El inicio de los servicios de primer nivel en el régimen contributivo del Seguro Familiar de Salud, como lo establece la Ley 87-01, es una necesidad por múltiples razones. Porque los beneficiarios no están recibiendo las atenciones que en el Plan Básico de Salud fueron clasificadas como "de primer nivel" sin pagar adicionalmente por ellas en centros y servicios de segundo y tercer nivel. Porque los beneficiarios recibirían mejor atención si dispusieran de servicios de salud Familiar y Comunitaria que ofrezcan sus atenciones con enfoque de ciclo de vida, con un enfoque integral de promoción de salud, prevención de problemas prioritarios y restauración de la salud, y que los orientaran adecuadamente hacia otras especialidades cuando fuera necesario.
También porque es necesario ajustar a la Ley a las ARS que fueron provisionalmente habilitadas sin disponer de estos servicios, y finalmente porque tal vez puedan ayudar a reducir los costos operativos del sistema, si al mismo tiempo se logra establecer protocolos estandarizados y tarifas unificadas de atención en los diferentes niveles del sistema.
Sin embargo, hay que reconocer que el Seguro Familiar de Salud en el régimen contributivo ha sido un campo de conflicto desde sus inicios, en el que se expresan múltiples intereses particulares, varios de los cuales se articulan con la aspiración de captar la mayor proporción posible de ingresos por parte de las ARS y de los Prestadores de Servicios de Salud de carácter lucrativo.
Así ha sido, entre otras razones, por la debilidad en que quedaron dentro del sistema los órganos responsables de la Rectoría del Sistema Nacional de Salud. Recordemos que su inicio fue pospuesto desde el 2002 hasta el 2007, y que solo fue posible después de una intensa y laboriosa negociación, con participación de todos los sectores interesados (Gobierno, empleadores, trabajadores organizados, gremios profesionales, prestadores de servicios y organizaciones de la Sociedad Civil), que se prolongaron por 9 meses. Solo mediante un acuerdo de todas las partes se crearon condiciones que permitieron su inicio. Recordemos que algunos de los elementos incluidos en el acuerdo (el PDSS, por ejemplo) tenían carácter transitorio por un año y que no se ha retornado aun al Plan Básico de Salud como se acordó entonces.
Estamos convencidos que, en las actuales circunstancias del país, sería muy difícil dar inicio a la incorporación de servicios del Primer Nivel de Atención, en el régimen contributivo, si previamente no se lograran algunos acuerdos básicos entre los principales actores interesados. Es hora de conversar y de hacerlo con serenidad y con transparencia y convicción. Tal vez haya que introducir cierto tipo de gradualidad al mismo tiempo que incorporar un conjunto de medidas simultáneas de evaluación y contención de costos, considerados en forma integral.
La realidad es que a ninguna de los actores que se benefician del Seguro Familiar de Salud les interesa profundizar la crisis financiera que ocurriría en os próximos meses si no se adoptan medidas adecuadas para reducir o regular los costos operativos del sistema. La realidad es que los beneficiarios necesitan que los servicios de primer nivel sean incorporados a la cartera de prestadores de las ARS.
La reciente renovación de la directiva nacional de Colegio Médico Dominicano, la relativamente reciente designación de un nuevo Ministro del Trabajo, la reciente renovación en la representación de varios sectores en el CNSS, conforman un escenario en el cual las conversaciones y negociaciones podrían abrirse paso.
Es hora de conversar y de darle al país la tranquilidad que necesita para recuperar su confianza en que el Seguro Familiar de Salud continuara desarrollándose y mejorando progresivamente la calidad y la cobertura de las prestaciones a los beneficiarios, así como la reducción de los gastos familiares en salud, y los costos operativos del sistema.
Es necesario encontrar una salida adecuada para todos, que se sustente en la posposición de la fecha de inicio de los servicios de primer nivel, un claro compromiso de todos los sectores para revisar el modelo de atención en el primer nivel, avanzar hacia la estandarización de protocolos de atención en los niveles primario, secundario y terciario, y en lo posible hacia tarifas unificadas.