Hace mucho tiempo que no escribo. He perdido el deseo de ello con el paso del tiempo. Ver el panorama político de nuestro país es frustrante. Observar, aun desde lejos, el futuro de la nación es desolador. Pero me he pasado esta última semana en el país y  este tema del voto evangélico me ha llamado la atención.

Como cristiano, aspirante a teólogo y muchos años atrás pastor de una de las iglesias evangélicas más “importantes” del país me ha provocado profunda indignación el pronunciado de líderes evangélicos de leer los nombres de los políticos y candidatos a “favor del aborto, el homosexualismo, la agenda gay, en contra de la soberanía nacional, etc.” en los pulpitos de las iglesias.

Todavía para mí, evangélico de la vieja guardia, el pulpito y la iglesia reunida es un lugar sagrado para solo predicar la Palabra de Dios. Todo lo demás pudiera ser pura vagabundería.

Y para estar claros, adverso profundamente la conducta homosexual, su promoción, la agenda gay, el matrimonio del mismo sexo, la adopción de niños con “padres” del mismo sexo, etc. Mis escritos están ahí. Todos los pueden leer. Creo que si a alguien le quitarían la visa de EUA por lo que ha escrito, yo sería un perfecto candidato.

Pero de ahí a meter la Iglesia del Señor Jesucristo la cual El compró con su Sangre, en el terreno político, leer nombre de políticos “no favoritos” por su postura sobre estos temas, es un infamia y una ofensa a Su Iglesia. Creo es la primera vez en nuestra historia eclesiástica que católicos y evangélicos actúan de la misma manera en el plano político. Espero que en un futuro detrás de un gran dictador no haya un evangélico.  Dios y Trujillo están todavía frescos en la memoria de los dominicanos.

De hecho y en todo caso, la primera acción que los líderes evangélicos deberían hacer es firmar un documento público, en la prensa nacional, pidiendo la salida del embajador Americano en nuestro país por sus supuestos objetivos de implementar su agenda gay en nuestra nación. Aprieten primero al dueño del circo. No a los payasos. Si quieren jugar a ser radicales políticamente en su postura, que comiencen por ahí. ¿O tendrán temor de que les quiten sus visas?

Y no se mortifiquen tanto. El día que quieran pasar una ley permitiendo el “matrimonio” entre personas del mismo sexo, ¡lo seguiremos peleando en la prensa y en las calles!

En la Biblia, no hay diferencia entre el ladrón, el corrupto, el borracho, el homosexual, el fornicario o el adúltero. No hay diferencia entre los que promocionan la conducta gay o los que promocionan el uso y ventas de drogas como la cocaína, etc. O, ¡Los que se benefician de ese negocio!   ¿Entonces qué? ¿Leeremos también la lista de todos los candidatos que cometen o exhiben esos pecados?  ¿Afecta más ser homosexual que ser un ladrón y corrupto narcotraficante el futuro del país? O ¿la estabilidad de la familia?

Solo basta ver la televisión para saber que nuestros niños están siendo bombardeados mañana, tarde y noche por grotescas y aberrantes conductas, imágenes, y personalidades podridas y enajenadas mentalmente y moralmente. Y que conste, estoy opuesto a la asquerosidad  de los manuales de educación sexual que le quieren imponer a nuestros niños en las escuelas. En todo caso, ¡vamos a leer también los nombres de las imprentas que lo publiquen y las instituciones que los apoyen económicamente!!

Y, creo prudente también leer los nombres de los dueños de emisoras de radio y canales de televisión que promocionan la homosexualidad, la borrachera, los festivales alcohólicos que vive nuestro país. Y, ¿porque no también, leer los nombres de los políticos y dueños de las casas licoreras del país que han atiborrado de “romo” a este país?

No me puedo imaginar un Culto hacia Dios un domingo en la mañana leyendo la lista de los candidatos “pro gays”. Luego la de los corruptos y ladrones del país. Luego leer la lista de los que están en contra de la “soberanía nacional”.  Luego la lista de los políticos que se han bañado de dinero con el narcotráfico y el lavado de corruptos activos y ¡que hasta los han defendido en las cortes!

Bueno, lo cómico seria que si leyéramos estas listas en las iglesias ¡ya no quedaría un solo partido político o candidatos por quién votar!

Nuestro país es un caos enorme. Si algún cristiano evangélico, a nivel personal, cree que puede aportar su grano de arena en cambiar el estado de cosas, que lo haga. Que vaya al congreso si puede mantenerse “incorruptible’ en ese proceso y si puede, sin reservas espirituales o morales, pertenecer a uno de los partidos actuales. A nivel personal puedo decidir por quien votar o…. no votar. Puedo comentarlo con otros, discutirlo abiertamente. Mi conciencia me lo dictará. Lo que no puedo hacer en nombre de la Fe Cristiana, es votar por aquellos políticos, “cristianos” o no, que cuelan mosquitos pero se tragan camellos enteros y ni eructan ¡Porque un santo pastor me lo pida o insinué!

Pero, mientas el mundo va caminando hacia un caos moral y social sin precedentes en la historia reciente de la humanidad la UNICA función de la Iglesia de Cristo es llamar a los hombres al arrepentimiento, a enderezar sus pasos y su corazón hacia Dios.

Queridos hermanos evangélicos, tengan mucho cuidado. Podrían dividir la Iglesia de Cristo por solo preferencias electorales. El Señor Jesucristo detestaría que eso pasara. Pensar que hay “poder en el voto evangélico” y tratar de desviarlos “subliminalmente” hacia un político preferido puede ser una gran arrogancia. Y Dios detesta a los arrogantes.