Juan C. Sánchez González.
Algunos autores aseguran que la industrialización y la producción de arquitectura (o más bien elementos de la misma) datan de la antigua Roma cuando los constructores de esta época fabricaban en serie (mediante moldes y/o patrones), piezas que repetían en muchas construcciones del imperio.
Pero viniendo a tiempos más recientes hemos sido testigos de las obras de visionarios como Richard Buckminster Fuller, Jean Prouvé quienes con sus Dymaxion o Casas tropicales, respectivamente, sentaron las bases de lo que hoy conocemos como una construcción modular e industrializada.
Lamentablemente no ha habido la deseada continuidad en este tipo de soluciones constructivas y de diseño toda vez que el usuario no ha visto en estos modelos otra cosa que no sea un tipo de arquitectura de contingencia o de vacaciones.
Muchos ejemplos de arquitectura industrializada y/o prefabricada hemos visto para uso en escenarios de emergencias o situaciones de lamentable catástrofe tales como zonas devastadas por algún fenómeno atmosférico o movimiento sísmico. En estos casos la construcción prefabricada brinda una solución rápida y fiable en lo que esas personas desplazadas o damnificadas logran regresar a una edificación tradicional.
Otro uso habitual de las edificaciones prefabricadas o de producción industrial/seriada son las casas para vacacionistas. La cultura norteamericana del camping ha influido de manera determinante para crear una concepción global de este tipo de edificación destinada para recreo.
Sin embrago son propiamente los norteamericanos – y los del norte de Europa- los que más partido han sacado a la construcción industrializada para ser utilizada en el ámbito de una arquitectura cotidiana.
Diferencia importante
Antes de continuar haciendo apología de la construcción industrializada, debemos hacer una aclaración y es que dentro de la construcción industrializada existen varios sistemas y vertientes que quedan definidos bajo este concepto.
Y aunque los iremos desarrollando más adelante si queremos aclarar que no es lo mismo una construcción industrial y modular pesada que una ligera. Desde luego para decidirse por uno u otro sistema primero se deben valorar las condicionantes sociológicas y ambientales del lugar de emplazamiento. Y aunque en términos particulares somos partidarios de una construcción ligera – a lo Prouvé o Buckminster Fuller- sí que es cierto que luego de un huracán y como solución de contingencia, hay que decidir bien qué tipo de sistema utilizar, de manera que no solo sea seguro en términos estructurales sino también en términos de la psiquis colectiva.
Cambiar el esquema mental
Al escribir la parte de hoy de esta serie, nos hemos sorprendido a nosotros mismos sosteniendo el argumento de que la arquitectura industrializada/prefabricada es una arquitectura de contingencia. Si no lo hemos sostenido del todo si que hemos hecho un enfoque desde este punto de vista, que es el de solventar una situación puntual de habitabilidad. Nos hemos sorprendido a nosotros mismos analizando las soluciones constructivas desde esta óptica y es precisamenente la dirección contraria al objetivo de nuestro análisis; luego llegamos a la conclusión de que estamos en un proceso de cambio de esquema mental que se ha dilatado en el tiempo gracias a la cultura de la arquitectura tradicional. La industrialización de la construcción es el futuro; un futuro que vieron hace más de 60 años los arquitectos antes citados.