El Partido de la Liberación Dominicana y la ambición de los respectivos anillos de los hoy líderes antagónicos, han sumido a este partido en la crisis interna más trascendente, violenta y peligrosa, que hasta amenazan la unidad de éste, por lo que de seguir esta rivalidad se hará necesario la escogencia de una nueva opción, un nuevo rostro que represente a ambas corrientes y a la esencia del PLD.

Definitivamente el expresidente Leonel Fernández acaba de tomar una valiente y muy egoísta decisión de lanzarse a las calles a buscar la candidatura presidencial del PLD;  pero no es la primera vez que lo hace en este proceso electoral, pues ya lo habíamos visto en varias provincias, en el lanzamiento de movimientos de apoyo e incluso habíamos visto a su principal colaborador, amigo y aliado, el Ing. Félix Bautista visitando las provincias y organizando reuniones y eventos en las mismas fechas que tenían  actividades sus compañeros de partido, que también tienen sus proyectos y sus aspiraciones.

Puede que haya salido a las calles porque se sintió obligado o porque se sintió acorralado o por ambas cosas, pues se vió colocado entre llevar la guerra hasta las últimas consecuencias o claudicar ante Quirino Ernesto Paulino y sus revelaciones de la relación y la financiación de la campaña de Fernández, además de las acusaciones de corrupción a sus colaboradores, exministros y amigos.

Pero sin dudas, esta egoísta decisión no era la que más le convenía a sus compañeros del PLD y esto lo evidencian los resultados de todas las encuestas, que indican que actualmente los dominicanos tenemos un presidente con más de un 80% de aceptación y más del 70% de intención de votos, mientras que Leonel Fernández es el candidato con mayor tasa de rechazo y el que la oposición, sabiamente, considera más vulnerable, además de que no gana en primera vuelta y es el único capaz de unir a toda la oposición.

Increíblemente, cuando más débil lucia el expresidente Fernández, reacciona y se roba el momentum político al reunirse públicamente y recibir el apoyo de los legisladores indispensables para el cambio constitucional y, por lo menos en apariencia, cerrándole el paso a la reelección. De inmediato sale a las calles, esta vez copiando las enseñanzas de su colega Danilo Medina, y sale presentando una imagen más humilde, en camisa, a bailar y a comer chicharrón, recibiendo manifestaciones de apoyo de los Leonelistas.

Del otro lado tenemos a unos Danilistas que están cosechando el más alto nivel de simpatía de gobierno alguno en la historia, que más de un 75% de la población, PLDeista o no, apoya su reelección y, que no se pueda presentar gracias a la desaprobación egoísta de una minoría Leonelista que pretende volver al poder o, en el peor de los casos, que pretende llevar a una derrota electoral al PLD, gracias a llevar como candidato del PLD al menos idóneo, por ser el de más alta tasa de rechazo.

Los Danilistas, gracias a la obra gobierno de Danilo Medina, están escuchando las fuerzas vivas del pueblo que le pide que modifiquen la constitución y que se presenten a las elecciones para buscar un nuevo período presidencial; pero para hacer efectiva esta estrategia se hace indispensable el apoyo mayoritario (2 terceras partes) de los legisladores, que ahora, ante el egoísta lanzamiento del expresidente Fernández, que pretende desconocer los deseos de las bases y del pueblo, pareciera menos fácil de lograr, aunque no imposible, si consideramos que la carta de triunfo la representa Danilo Medina y . . . los legisladores no son tontos.

Además saben que si el candidato es Leonel, él será víctima de su propia medicina:

A lo interno del PLD:

  • Enfrentará al Estado: como en su momento tuvo que enfrentar Danilo y otros líderes de la oposición.
  • Enfrentará cientos de denuncias de corrupción: como ha enfrentado la oposición.
  • Enfrentará acusaciones de vínculos con el narcotráfico y el lavado de activo: como de hecho ya está enfrentando, según las revelaciones de Quirino; pero que sin dudas tendrá que seguir enfrentando con este caso que parece va por uno de sus primeros capítulos y con otros.

Y a lo externo del Partido, en el caso de que resultara candidato:

  • Enfrentará todo lo que anteriormente señalamos y la enfermedad de los políticos, lo que con seguridad lo llevo al poder: “La tasa de rechazo”, pero que, en esta ocasión, el portador de esta enfermedad es el propio Dr. Fernández y, no su adversario.

Probablemente no se dará una confrontación voto a voto entre ambos líderes: o porque Danilo no podrá presentar candidatura propia si no cuenta con el apoyo mayoritario de los legisladores del PLD y de otros partidos o, porque si obtiene ese apoyo mayoritario, Leonel no permita que le cuenten los votos en contra de Danilo Medina. Y en el peor de los casos, ante la grave fractura de ambas posiciones, si Medina no logra introducir la reelección, pondrá todos sus esfuerzos y más, para derrotar a Leonel con una tercera opción a lo interno del propio PLD.

Pero en el PLD no tienen que haber vencedores ni vencidos, cuando por el contrario pueden escoger a un candidato de consenso que tenga los adecuados niveles de popularidad, de simpatía, la baja tasa de rechazo, además de la capacidad, preparación y experiencia, para logar un triunfo electoral y una buena dirección de los destinos del país. Alguien que a su paso por el Estado haya mostrado crecimiento y transparencia, con el que se garantice continuar la obra del popular gobierno del Presidente Medina y  que sea capaz de llevar ese crecimiento económico, que tanto han exhibido todos los gobiernos del PLD, a los barrios, al campo y a todas las zonas deprimidas del país, logrando con esto la reducción de la brecha entre ricos y pobres, y más justicia social.

Un candidato que haya sido un importante colaborador y estratega de los triunfos del PLD y de sus hoy antagónicos líderes, uno que hoy en día esté trazando su propio camino sin confrontar ni recibir apoyo de ningunas de esas tendencias.