Nuestro terreno en Ranchito en el centro de Florida está cubierto de conchas marinas, millares de pequeñas conchas y algunas que son más grandes. Las noté por primera vez cuando estaba cavando hoyos para plantar. Luego, cuando estaba metiendo la manguera en la tierra para regar a profundidad con agua algunos árboles, noté que la arena literalmente burbujeaba alrededor de la manguera. Además, el terreno aledaño tiene miles de fragmentos de pequeñas conchas y de conchas enteras que salpican la superficie del suelo.

¿Qué pasa aquí? Estamos a dos horas de cualquier playa. Procedo de una ciudad mediterránea, Colorado, pero sé que un lago de agua dulce no tiene conchas marinas.

Muy pronto me enteré de que esta área fue parte de un mar interno poco profundo que cubría la mayor parte de Florida hace más o menos cinco millones de años. Nuestra casa está localizada en una cresta del terreno a lo largo de la planicie del  lago Okeechobee, que es un terreno arenoso y plano, o una pradera que se formó durante la era del plioceno. El suelo está formado sobre todo de arena y arcilla, materiales que fueron transportados y depositados por las corrientes de los océanos. La superficie aquí tiene solo una delgada capa vegetal orgánica.

Algunos de los primeros pobladores fueron engañados por esta capa vegetal marrón que aparentaba buena para la agricultura comercial. Mi esposo y yo pensamos que ya que nuestra propiedad estaba cubierta de una maraña de árboles, arbustos y hierbas, el suelo tenía que ser bueno. Lo que los primeros pobladores comprendieron, como lo hicimos nosotros, es que el suelo es inadecuado para el cultivo de muchos tipos de plantas. A pesar del calor, el clima húmedo propicia la rápida descomposición de la materia orgánica, las lluvias se llevan muchos de los nutrientes de las plantas y termina el proceso en un suelo muy ácido. Además, la arena debajo de este se extiende de 30 a 60 pulgadas de profundidad.

Por lo tanto, no hay que extrañarse de que mis plantas de Miami reaccionaran muy mal aquí. Un horticultor local nos dijo que la única forma de cultivar plantas alrededor del lago Okeechobee es trayendo camionadas de buena tierra y mantilla, mejorada con fertilizantes y cal. Pero rehusé gastar cientos de dólares para transformar el suelo que naturalmente nutre tantas plantas nativas.

En consecuencia, lo que hice fue intensificar mi búsqueda de plantas que crecieran silvestres en los lotes adyacentes y en los bordes de las carreteras. Comencé una tarea básica en los campos. Me ponía mis altas botas de goma y mi camisa de mangas largas; y luego despacio, me metía entre la yerba alta hasta mis caderas en los lodazales cercanos a nuestra casa.

Permítaseme presentarles dos de mis bellas plantas de flores amarillas que florecen en las cercanías y que descubrí mientras avanzaba con dificultad en los campos adyacentes. La  pinebarren goldenrod (solidago fistulosa) que tiene una belleza sutil pero tenaz. El género solidago, que se llama generalmente vara de oro, es un género de plantas herbáceas de flores amarillas de la familia Asteraceae. Esta planta es tan prevalente que se la ha encontrado en diez de los condados de Florida. Puede llegar a formar boscaje que impide que la mayoría de las otras especies crezcan, excepto las hierbas dominantes y las plantas boscosas.

Por equivocación, algunas personas acusan estas plantas de causar ataques de alergias, pero realmente no es una planta perniciosa. Esta planta de hecho tiene varios usos medicinales para las tribus indígenas. Algunas personas la usan para hacer té y, los indios seminolas la usan como medicina contra la tos. Las flores amarillas se usan para teñir las cestas y hebras vegetales. De esta planta se obtiene también tinte de color mostaza, anaranjado y marrón.

Sin embargo, mi planta favorita de color amarillo es Canna lily (Canna flaccida) que, aunque parezca mentira, los jardineros locales no tienen en cuenta. Estas hermosas flores amarillas, parecidas a las flores de los lirios proliferan como hierba mala en los humedales y en las profundas cunetas, junto a las carreteras. La Canna flaccida es una especie del género Canna, que forma parte de la familia Cannaceae. Esta especie es propia de los humedales del sureste de los Estados Unidos, desde Texas hasta Carolina del Sur. Además, se la reporta como naturalizada en República Dominicana, Perú, México, Panamá, Cuba, India, y el sur de Brasil. La familia de plantas más próxima a esta es la Zingiberaceae, en español zingiberáceas, que es un taxón de plantas perteneciente a la categoría taxonómica de familia.

Por desgracia, el Departamento de Transportación de Florida continuamente fumiga o corta estas hermosas flores parecidas a los lirios. Cuando veo una u otra cosa suceder, me dan deseos de llorar. ¿Qué hace pensar a este Departamento que una superficie plana con grama es más atractiva que un lecho de flores?

El género de plantas Canna es nativa del Nuevo Mundo, es un género de pantas monocotiledóneas de la familia Cannaceae que cuenta con diecinueve especies en América del Norte, Central y del Sur. Este tipo de planta se encuentra naturalmente en los terrenos húmedos, que incluyen ciénagas, sabanas y, en los orillas de los lagos y las lagunas de las costas de los Estados Unidos, desde Carolina del Sur hasta Florida y Texas.

Las raíces y los tallos de algunas plantas Canna los usaron varios pueblos en Perú y Ecuador como un producto básico que comían una vez hervido como se hace con las papas, o rallado como una fécula, de modo similar al arrurruz. Algunos grupos indígenas, entre los que se cuentan los seminolas, introducían las duras semillas negras de estas flores dentro de conchas de tortugas o de calabazas para hacer maracas. Las semillas se han usado también como cuentas o munición con cerbatanas.

Cuando veo estas flores, de inmediato pienso en los lirios de Pascua y también en las hermosas pinturas de lirios del artista mejicano Diego Rivera. Esta belleza existe allí, debajo de nuestras narices, en terrenos baldíos, entre las hierbas y la grama.

Apuesto a que muy poco entre los viajeros en las carreteras estatales saben que estas tierras fueron una vez un mar interno. Muchos de ellos, con toda certeza, no se percatan de estas flores amarillas. ¿Cuántas veces pasamos por alto gemas de la naturaleza cuando nuestros ojos están enfocados sobre la carretera al frente? Reconozco que debe de haber un mensaje espiritual entre esos lirios del campo.