Cuando el estado de la Florida legalizó el matrimonio entre parejas del mismo sexo, en enero de 2015, el Arzobispo de la Diócesis de Miami, Thomas Wenski, envió un memo a los hombres y mujeres empleadas por la Iglesia Católica Romana, reiterando que cualquier expresión de apoyo por el matrimonio gay, aunque fuese un tweet o un mensaje en Facebook, podría costarles sus empleos. La población afectada incluye a católicos y católicas de los condados de Miami Dade, Broward, y Monroe que conforman la Arquidiócesis de Miami, entre las más populosas de los Estados Unidos.

"Cualquiera que fuese el rol en el que sirvan en la diócesis, representan a la Iglesia Católica y la Arquidiócesis en todo lo que hacen y dicen" escribió Wenski en el memo; reportado por el canal NBC local. Wenski incluyó una sección del manual de los empleados, que prescribe lo que se espera de los trabajadores de la diócesis: "conducirse de acuerdo a una moral y ética consistente con los principios católicos". Aunque ocurra fuera de las horas de trabajo y del área de su empleo. (http://www.cruxnow.com/church/2015/01/07/miami-archbishop-warns-employees-against-supporting-gay-marriage-even-in-a-tweet/

Pero cuando quien no actúa de acuerdo a estas normas es uno de sus sacerdotes, el doble estándar se hace presente. El pasado viernes 27 de mayo, el alegato de los amoríos homosexuales del sacerdote Pedro Corces ocupó el espacio central de la primera plana del MiamiHerald, en un artículo publicado por la columnista Ana Veciana Suarez, también publicado en español en el Nuevo Herald en una edición más breve.

Un grupo de padres y madres de la adinerada parroquia Santa Rosa de Lima, ubicada en Miami Shores y autodenominado Christifidelis, presentó a la Arquidiócesis de Miami un informe de 129 páginas, con fotos, titulado “Dossier on the Improprieties of Father Pedro M. Corces And Appeal to His Excellency Archbishop Thomas Wenski For Urgent Action”, con fecha del 16 de mayo. El Reporte fue elaborado por un investigador contratado por el grupo Christifidelis, que documenta y acusa al padre Corces de mantener “relaciones impropias” con uno de los empleados de mantenimiento por él contratado y con tres otros hombres asociados a la parroquia, entre ellos un diácono.

El nombre del investigador no aparece en el reporte, quién siguió al sacerdote durante semanas, fotografiándolo, siguiendo los mensajes de la pareja afectiva del sacerdote y otros en los medios sociales, y revisando la basura de la rectoría. Incluye docenas de fotos, copias de recibos, 28 apéndices, y alega que” Corces reemplazó personal de mantenimiento con trabajadores que incluía [un o una] ex –prisionero y prostituto, practicantes de la Santería, homosexuales activos y promiscuos y gente que abiertamente se burla de la fe Católica”. 

Alega además, que Corces se envolvió en una relación romántica con un trabajador de mantenimiento, y que los dos hombres “frecuentemente compartían viajes lujosos y cenas”. La autora del artículo comenta que el reporte refleja una gran división en la adinerada parroquia del área de Miami Shores, donde las familias han enviado sus niños y niñas a la escuela parroquial por generaciones. Según Veciana Suarez, la división se hizo pública con el anuncio a principios del año 2016 que las monjas que enseñan en la escuela se irían al final del año. 

La explicación oficial de la salida de las hermanas, incluyendo a la directora, Sister Bernadette, fue que su congregación necesitaba reasignarlas; pero los padres no creyeron que esta fuese la verdadera razón. Iniciaron una petición en el Internet que acumuló 600 firmas de padres, madres, abuelos/as, es-alumnos/as y otras personas.

El jueves 26 de mayo el Arzobispo envió una carta de una página por correo electrónico a los padres y madres de los niños y niñas que asisten a la escuela Santa Rosa de Lima. El viernes, los estudiantes recibieron una copia impresa para llevarla a sus hogares. Son los términos de esta Carta lo que han creado gran consternación en la comunidad. El arzobispo acusó a “un pequeño grupo” de instigar la división “con la esperanza de retener los servicios de las hermanas IHM [Servants of the Immaculate Heart of Mary]”.

