Toda persona creadora o que participe por su interpretación en la ejecución o recreación de obras de arte, comprendidas en sus diferentes expresiones y cuyos productos sean de naturaleza principalmente visual -incluyendo las tradicionales “artes plásticas” y los denominados “nuevos medios”- es la actual definición que plantea la Asociación Internacional de Artes Plásticas (IAA), para reconocer a sus afiliados, al introducir también el concepto de “artista profesional” dentro del marco visionario de la organización.

El enfoque asume también que el desarrollo de estas obras deben tener, además de un carácter ornamental o decorativo, una estructura estética y de significado, desprendidos de la necesidad de expresarse.

Estas vertientes y valoraciones las hemos visto crecer en los 75 años que ya tendrá la Escuela Nacional de Artes Visuales (antes Bellas Artes), por donde han desfilado primero como estudiantes y luego como docentes, innumerables maestros de la plástica dominicana, que paralelo a su obra y legado, han dejado una historia barnizada por el romance y la nostalgia, la cual ni el estoicismo de generaciones más recientes ha podido desprender.

El artista profesional se olvida de su quehacer como oficio y responde a nuevos lineamientos, no solo éticos sino también disciplinarios, que parten desde: organizar su taller, documentar la producción artística, desarrollar el portafolio, exhibir la obra, posicionarse en los medios de comunicación y establecer un plan de mercadeo.

Que conste, no hablamos de subir fotos a las redes durante el preceso de lo que se está haciendo. Se trata de establecer un plan sobre las finanzas para desarrollar un proyecto y de cómo certificar la obra a nivel nacional e internacional, ya que toda esta responsabilidad es primero del artista antes que el galerista o marchante.

Sobre este tema, el Museo de Arte de Puerto Rico, a través del PROA-Programa de Asistencia al Artista, ya está trabajando y ofreciendo a la disposición un manual que sirve como herramienta para cubrir las necesidades de los artistas en ese sentido. Y como todo nos lo vienen a decir desde afuera, ojalá el canal de la mona, la humedad del MAM y la posible apertura de los gremios y otras instituciones locales que surgen efecto en la cultura, posibiliten este intercambio de ideas y conocimientos para el crecimiento profesional.