ha podido renovar su pasaporte y en varias ocasiones no ha podido viajar al extranjero para asistir a reuniones relacionadas con su trabajo como defensor de los derechos humanos.

2 y 3) Las hermanas Ramoncita y Criciana Negulis Teresa nacieron en República Dominicana en 1980 y 1982, respectivamente, de padre y madre haitianos. Ambas fueron registradas al nacer y se les dieron documentos de identidad. Sin embargo, cuando el documento de Criciana caducó al comienzo de 2015, las autoridades se negaron a renovárselo. A ambas hermanas les han negado las copias de sus constancias de nacimiento y la posibilidad de registrar a sus hijos menores que recibieron constancias de nacimiento de color rosado. Ninguna de las dos estaba en la lista publicada por la JCE en junio 2015. A pesar de que han ido varias veces al registro civil de su zona, los funcionarios siguen sin atenderlas, alegando que no pueden registrar a sus hijos hasta que sus propias actas de nacimiento sean transcritas en un registro aparte.

4) Mery Jean Figaro nació en 1991 en San Pedro de Macorís de progenitores haitianos. Fue inscrita en el Registro Civil Dominicano, pero desde 2012 le deniegan la cédula de identidad. En septiembre de 2014 volvió a solicitar la cédula de identidad en su oficina local del registro civil; le dieron comprobante con la nota “Libro registro especial”. Cuando estaba en la oficina central de la JCE le dijeron que no había ningún problema con su declaración de nacimiento. Pero, a principios de agosto de 2015, en la oficina del registro civil de San Pedro de Macorís, le dijeron que había sido traspasada al Libro de Extranjería. Su nombre figura en la lista publicada por la JCE en junio como “transcrita” pero en la práctica no ha conseguido su cédula de identidad, a pesar de sus visitas semanales a la oficina del Registro Civil.

5) Mónica Santana nació en 2000 en un batey de la provincia de Monte Plata. Su padre es dominicano y su madre, haitiana. A ella y a su hermano pequeño les negaron la inscripción en el registro al nacer porque su madre solo tenía la tarjeta de identidad (ficha) de su lugar de trabajo, que los funcionarios del registro civil no aceptaron como documento válido, aunque su padre tenía tarjeta de identidad dominicana. Mónica trató de solicitar la inscripción en el plan de naturalización, pero el funcionario se negó a registrarla con arreglo a la Ley 169-14 alegando que, al ser su padre dominicano, ella debía solicitar la inscripción en el registro civil. Sin embargo, cuando posteriormente trató de inscribirse en el registro civil, le dijeron que tampoco podía hacerlo porque su madre no tenía pasaporte. Mónica no pudo terminar la enseñanza primaria porque no la aceptaron el último año escolar por no tener constancia de nacimiento. Soñaba con estudiar Medicina, pero ahora no le queda más remedio que quedarse en casa sin hacer nada. “Me desespero”.

6) Isidro Berique Delma nació de progenitores haitianos en 1988 en un batey de la provincia de San Pedro de Macorís. Fue inscrito en el Registro Civil y obtuvo el acta de nacimiento. En 2007 solicitó copia de su acta de nacimiento para pedir la cédula de identidad. Su solicitud fue denegada en varias ocasiones con el argumento de que sus padres eran haitianos. En septiembre 2011 la JCE presentó una demanda de nulidad de su acta de nacimiento. Más adelante se celebró una vista judicial para examinar su solicitud, pero no se llegó a emitir una decisión. Finalmente se expidió una cédula para Isidro Berique en noviembre 2014. Sin embargo, su nombre figura en la lista de 119 actas de nacimiento que han sido objeto de demandas de nulidad ante los tribunales. Curiosamente también figura en la lista de alrededor de 55,000 personas auditadas que podrían ser reconocidos como dominicanos.** En dicha lista aparece clasificado como “transcrito”. Isidro Berique sigue sin tener claro su situación, ya que la JCE no ha dado ninguna explicación sobre su inclusión en ambas listas.

Recomendamos la lectura íntegra del informe*** de Amnistía Internacional para que el lector forme su propio criterio sobre los atrapados y martirizados sin papeles en República Dominicana, que al momento de escribir estas palabras sin duda todavía son muchos, aunque se insista en negarlo. Negando la existencia de apátridas en el país jamás eliminaremos la crujía que sufren miles de niños y adultos dominicanos sin papeles desde hace décadas. Tampoco culpando a las autoridades haitianas tendremos éxito, si de eliminar la apatridia se trata. Si queremos hacer pasar el Niagara a pie a las seis personas de carne y hueso que hemos seleccionado en esta ocasión, así como a miles de otros que están en situación de zozobra similar, sigamos negando su existencia sin ruborizarnos, y contemos con la continuada crítica internacional de grupos defensores de derechos humanos como Amnistía Internacional.

* http://beta.jce.gob.do/Noticias/presidente-jce-responde-a-amnistia-internacional

**Sobre la farsa que es la lista de la JCE de alrededor de 55,000 personas auditadas, remitimos al artículo en el enlace: http://acento.com.do/2015/opinion/8266383-de-lo-anecdotico-a-lo-concluyente/

***“Sin papeles no soy nadie”-Personas apátridas en República Dominicana file:///C:/Users/jtavares/Downloads/AMR2727552015SPANISH.PDF