La carta de Wenski acusa al “pequeño grupo” de crear división en la parroquia, diseminando un documento que califica de “calumnioso, chismoso, detractor—todos comportamientos pecaminosos—que han fomentado división en las comunidades de la parroquia y la escuela”.

El Arzobispo informa de la necesidad inmediata de cambios: la renuncia del párroco y el nombramiento del Dr. Donald Edwards, Superintendente Asociado de la Arquidiócesis, como Director interino de la escuela hasta finalizar el año 2015-2016. "Después de conversaciones con la superiora general, Sister Lorraine McGrew, Sister Bernadette ha sido relevada de sus deberes como directora" (http://srlchurch.com/st-rose-of-lima-parish-events/)

Lejos de calmar las preocupaciones de los padres, la carta del Arzobispo causó furor. Rosa Armesto, abogada de Miami quien tiene hijos en la escuela parroquial de Miami Shores, está representando a Christifidelis, y se reunió con Wenski anteriormente, el 16 de mayo. “Es una carta vergonzosa. El arzobispo no está molesto con lo que ha hecho el sacerdote, sino con lo que se ha descubierto”, dijo. “La Iglesia no está molesta con los pecados de sus sacerdotes, sino por el hecho de que los fieles han tenido la audacia, la temeridad, de sacar esto a la luz”, agregó.

Además, Armesto señaló que el grupo Christifidelis está preocupado con “alegatos de acciones financieras inapropiadas bajo la administración de Corces.  Estas incluyen “pago excesivo de tiempo extra fuera de horario” a los trabajadores de mantenimiento de la parroquia, así como “discrepancias con la colecta de la Misa dominical”.  Un grupo separado de parroquianos se reunió con el vicario general de la arquidiócesis hace unos meses para expresarle su preocupación, sin ningún resultado, agregó Armesto. 

Suarez concluye con el caso similar de una investigación iniciada por los parroquianos de San Frances de Chantal, en el Bronx en 2015.  El sacerdote fue acusado de usar más de un millón de dólares de la parroquia para financiar su vida sexual.  Fue sometido legalmente por el abogado del grupo Michael Dowd quién incluyó a la arquidiócesis y al cardinal Timothy Dolan por conocer el robo y no hacer nada. Pueden leer el caso en el enlace http://www.nydailynews.com/new-york/bronx-priest-sued-allegedly-stealing-1m-churches-article-1.2462101

¿Por qué es importante conocer estos casos en Republica Dominicana?  ¿Porque los feligreses no se sienten responsables de monitorear el uso de las finanzas, ni las aventuras amorosas de sus sacerdotes? Dado el doble estándar que exige fidelidad a la mujer, no al hombre, se alterarían si una monja sale embarazada, pero no si un sacerdote tiene hijos, como documentara Guido en varios de sus artículos.

Por las finanzas no se preocupan, pues el dinero que gasta la ICR sale de las arcas del Estado, no de sus bolsillos. No entienden que el dinero del Estado es del pueblo, y debe utilizarse no para construir y adornar iglesias y pagarle el culto a las parroquias, sino para levantar el estándar de vida de las mayorías y crear un sistema educativo moderno que les permita a los pobres competir en igualdad de condiciones con los hijos de los ricos.

Lamentablemente, la jerarquía católica, sin ninguna protesta de sus sacerdotes que en secreto no quieren saber del cardenal, se ha apropiado del dinero del 4% destinado a los pobres, lo que celebró el cardenal al concluir con toda propiedad que las escuelas públicas son católicas el 4% financia los colegios privados.  Gracias a Danilo Medina y al Ministro de Educación.  Gracias a los partidos políticos de oposición que lo ignoraron, y a la sociedad civil, que le tiene más miedo al poder de la iglesia que al mismo Satanás.

Carta del Arzobispo de Miami